entre todos la mataron y ella sola se murió

La muerte de SaforBici tiene varios culpables: el vandalismo no castigado, un plan de ajuste que «obliga» a que un servicio municipal de transporte dependa de los ingresos publicitarios de una empresa privada, y el devenir de los tiempos.

La movilidad ha cambiado. El patinete eléctrico se ha impuesto a la bicicleta para las distancias cortas por ciudad. Pero el gobierno local cometería un error si intercambiase un vehículo por otro. No se trata de eso.

Gandia debe elaborar un proyecto de movilidad urbana e interurbana integral, sostenible, apoyado en las nuevas tecnologías y acorde a su capitalidad y privilegiada posición en el mapa. Y no debe hacerlo de forma acelerada, pero sí pronto.

El momento es inmejorable. La apuesta por la descarbonización de las ciudades es mayoritaria. Los nuevos y reformados entornos urbanos de Gandia serán amables. Los vehículos cero emisiones y compartidos son una realidad. Y, no menos importante, existen fondos europeos para invertir e interés de inversores privados en un sector en auge.

Cheques-Movilidad para comprarnos un patinete o bici eléctrica. Anclajes y espacios seguros en parkings para aparcar estos vehículos. Vigilancia y aplicación estricta de la ordenanza de movilidad para que la convivencia entre los peatones y conductores sea vital. Gandia puede y debe. Yo, me subo.