Para sus alumnos del Instituto Laboral de Gandia, el actual IES Ausiàs March, pero también para toda la Safor, Josep Camarena Mahiques (1921-2004) siempre será el profesor. El profesor de la Safor, porque Camarena, aunque tuvo una faceta destacada como historiador medievalista, fue ante todo el gran maestro de la comarca, cuyos aspectos de todo tipo, desde los geográficos e históricos más elementales hasta los más costumbristas, divulgó para ayudar a que nos enamoráramos de ella.

Como él explicaba a sus alumnos, la montaña más alta podía ser el Himalaya, pero la más importante era el Montdúver, porque es la que tenemos más cerca. Siempre empezaba sus clases con alguna anécdota o suceso local para extrapolarlo después a un ámbito más global, e incluso salió con ellos al río Serpis o a la Serra Falconera, un método pedagógico revolucionario durante la larga noche del franquismo.

Por otra parte, aunque ya existía un sentimiento identitario de pertenencia a la Safor, Camarena contribuyó a que los investigadores posteriores hicieran de la comarca su ámbito de estudio para explicar los hechos históricos. Dio color a un mundo gris, al desierto cultural que era Gandia en aquella época. Sembró la semilla para los intelectuales de la Safor en los años 70-80, los que después conformarán el CEIC Alfons el Vell o impulsarán la Universitat d’Estiu de Gandia. Fue un nexo entre su generación «viuda» y la siguiente.

Con motivo del centenario de su nacimiento, el CEIC Alfons el Vell, del que Camarena es presidente honorífico, ha organizado en este 2021, con un ligero retraso debido a la situación pandémica, una serie de actividades. Por un lado, tres conferencias en Gandia, que ya tuvieron lugar esta semana, de martes a jueves, con los historiadores Frederic Aparisi, Rafael Narbona y Víctor Muñoz. Por otra parte, se han diseñado seis rutas guiadas por diferentes parajes naturales de la Safor. La primera será el próximo sábado, 4 de diciembre, por la Cuta.

A los pies de esa sierra, en Llocnou de Sant Jeroni, nació Josep Camarena un 13 de enero de 1921. Un par de años después llegó la dictadura de Primo de Rivera, una época en la que, a pesar del autoritarismo, hubo un avance en obras públicas. El desarrollo económico y la transformación agrícola del secano al naranjo ayudó a que Llocnou, por cuya calle mayor pasaba la carretera de Alcoi a Gandia, se convirtiera en un pueblo estratégico, de transportistas.

Camarena estudió bachiller en Gandia, en el mismo Instituto Laboral del que después sería docente. Cada día iba desde Llocnou primero caminando, y luego en bicicleta. Ante su brillante expediente, fue Manuel Dualde, profesor en el mismo centro, el que animó a los padres a que acabara el bachiller en València y cursara estudios universitarios. El joven Camarena se licenció en la Universitat de València (UV), a la que había entrado totalmente depurada por Franco. Se doctoró en la Complutense de Madrid en 1949 con la tesis «El Reino de València bajo Fernando de Aragón», que marcaría su interés como medievalista. Nunca la publicó porque la riada de 1953 destruyó las planchas de impresión. En 1955 la muerte de su mentor Dualde y la llegada al departamento del catedrático zaragozano Antonio Ubieto, negacionista de la colonización catalana del Reino de València, provocaron que Camarena nunca lograra el importante respaldo de la UV para sus investigaciones, aunque las siguió realizando en otras instituciones como el Alfons el Magnànim o la Escuela de Estudios Medievales. Con todo, optó por centrarse en la docencia. En 1950 volvió a Gandia para ocupar una plaza en el Instituto Laboral, donde fue profesor, secretario y director.

Josep Camarena no expresó públicamente su ideología. Es cierto que militó en las Juventudes Socialistas de su pueblo, pero las abandonó cuando empezó la Guerra Civil, y después, más allá de su convicción democrática no se comprometió, ni siquiera en plena Batalla de València, a finales de los años 70. En 1965, y con financiación de Fomento de AIC, publicó todo un clásico, la «Historia del Distrito de Gandia».

En abril de 1979 la muerte de su hijo Pep, con 25 años y recién licenciado en Biología, sepultado por un alud de nieve junto a otros cinco montañeros gandienses en la sierra de Gredos, fue un golpe durísimo para Camarena. En 1987 se retiró de la docencia, y ya sólo haría colaboraciones puntuales. Pero su trayectoria hizo que el el Ayuntamiento de Gandia lo nombrara Hijo Adoptivo y el CEIC le rindiera un homenaje, el 26 de noviembre de 1993. Además, Gandia adquirió su fondo bibliográfico para crear la biblioteca que lleva su nombre en el Arxiu Històric Municipal. El 5 de agosto de 2004 Camarena fallecía a los 83 años tras una larga enfermedad, dejando una viuda, Emiliana Furió, que conoció en la universidad, y dos hijas, Irene y Lilín, que actualmente viven en Alicante.

Hace una década los historiadores Frederic Aparisi y Carlos Lecuona publicaron «L’arxiu d’un home i una època» (La Xara), donde se retrata al personaje y se desgrana el material que legó a Gandia. Otra obra interesante y casi de obligada lectura para conocer la comarca es «Josep Camarena i l’ocàs del món rural. (Viatge a la Safor)», el libro que dictó a Ignasi Mora y fruto de un recorrido de ambos por los pueblos de la Safor entre enero y junio de 1988.

Sin ninguna calle ni espacio público en la comarca

A pesar de su relevancia, Josep Camarena Mahiques no tiene ninguna calle o espacio público en la Safor que recuerde a las generaciones posteriores quién fue. En enero de 2009 se creó en Gandia el colegio Josep Camarena, formado por barracones, ante las previsiones de crecimiento demográfico, pero para el curso 2014 desapareció al ser absorbido por el CP Roís de Corella. Sí que existe, en el Arxiu Històric Municipal de Gandia, la biblioteca «Josep Camarena», con el fondo bibliográfico del investigador que en 1992 adquirió el Ayuntamiento de Gandia. Tampoco lo hay en Llocnou de Sant Jeroni, donde es Hijo Predilecto, aunque en la Placeta de les Argamases, en el reloj de sol, hay inscrito un fragmento del «Viatge a la Safor». Está en el Camí Pouet hacia Almiserà, cerca de la que fue su casa.

Por otra parte, en el otoño de 2004, el mismo año de su fallecimiento, el Col·lectiu Vall del Vernissa organizó unas jornadas con su nombre, pero no tuvieron continuidad.