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El campanario de la Seu será visitable

La idea es que los trabajos, que durarán un año, puedan iniciarse en 2022

El campanario de la Colegiata de Gandia, visto desde la plaza dels Apòstols, junto al templo. ximo ferri

El campanario de la Colegiata de Gandia, uno de los más altos, antiguos y atractivos de la Comunitat Valenciana, se podrá visitar cuando terminen las obras de su restauración integral, lo que permitirá convertir este elemento arquitectónico e histórico de primer nivel en un atractivo en sí mismo, pero también como atalaya para contemplar el paisaje urbano desde el corazón de la ciudad de Gandia, incluyendo la vertiente turística.

Jesús Roche, Francisco Mas y Francisco Llorens, ayer, ante los planos de la restauración del campanario. m. pérez

Esa es una de las novedades que ayer presentó el arquitecto Jesús Roche, que ya tiene el proyecto listo para pasar a licitación y que, con un presupuesto de unos 850.000 euros, financiarán la Generalitat, la Diputació de València y el Ayuntamiento de Gandia. Ese proyecto, que ayer explicó el propio Roche y el presidente de la Fundación para la Restauración de la Colegiata, Francisco Mas, se presentará al pleno de ese organismo que, según dijo, tendrá lugar a lo largo de este mes de diciembre.

Dependiendo de la agilidad a la hora de aprobar las obras y licitarlas, teniendo en cuenta que se trata de un edificio Bien de Interés Cultural, se confía que la ejecución comience el año próximo. Son obras, dijo el arquitecto, que no presentan mayores complicaciones porque el campanario estructuralmente está bien y el proyecto se centra en la restauración, tanto interior como, especialmente, en el interior, donde el deterioro es muy evidente. Como ejemplo, Roche señaló que en el denominado nivel 9, donde se encuentra el reloj, se hace difícil entrar porque los excrementos de los palomos han bloqueado la puerta.

Lo más complicado de la obra, y sin duda lo más visible, será el «vestido» que cubrirá el campanario durante los aproximadamente doce meses que durarán los trabajos. El andamio, que se asentará sobre la zona del fossar, permitirá el acceso a todas las zonas para renovar ese bello elemento.

Roche explicó ayer que no se trata de ninguna reconstrucción, sino de una restauración. «Ni se añadirá ni se quitará nada, simplemente es una acción que facilitará la conservación de la torre más emblemática de la ciudad ducal y que ayudará también a que sea visitable para el turismo».

El presidente de la Fundación de la Colegiata, por su parte, expresó su satisfacción por el acuerdo que permitirá disponer del dinero, que corre a cargo de la Administración, fruto, señaló, de «la buena voluntad política».

Como publicó la semana pasada este periódico, el presidente de la diputación, Toni Gaspar, señaló que esta obra será la aportación física de las administraciones a la celebración del Año Jubilar de San Francisco de Borja, abierto el pasado octubre y que concluirá el mismo mes del año próximo.

A preguntas de Levante-EMV, Jesús Roche indicó que en ningún momento se ha planteado la posibilidad de un proyecto que deje exento el campanario de la nave de la Colegiata porque, según señaló, esa situación solo se produjo durante un corto periodo de tiempo situado en el origen de lo que hoy es la base de la torre, en el siglo XIII.

Una torre vigía del siglo XIII que creció a medida del templo

El campanario de la Colegiata de Gandia, que se puede apreciar en su integridad por su lado oeste, el que da a la plaza dels Apòstols, tiene su origen en una torre vigía que se remonta al siglo XIII, cuando Gandia era apenas una aldea fortificada poco después de que el rey Jaume I instalara aquí un campamento después de haber conquistado el castillo de Bairén.

Esa misma torre es la que sirvió al duque Alfons el Vell como arranque del campanario, elevándolo hasta lo que hoy se contempla como el primer tramo de la torre. Hasta ese punto la fábrica está compuesta de sillares de piedra.

Pero, a medida que la Colegiata también se ampliaba, el campanario fue elevándose en altura, de manera que su estructura siempre estuvo al nivel arquitectónico del templo. La segunda fase, la que aparece más «decorada» en sus cuatro costados, va del barroco al neoclásico, y ahí se utilizó ladrillo revestido de mortero.

En su proyecto, el arquitecto Jesús Roche ha previsto que las dos fases constructivas se hagan visibles, de manera que pueda apreciarse la antigüedad de cada una. En la base, los sillares de piedra y, en altura, el mortero, los elementos decorativos, las tejas de la zona más alta y los bellos orificios que dejan salir el tañido de las campanas.

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