Garantizar la distancia social y las medidas de prevención frente al coronavirus en una Fira i Festes de Gandia cuyo modelo de éxito se caracteriza, precisamente, por el horror vacui, el teatro de calle y el cuanto más, mejor, ha sido para el ayuntamiento como la cuadratura del círculo. El Gobierno local ha definido esta edición como una Fira i Festes de transición hacia la normalidad, modesta y diferente a la de antes de la pandemia, pero necesaria.

La alternativa era no celebrarla, como sucedió el año pasado, algo que tampoco era lo deseable, teniendo en cuenta la fase de recuperación económica y emocional que se ha abierto con la vacunación. A pesar del reciente levantamiento de numerosas restricciones por parte del Consell, el Gobierno gandiense ha optado por la prudencia y ha diseñado unas fiestas mayores con menos calle, sin mercados medievales, y con aforo controlado en todos y cada uno de los espectáculos, incluido el recinto ferial.

El alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, ya explicó que el ayuntamiento «no programará nada que no sea seguro, se pueden organizar algunos actos sin poner en peligro la salud de las personas, como hemos demostrado en festivales como el MIRA, el Borja Port Art o el Polisònic, pero que nadie piense en grandes aglomeraciones de personas, al contrario». Sin embargo, Prieto añadió que, pese a todo, será «una Fira i Festes para el reencuentro, que tanta falta hace».

Los espectáculos de calle serán en patios de colegios: Sant Francesc de Borja, Benipeixcar y Escolapios, así como el claustro de l’Escola Pia. Se mantienen, aunque adaptados a la normativa sanitaria, espacios como el Parc de la Festa y el jardín de la Casa de la Cultura para los conciertos, el recinto ferial y la Plaça del Mosset (Street Food), en la plaza del Tirant, además del Teatre Serrano y el Palau Ducal. En la plaza del Prado habrá un gran laberinto para que jueguen los niños.