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La Confederación se abre a preservar los históricos azudes del Serpis

Los alcaldes de Villalonga y l’Orxa arrancan el compromiso para intentar mantener los del Morú y de l’Infern con pasos para la fauna fluvial

El centenario azud de Morú, en el término de Villalonga, uno de los más bellos del Serpis. | J. A. ROSELLÓ

Los alcaldes de Villalonga y l’Orxa, Román Garrigós y Juan Pablo Pinar, han arrancado a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) el compromiso de estudiar la posibilidad de mantener algunos de los azudes del río Serpis. Porque, como ya publicó este periódico, la orden dictada por la CHJ es retirar seis de esas barreras existentes en ambos términos para «renaturalizar el cauce», algo que levanta polémica porque no todos los consideran apropiado.

García, Garrigós y Pinar, en València.

Según señalaron ayer a este periódico el alcalde Garrigós y el concejal Domingo García, que también asistió a la reunión con el Comisario de Aguas de CHJ, Marc Garcia, los dos consistorios trasladaron su oposición a la demolición de los azudes, seis de los cuales están en el tramo de Villalonga y uno en el de l’Orxa.

La idea que los representantes de ambos municipios plantearon es que se mantengan los más bellos, como son los de l’Infern, que alimentaba la central eléctrica del mismo nombre, y el de Morú, que dibuja una bella estampa cuando se sale, hacia Alcoi, de uno de los túneles del antiguo ferrocarril. En ambos casos, además, se trata de construcciones centenarias, de manera que el comisario de la CHJ anunció que solicitaría informe a la dirección de Patrimonio de la Generalitat para que determine si existen impedimentos en las órdenes de demolición. Genéricamente, se los podría considerar patrimonio histórico industrial, como lo son otros muchos elementos de finales del siglo XIX y principios del XX.

Román Garrigós explicó que, si se consigue mantener los azudes, los dos ayuntamientos, cada uno en su término, solicitarían la gestión de esos elementos históricos para encargarse de su gestión, y añadió que, entre otros aspectos, se comprometen a construir elementos que permitan el tránsito de la fauna fluvial, facilitando así la biodiversidad.

La esperanza de preservar los azudes, como piden numerosos colectivos culturales, sociales y ambientales, sigue abierta y los alcaldes de Villalonga y l’Orxa se han vuelto a citar con Marc Garcia para dentro de un mes.

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