Yolanda Balaguer, de Compromís, se convirtió ayer en la nueva alcaldesa de Oliva. Era lo previsto y la votaron los concejales de su partido y del PSPV-PSOE, asentando, una vez más, el Pacte del Botànic a nivel local, lo que ha permitido una ordenada transición tras la dimisión de David González, que asume un cargo en el Consell de la Generalitat.
Balaguer fue investida alcaldesa en un pleno tranquilo marcado fundamentalmente por las palabras de todos los partidos mirando al futuro y deseando suerte a la nueva máxima responsable del Gobierno local. La excepción fue el PP, que optó por una línea más dura e incluso dudó de la legalidad de que Balaguer pudiese aspirar al cargo.
A pesar de las buenas palabras y las mejores intenciones, también es larga la cartera de deberes que hereda en ese ayuntamiento. Y no solo se lo recordaron todos los portavoces, sino que ella misma relató lo mucho del trabajo que tiene pendiente.
A modo de resumen, en sus últimas palabras Balaguer apeló al consenso. «Oliva tiene pasado, presente y, sobre todo, un gran futuro que debemos construir entre todos», dijo la nueva alcaldesa.
Pero es evidente que, como también señaló en su discurso, la ciudad seguirá gobernada por Compromís y los socialistas, al frente de los cuales figura la vicealcaldesa, Ana Morell, justo la persona que ayer le entregó el relevo para cerrar el breve paréntesis abierto con la dimisión de David González. Balaguer acentuó ese detalle de que sean dos mujeres quienes estén al frente del Gobierno local, algo que situó como fruto «de las conquistas de tantas mujeres» a lo largo de la historia.
Tras recordar que Oliva tendrá en su ya exalcalde un aliado y que «en un contexto social, político y económico difícil y complicado ha prestado un gran servicio», dijo que su única motivación será «trabajar para solucionar los problemas de los vecinos y hacer de Oliva una ciudad mejor».
A diferencia de lo ocurrido en el pleno de dimisión de David González, salvo el caso del PP ayer se vio un tono amable por parte de los partidos de la oposición, y todos le recordaron que la ciudad tiene retos muy importantes que se arrastran desde hace tiempo. Incluso Miguel Monzonís, que asumió el papel de portavoz socialista, hizo referencia a la necesidad de no perder ni un minuto en la resolución de esos problemas.
Entre los presentes, Àgueda Micó, secretaria general del Bloc, y numerosos alcaldes y portavoces de su partido, que se apresuraron a felicitar a la nueva alcaldesa.
