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Una caña a medias en Oliva

El ayuntamiento ultima un bono de 20 euros subvencionado al 50% para que los ciudadanos lo puedan gastar en locales gastronómicos. La idea es animar al consumo en temporada baja

Dos personas toman una caña en una terraza de Oliva. gastroliva

El Ayuntamiento de Oliva va a poner en marcha una iniciativa pionera para animar a los ciudadanos a gastar en establecimientos gastronómicos, entre ellos restaurantes, bares, cafeterías y heladerías, con la fórmula de bonificar una parte de la consumición.

La idea es muy similar a la que ya se ha puesto en marcha, en esta y en otras ciudades, para animar a comprar en locales comerciales, pero es la primera vez que el sector beneficiado es el gastronómico y hostelero.

El cheque consumo gastronómico podrá ser adquirido por cualquier ciudadano empadronado en Oliva, y el consumo también será en establecimientos de esta localidad. El valor será de 20 euros cada uno, pero el titular pagará solo la mitad, porque los otros diez corren a cuenta del ayuntamiento. El cheque se podrá consumir en una o varias veces y, evidentemente, entregarse para pagar parte de una consumición cuando sea de mayor valor.

Joaquín Calafat, concejal de Turismo de Oliva, ha explicado a este periódico que la promoción está limitada a 40.000 euros que aporta el ayuntamiento, lo que supone que, al menos, el consumo total superará los 80.000. Pero, como ha ocurrido en este tipo de bonificaciones en otros sectores, se espera que sea mucho mayor la cantidad total que los ciudadanos aporten directamente a las cajas de los establecimientos.

Justamente hoy miércoles está convocada una reunión para calcular el número de locales que tengan interés por sumarse a esta iniciativa, en la que también colaboran la Federación de Asociaciones de Empresarios de la Safor (FAES) y Caixa Ontinyent, los mismos organismos que contribuyeron a perfilar los cheques consumo en comercios de Gandia y, por tanto, con experiencia.

Según el concejal Calafat, estos bonos gastronómicos tendrán vigencia durante la temporada baja de este otoño. La idea es que estén disponibles en la calle en unas dos o tres semanas y que sean válidos hasta el puente festivo del 6 y 8 de diciembre, momento en que se da por iniciado el periodo previo a la Navidad que, como es sabido, lleva consigo el periodo de mayor consumo, también en locales gastronómicos.

Este año, salvo imprevistos, el sector confía que regresarán las comidas de empresa, de grupos de amigos y de familias, lo que, unido a las habituales consumiciones sociales en estas fechas, como tomar una caña, una tapa o un vermut, animará la inyección de dinero en un sector que, como tantos otros, ha sufrido mucho durante la pandemia del covid pero que, afortunadamente, ha registrado una rápida recuperación, especialmente significativa durante el verano que acaba de concluir.

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