comedor social. La asociación Bunyoleres sense Fronteres volvió a montar ayer en Gandia su puesto de venta de buñuelos solidarios, después del largo paréntesis provocado por la pandemia. Con el estallido de la crisis del coronavirus, en marzo de 2020, la actividad se paralizó, y las mujeres dejaron de ponerse en los lugares tradicionales, como en los bajos de la Colegiata o de la iglesia de Sant Josep, puntos donde cocinaban los buñuelos, cosa que supuso una pérdida de ingresos considerable para el comedor social y sus fines. A partir de ahora estarán todos los sábados en la esquina del paseo Germanies con la calle Rausell, aunque por protocolo anticovid no los cocinan «in situ», como antes, sino que los van reponiendo con bandejas que transportan desde el comedor social. Además, venden lotería de Navidad.

Las buñoleras vuelven a las calles de Gandia