Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Confiamos en remontar con la feria de Gandia, ha sido duro»

Los feriantes aplauden al ayuntamiento por autorizar la Fira y acondicionar el recinto pero llegan tras numerosas cancelaciones y con un 40% menos de facturación por la epidemia

José Esteban, presidente de la asociación de feriantes, y Nati Cristo, de la pista de coches. | J.C

Nati Cristo y sus tres hijos son una familia de feriantes de Lucena (Córdoba). Regentan una pista de coches de choque. Ayer, antes que se abriera al público la feria de Gandia, daban los últimos retoques a sus aparatos en este recinto, donde se suelen instalar desde hace años, con la salvedad de 2020, cuando, como en tantas otras ciudades, se cancelaron las fiestas por la epidemia de covid.

Acceso vigilado al recinto desde Germanies, ayer. | J.C.

«Han sido casi dos años muy duros», reconoce Nati. Por un lado, tras pasar la fase más estricta del confinamiento, por la falta de ferias en el calendario. Este año ella sólo ha acudido a cinco, cuando en condiciones normales a estas alturas ya llevaría veinte. Y por otro, por las restricciones, que cambian según la comunidad autónoma, y el miedo al contagio.

«Los feriantes hemos sido los últimos para las administraciones, se han ensañado mucho con nosotros, no hemos tenido ayudas», se lamenta. De hecho, sus hijos se han tenido que buscar otros trabajos temporales hasta que, poco a poco, han vuelto a celebrarse festejos populares.

«Hemos demostrado que se pueden celebrar ferias con seguridad, estamos al aire libre, se desinfecta después de cada viaje, hay circuitos diferenciados... En fin, cumplimos los protocolos», añade Nati. «Luego ya todo depende de la actitud y el civismo de las personas», advierte.

Gandia es de las últimas ferias en el calendario anual valenciano, en un sector que es muy estacional. Entre octubre y abril, salvo el paréntesis de la Navidad, la mayoría están parados.

El presidente de la asociación de feriantes, José Esteban, natural de Aldaia, elogia la valentía del ayuntamiento por autorizar la feria este año, ya que en otros municipios como Xàtiva, Llíria o Algemesí no ha habido atracciones.

«Confiamos en remontar la temporada con la feria de Gandia, el recinto es uno de los mejores de España y siempre hemos tenido una gran acogida del público», explica. «Pero la verdad es que hasta ahora venimos observando una caída de la facturación de entre un 30 y un 40%». «La gente joven sigue viniendo, pero notamos menos niños, cosa que afecta sobre todo a las atracciones infantiles».

Este año en el recinto ferial de Gandia hay un total de 140 puestos. La mitad son valencianos, y el resto llega de Andalucía, Cataluña, la Mancha o Castilla y León.

El precio de las atracciones es de 3 euros las infantiles y 4 euros las de adultos. La asociación de feriantes, como es costumbre, ha entregado gratuitamente 10.500 entradas al ayuntamiento para que la institución las reparta como considere conveniente. La mayoría ya se ha distribuido entre alumnos de colegios e institutos. Por otra parte, los días de precios populares para las atracciones serán el jueves 30 de septiembre y el martes 12 de octubre. Habrá un 50% de descuento.

Además, los días sin música, pensados sobre todo para facilitar la visita de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) serán el martes, 5 de octubre, y el jueves, 7 de octubre.

Una de las novedades este año en cuanto a atracciones es una montaña rusa con agua. Pero la llegada de una noria, la estrella de cualquier feria, sigue siendo la asignatura pendiente. Desde que el famoso «turbonado» de 2012 tumbara la que había no se ha instalado ninguna atracción de este tipo. «No es fácil porque cada vez quedan menos norieros, que sólo se dedican a ese aparato, y requiere mucha inversión y mantenimiento», apunta José Esteban, aunque reconoce que le gustaría que la feria de Gandia tuviera una.

Plan de contigencia

La intención del ayuntamiento es que sea una feria limpia, ordenada y con distancia social. Entrando por la pasarela peatonal, a mano izquierda, hay un «punto de encuentro», una posta sanitaria con atención médica y de la Cruz Roja. El plan de contingencia contra el coronavirus, de seguridad y de evacuación se ha estudiado al milímetro, y será flexible según cambien las restricciones.

Como en ediciones anteriores, el ayuntamiento ha habilitado una parcela cercana, en la calle Rajolar junto al Burger King, para se puedan instalar con mayor comodidad las caravanas. Los feriantes se marcharán pasado el puente de octubre. Para muchos sus próximos destinos serán Dénia, Cocentaina o Girona.

Este año no habrá una feria de atracciones tal y como la conocíamos, ya que se deberán aplicar las medidas dictaminadas por la Conselleria de Sanidad para hacer frente a la pandemia. No obstante, estas restricciones podrían variar a partir del martes, cuando entren en vigor las nuevas. Pero, en cualquier caso, se deberán adoptar precauciones. La mascarilla es obligatoria en todo el recinto.

El aforo está limitado al 75%, 2.000 personas, controlado por una empresa de seguridad e informatizado. El recinto está ya totalmente perimetrado. Sólo hay dos accesos, por la avenida de Vilallonga y por la pasarela. No se podrá entrar, por ejemplo, por los laterales del parque Ausiàs March, como otros años.

Otra novedad es que hay un misma música ambiente en todo el recinto. Adiós al jaleo típico de escuchar varias canciones, aunque algunas atracciones singulares mantendrán su repertorio propio. El hilo musical se emite por una señal de radio a la que se conectan las paradas.

El horario también se acorta, aunque está la duda de cuál será a partir del martes. Por ahora deben cerrar a las 00.30 horas. Y en ningún caso la feria permanecerá abierta hasta las 5 o las 6 de la madrugada, como sucedía antes con algunos puestos de comida o la pista de coches de choque.

Itinerarios, control de aforo, mascarilla obligatoria e hilo musical

La feria llega con unas medidas de seguridad que nunca se habían implantado en Gandia

j.c. gandia

Compartir el artículo

stats