El Gobierno de Gandia, en su habitual reunión de los lunes, aprobó ayer una inyección económica de 60.000 euros que destinará a la Colegiata, el edificio gótico más notable de la ciudad y muy necesitado de una profunda rehabilitación en su estructura. El dinero llegará en forma de convenio que el consistorio firmará próximamente con la parroquia la Asunción de Santa María, a razón de 15.000 euros anuales durante los próximos cuatro años.
Según informaron ayer los coportavoces del Gobierno local, Josep Alandete y Miguel Ángel Picornell, el convenio tiene por objeto contribuir a los gastos de mantenimiento y pequeñas obras que requiere el templo, y la contraprestación por parte de la parroquia es permitir que sirva como escenario para la realización de algunos eventos culturales, como los tradicionales conciertos de Navidad o Semana Santa, a los que se podrían sumar otros en fechas señaladas, siempre que el día y la hora no interfiera en los actos litúrgicos. Además, el Cabildo de la Colegiata también deberá permitir las visitas al templo, algo que hasta ahora no estaba regulado y que el nuevo convenio pondrá por escrito.
Aunque el ayuntamiento ha contribuido periódicamente en actuaciones de reparación y pequeñas obras en la Colegiata gandiense, este acuerdo que en breve firmarán el abad, Ángel Saneugenio, y el alcalde, José Manuel Prieto, supone un paso significativo en la recuperación del diálogo que se inició para poder llevar a cabo una obra de restauración de gran calado y que la pandemia del covid obligó a paralizar.
De hecho, y como ya informó este periódico, seguramente en poco tiempo el presidente de la Diputació de València, Toni Gaspar, anunciará un plan para invertir una importante cantidad de dinero en la que sería la mayor obra en el templo desde que la Generalitat llevó a cabo, con un millón de euros, la restauración de la bóveda y la cubierta, una actuación que finalizó en diciembre del año 2009.
Paralelamente, el Ayuntamiento de Gandia impulsa la próxima convocatoria de una reunión del Patronato de la Fundación para la Restauración de la Colegiata, que ha permanecido inactiva durante años, y a la que acudirían los representantes de las entidades públicas que lo integran, como son la Generalitat, la Diputació, el ayuntamiento y la Universitat Politècnica de València (UPV). Los gestos a veces son muy importantes, y baste decir que en las últimas semanas han estado en esa iglesia gótica tanto el nuevo rector de la UPV, José Esteban Capilla, como el president de la Generalitat, Ximo Puig, dos personas que, junto al alcalde Prieto y el presidente Gaspar, tienen sobre la mesa la misión de contribuir para evitar que la Colegiata se siga degradando.
