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La historia se llama Parpalló y Bairén

Gandia mejorará el acceso a la antigua fortaleza y apuesta por un centro de interpretación en la cueva que es «catedral del paleolítico»

Un grupo de visitantes atiende las explicaciones del guía del Castell de Bairén en una puesta de sol. A la derecha, el acceso a la Cova del Parpalló, que aparece en la parte superior. levante-emv

La pregunta es si Gandia, que despegó en la industria turística por su playa e incorporó después sus monumentos, sus espacios naturales, su cultura pasada y presente y su gastronomía, puede atraer a visitantes mostrando lo que aquí ocurría hace quince o veinte mil años, cuando los grupos humanos habitaban en cuevas. La respuesta es que así lo piensan en el ayuntamiento, porque con los fondos Next Generation también se quiere financiar un centro de interpretación del Paleolítico, aquel periodo en el que la humanidad avanzó gracias al uso de la piedra.

La historia se llama Parpalló y Bairén

La idea no viene caída del cielo, sino que responde a que justamente en Gandia se encuentra esa «catedral del Paleolítico» que es la Cova del Parpalló que desde hace años ha visto incrementado el interés, y las visitas, de muchas personas que quieren pisar y conocer ese periodo del mundo antiguo.

Si el proyecto acaba cuajando y llega el dinero de Europa, Parpalló, que es un Bien de Interés Cultural (BIC) incluido en el Patrimonio de la Humanidad por sus pinturas rupestres y su amplísima muestra de arte paleolítico, albergaría un centro de interpretación.

Y otro BIC, en este caso el Castell de Bairén, vería mejorados dos accesos con otra intervención que el ayuntamiento ha incluido en esta línea europea destinada a impulsar proyectos que, de una u otra manera, contribuyan a generar economía sostenible, riqueza y puestos de trabajo.

El Castell de Bairén acaba de estrenar una nueva cara tras la inversión de cerca de un millón de euros, y este pasado verano, pese a las restricciones de la emergencia sanitaria, ya fueron cientos las personas que se metieron en la fortaleza. El ayuntamiento considera que su proximidad a la ciudad y a la playa y la prolongada historia que albergan sus muros, con una ocupación humana que se remonta al menos cuatro mil años, también son un atractivo para muchos visitantes. El turismo requiere nuevos conceptos que se sumen al sol y playa, y esa es la filosofía municipal en la ruta marcada para no perder competitividad y ganar cuotas de mercado.

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