La construcción del muro para contener las crecidas del río Vaca en Tavernes de la Valldigna es sin duda una buena noticia, pero no deja de ser una solución intermedia entre no hacer nada y aquel gran proyecto que se presentó hace más de diez años para laminar las avenidas de este mismo río y evitar daños en toda la zona de la Valldigna y en el término de Xeraco.
El plan, que fue diseñado por la empresa pública Acuamed, fue anunciado y redactado cuando José Luis Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno español, coincidió con otros dos actuaciones en la misma línea en la comarca de la Safor, la del río Serpis-Vernissa y la de la rambla de la Gallinera.
Aquella actuación, de varias decenas de millones de euros, estuvo a punto de ser licitada por Acuamed, pero en eso llegó el Gobierno de Mariano Rajoy, que congeló inmensas partidas presupuestarias para estas obras, y después Acuamed reconoció que el plan contra inundaciones del Vaca había sido anulado.
El del Serpis sí se hizo, con más de 50 millones de inversión en la cuenca media y baja, y el del Gallinera quedó a medias porque aún falta una presa de laminación.
