La playa de Gandia ha echado el cierre. No es que se visualice mediante ningún cerrojo, pero sí con la retirada de los equipos de vigilancia y socorrismo de la arena, de los que forman parte un centenar de personas dirigidas por la Cruz Roja de Gandia y que ayer pasaron el último día de observación.
Aunque en esta jornada de Todos los Santos se alcanzaron unos casi estivales 26 grados de temperatura en Gandia, la lluvia caída en días precedentes, el intenso viento, y sobre todo el temporal de mar, evitaron que se viera a mucha gente en la arena. La bandera roja ondeó como señal de prohibición de introducirse en agua. Obviamente, Todos los Santos también es una fiesta de tradiciones arraigadas y de visitas a cementerios.
Como informó este periódico, el departamento de Turismo decidió prolongar hasta el 1 de noviembre la vigilancia en la playa en un afán de convertirse, junto a Benidorm, en destino de temporada extendida, desde Fallas a Todos los Santos, aprovechando hasta el límite la posibilidad de disfrutar de la arena, el sol y el mar, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan. A partir de ahora el ayuntamiento procederá a retirar y resguardar elementos de la arena para preservarlos de las inclemencias y poder aprovecharlos el año que viene.
En declaraciones a este periódico, el presidente de la Cruz Roja de Gandia, Toni Martí, trasladó ayer el agradecimiento y su reconocimiento a todos los integrantes de los equipos que han trabajado este verano en un servicio esencial para que la playa esté considerada una de las más seguras de España y más completas en cuanto a atenciones a los bañistas y visitantes.
En el ayuntamiento, por su parte, se trabaja para cerrar cuanto antes el pliego de condiciones que se tiene que rehacer para sacar a concurso público el servicio de vigilancia y socorrismo para los próximos cuatro años, dado que el actual acaba de caducar.
