Hace dos años y medio dijo usted, durante la convulsa investidura del alcalde de Oliva, que pactaba con Compromís superando personalismos y por el bien de la ciudad. ¿Hoy avalaría esa decisión?
Sin duda. Las dos formaciones hemos sido capaces de afrontar de manera conjunta esta crisis sanitaria desde la unidad y el trabajo en común. Realmente, y así lo he manifestado desde la investidura, las relaciones entre las dos formaciones han sido siempre muy fluidas, al margen de otras discrepancias normales entre dos grupos políticos distintos.
Personalmente no destacaría ningún episodio durante este tiempo que me hiciera cuestionarme aquella decisión sino que, bien al contrario, David González y yo nos hemos demostrado respeto mutuo durante estos años.
¿Ha cambiado algo con la renuncia de David González y la investidura de Yolanda Balaguer como primera autoridad local?
Quizás sea pronto para poder establecer comparativas, pero para ser justos hay que poner en valor la experiencia del Sr. González en el funcionamiento de los pactos de gobierno, porque, aun siendo formaciones diferentes, hay que mantener el respeto, la libertad y trabajar la confianza entre los miembros. Tal vez sea la cualidad que más destacaría de David González. Comprendemos que Yolanda Balaguer está en una fase de adaptación al cargo.
Dígame
, ¿sería diferente el Gobierno de Oliva en algún aspecto si usted fuese quien ocupase el cargo de alcaldesa?
E
videntemente cada persona que se presenta como candidata por un partido político le dirá que sí. Creo que la capacidad de decisión es necesaria a la hora de ocupar puestos de poder, y es algo que en algunos momentos he echado en falta. Sin duda hay que gobernar mirando hacia delante, con la mente abierta y trazar las líneas de lo que queremos que sea la Oliva del futuro, y eso es lo que tanto mi equipo como yo tratamos por ofrecer.¿Qué piensa del hecho de renunciar a la alcaldía por una responsabilidad en el Consell de la Generalitat? ¿Lo habría hecho usted?
Es una reflexión que cada uno de nosotros debería de hacer. Depende de las circunstancias individuales, pero en este caso considero que el ciclo del Sr. González en la política municipal ya había llegado a su fin, entendiendo que estas nuevas responsabilidades pueden establecer nuevos retos profesionales y personales. Las trayectorias políticas pueden tener largos recorridos y en este caso es un paso más.
Como le he dicho, depende de cada caso y ahora mismo mi objetivo principal es Oliva, porque considero que hay mucho por lo que trabajar y un gran proyecto que ofrecer.En dos años y medio, ¿qué balance hace no de la gestión municipal, sino de la evolución global de Oliva?
Oliva tiene una gran proyección de futuro evidenciado en parte por las nuevas infraestructuras conseguidas, así como por la liberalización de la AP7. Ahora mismo nuestra ciudad está siendo atractiva para muchas empresas. Entendemos que la industrialización de Oliva es necesaria para generar oportunidades en la ciudad y en esa línea estamos trabajando.
En una entrevista en este periódico el exalcalde dijo, y casi todos piensan igual, que tanto la Generalitat como el Gobierno de España discriminaron a Oliva durante décadas. ¿Ha cambiado algo?
B
astante, y creo que las piezas fundamentales para ello son, por un lado, el haber tenido un ministro socialista valenciano al cargo de Fomento, José Luis Ábalos; haber tenido el Gobierno valenciano presidido por otro socialista, Ximo Puig, y, junto con el gobierno local, se ha podido avanzar en materia de infraestructuras. El Enlace Sur, que cobra relevancia con la liberalización de la autopista; el desbloqueo de la construcción de la nueva depuradora; desbloqueo del vial para conectar Piles con Oliva por las playas; expropiación de los terrenos para la mejora del vial que conecta Piles y Oliva por el casco urbano; aprobación del proyecto del cruce de la Pelaora; avances en el proyecto del nuevo centro de salud de Sant Francesc… Estamos hablando de inversiones por valor de más de 54 millones de euros. Sin duda sí que ha habido un cambio.
La falta de personal técnico, especialmente en Urbanismo y Actividades, es acuciante en Oliva. ¿Qué van a hacer para solucionar ese problema?
De hecho ya se está trabajando al respecto, tanto en la plantilla aprobada en el 2021 como en la que se ha negociado para el 2022. Se incorpora refuerzo del equipo técnico del departamento de Urbanismo y Actividades. Desde el departamento de Hacienda se han dotado de los recursos económicos necesarios para cubrir este refuerzo; pero será el departamento de Recursos Humanos el que tendrá que materializar lo acordado.
Aunque personalmente creo que se deberían de revisar los procedimientos para eliminar burocracia innecesaria, ya que es uno de los problemas que hemos detectado. Para solicitar una licencia hay un excesivo volumen de documentos a aportar, lo que complica la gestión ciudadana.Proyectos como el Enlace Sur siguen cumpliendo plazos. Pero, ¿qué hay de otros, como la depuradora de aguas residuales?
Realmente es un proyecto que está mas avanzado de lo que parece. Hemos estado trabajando los últimos meses en la reutilización de las aguas depuradas, creando una red de distribución en campos agrícolas de la ciudad de Oliva. Este proyecto llevaba tiempo bloqueado y cuando llegamos al gobierno, ahora hace poco más de dos años, conseguimos que la Confederación Hidrográfica del Júcar lo reactivara. Lo más interesante de esta infraestructura es garantizar la reutilización para el riego agrícola.
Sorprende que hace unos días publicó un artículo en este periódico apuntando a la idea de un tranvía Gandia-Oliva-Dénia. ¿Por qué ahora ese cambio de criterio?
No hay ningún cambio de criterio, realmente es una posibilidad que nace desde mi reflexión personal. Los gobernantes o los que aspiramos a gobernar tenemos la obligación de analizar y reflexionar sobre el futuro de la ciudad y evitar dejarnos llevar por anhelos del pasado, abrir la mente a nuevas posibilidades.
Tenemos un envejecimiento poblacional y vamos a necesitar un transporte de proximidad que nos conecte con el hospital, que sirva para facilitar la movilidad de nuestros estudiantes, incluso la movilidad interurbana, y que permita la llegada de turistas. Una opción de transporte amable con Oliva y más rápido de ejecutar podría ser el tranvía.
¿Eso significa renunciar al tren convencional, a ese proyecto denominado Tren de la Costa?
No es una renuncia, simplemente es explorar alternativas que antes no se habían planteado, porque las sociedades avanzan. Creo que todos estamos cansados de promesas, de una manifestación por legislatura, que puede quedar bien en una foto. Pero Oliva es más que esperar un tren que no llega y que realmente dudo que llegue. Abrir la mente a nuevas realidades y a necesidades de futuro. Oliva ya ha esperado demasiado y no nos podemos permitir seguir con un transporte público prácticamente inexistente.
Visto lo ajustado del resultado entre partidos de derecha o de centro y la izquierda, ¿tiene datos sobre si la suma de socialistas y Compromís volverá a dar para formar gobierno?
De momento la virtud de ver el futuro no la tengo, tal vez lo más importante es centrar las energías en trabajar y demostrar por qué la ciudadanía debe seguir confiando en nosotros. La política real no consiste en estar por estar, consiste en tener un proyecto claro de ciudad, en buscar oportunidades y no dejarlas escapar, en ofrecer soluciones a los problemas y no dejarlos en un cajón esperando a que se solucionen solos. Gobernar es liderar y trabajar con ilusión y firmeza por el bien común.
