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Las Fallas de la Safor se adaptan a la sociedad del XXI

Las últimas pinceladas que ha recibido la fiesta en la Safor han permiten un colectivo más abierto, inclusivo e igualitario y dejan atrás normas y costumbres de otros tiempos

Las Falleras Mayores de Gandia de 2022 son madre e hija gracias al cambio de normativa. | T. Á. C.

Las Fallas y todo lo que las rodea históricamente han llevado encima el sambenito de «retrógradas». Cada vez son menos, pero hay voces que apuntan a que se trata de una fiesta enquilosada en el tiempo, que es machista, que no respeta la igualdad ni tampoco la diversidad y que está muy marcada por los cánones tradicionales y algunos roles inalterables.

Javi Tur, primer Fallero Mayor de la comarca de la Safor. | LEVANTE-EMV

Puede, tal vez, que haya casos, porque a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana existen muchísimas comisiones. Sin embargo, en cada lugar tienen su propio idiosincrasia y forma de hacer las cosas. Porque sí, las Fallas, son Fallas pero hay muchísimas maneras de interpretar y vivir la fiesta y todo aquello que la rodea.

Pero no cabe duda, a día de hoy, de que en la Safor la fiesta y las personas que la forman, especialmente en los últimos daños, han sabido ir al mismo ritmo al que ha avanzado la sociedad y se puede decir que en la comarca, la fiesta fallera sí que está plenamente en el siglo XXI.

Hace unas semanas se daba el último ejemplo. Una comisión de Oliva, Casa d’Alonso, elegía, por primera vez en su historia y en la de toda la comarca, a un Fallero Mayor. Se trata del joven de 25 años Javi Tur Peiró que, como narraba a este periódico, siempre había tenido el sueño pero nunca se atrevió a expresarlo por miedo, precisamente, a que en su comisión no tuvieran un pensamiento tan avanzado. Para su sorpresa, todo fue alegría y buenas palabras y su cargo ha sido muy bien acogido en general.

Es el último ejemplo pero hay más. En Gandia, la Federació de Falles, con el apoyo de las 23 comisiones de la ciudad, eliminó el ejercicio pasado una norma que parecía sacada de otro siglo y que, además, ha permitido que se dé un hecho histórico en la ciudad. Se trata de la edad máxima para ser Fallera Mayor de la ciudad o miembro de la Corte de Honor.

Así, el organismo decidió eliminar, de un plumazo, ese límite, que estaba fijado en 30 años para máxima representante y en 35 para formar parte del grupo de acompañantes.

Entonces, el presidente de la Federació de Falles, Telmo Gadea, ya hablaba de una normativa con muy poco sentido, que, además, no se aplica en ninguna otra ciudad fallera de la Comunitat Valenciana. Este hecho ha supuesto que en el 2022 la ciudad haya tenido el hecho histórico de que una madre y una hija han sido por primera vez Falleras Mayores de Gandia al mismo tiempo.

Además, esta misma ciudad también introdujo un cambio de reglamento para permitir que las falleras que no ostentan ninguna representación no tengan obligación de utilizar la banda, algo que supone un avance en indumentaria y que ya aplicaban algunas comisiones tanto de la propia ciudad de Gandia como de otras localidades.

En Tavernes de la Valldigna hace dos años que la indumentaria no tiene género. La Junta Local Fallera, también con el apoyo de las seis comisiones, decidió modificar el reglamento para que cualquier persona pueda participar en los actos utilizando la indumentaria tradicional con la que se sienta más identificada.

No se trata de una comodidad física, sino de aquella que vaya acorde con la rutina que cada persona tenga en su día a día, sin entrar en consideraciones de género. Este hecho ya lo estaban aplicando algunas comisiones en el municipio. Sin embargo faltaba que se institucionalizara y eso fue lo que hizo la Federació de Falles de Tavernes al aprobar esa nueva norma.

La barrera que queda por superar en esta localidad es el hecho de que una mujer presida una comisión. Pese a que se trata de una fiesta implantada desde hace casi medio siglo y al hecho de que ellas llevan años ya poniéndose al frente de comisiones tanto en València como en Gandia y Oliva, ninguna mujer se ha decidido aún a asumir la presidencia de una comisión de Tavernes, aunque tampoco lo han hecho aún, por ejemplo, en ninguna de las juntas locales de los municipios falleros de la comarca de la Safor.

Aunque no está en los papeles, tampoco Gandia ni Oliva ponen impedimento alguno a que cada uno vista para los actos oficiales de las fallas como quiera, por lo que todas las localidades falleras de la comarca están avanzadas en ese sentido y nunca se podría producir la polémica que este pasado ejercicio hubo en València, cuando una joven denunció que no podía desfilar junto a su novia en la «ofrena» porque se sentía más identificada con la indumentaria masculina y el reglamento lo impide.

En la Safor, por tanto, las comisiones falleras y las juntas locales han sabido avanzar al mismo ritmo que la sociedad y son el reflejo de la realidad actual.

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