Domingo, pasan unos minutos de las diez de la mañana. «Lo siento, lo tengo todo reservado para almorzar y para comer». Lo dice Salvador Peña Leal, del restaurante Ca Saoret, en Tavernes de la Valldigna. Otro cliente intenta acceder al local. «Lo siento, está ya todo lleno», repite. Y así todavía un par de veces más. Aparentemente se trata de uno de los locales más buscados de la Comunitat Valenciana en este momento. Solo un día antes acaba de recoger su trofeo Cacau d’Or, un galardón que le reconoce como uno de los diez templos del «esmorzaret» valenciano de este año.

Salva, o «Saoret», es un hostelero como los de toda la vida. No en vano lleva casi 20 años al frente de un negocio que abrió sus puertas en junio del 2002. Conduce el establecimiento junto a su socia y, además, cocinera, la otra parte del artífice de su éxito, María José Avaria.

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Peña es de los que se conoce a su clientela y que casi ni demanda qué va a consumir. Sirve los platos sin preguntar para quién son y se interesa porque no falte nada sobre la mesa. Habla con unos y bromea con otros, pero lleva la profesionalidad siempre por bandera.

Sin embargo, este domingo es diferente. «No conozco a nadie», dice. Casi todos los comensales que llenan el local, ubicado en la calle Carnisseria, cerca de la plaza Major, son de otros municipios. Igual que los que aún faltan por llegar a las mesas que están reservadas. «Las reservas de personas que vienen de otros municipios han crecido un 200%», explica a este periódico.

La familia Romaguera, formada por cuatro miembros, llega desde Alzira. «Hemos conocido el restaurante por la Ruta dels Esmorzars y justo nos hemos enterado que ayer le dieron el Cacau d’Or», explican. Entra un grupo de cinco chicos. Muy jóvenes. Llegan de Gandia y es en esta ciudad «donde normalmente almorzamos», dicen. Pero hoy han cambiado porque «venimos a probar el restaurante que ha ganado el Cacau d’Or», confiesa uno de ellos.

«El concurso ha dado a conocer el restaurante a nivel de Comunidad Valenciana», explica Saoret. «Es un poco flipante todo lo que estamos viviendo», señala. «Esto es muy grande», dice. El propietario reconoce que «al principio no lo veía como una cosa tan grande pero luego lo piensas y, en realidad, es como tener una Estrella Michelin de los ‘esmorzars’ y es algo que solo pasa en la Comunitat Valenciana».

Pero, ¿qué debe reunir un local para ser considerado templo del «esmorzaret»? «Debes ofrecer producto local, algo que nosotros cumplimos porque todo lo compramos aquí en Tavernes, un buen servicio, la decoración, etc. Todo cuenta para un jurado que llega sin avisar. Reservan, se sientan, piden, almuerzan, pagan y se van pero ya tienen claro si cumple o no los cánones, y en Ca Saoret vieron que así era.

Rafa Navarro llega con su familia desde València, desde más de 50 kilómetros. «Ya conocía el restaurante pero ahora que le han dado el Cacau d’Or dije que teníamos que venir ya porque, si no, iba a ser imposible».

Y tiene razón. El gerente asegura que para este fin de semana ya está todo lleno desde hace días, «y me están llegando reservas para el 19 de diciembre». Unos 75 esmorzadors en sábado y alrededor de 80 en domingo dan fe de cómo se impone la llamada Cultura de l’Esmorzar y cómo hay personas que no dudan en desplazarse un centenar de kilómetros si hace falta para disfrutar de este ritual que es más que gastronomía. Eso obliga a «Saoret» a hacer tres turnos: a las 9.30, las 10.30 y las 11.30.