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Reivindicación en el Serpis para no interrumpir la migración de los peces

Diversas entidades abordan medidas para proteger la biodiversidad y los efectos del cambio climático

Un momento de la observación que tuvo lugar en el tramo del Serpis que discurre por Potries. | LEVANTE-EMV

Varias asociaciones ecologistas y ambientalistas han celebrado el Día Mundial de la Migración de los Peces en el tramo del río Serpis que discurre por la llamada playa de Potries, en este mismo término municipal.

Entidades como la CIREF, AEMS-Ríos con Vida, Wetlands International, Plataforma Ciutadana per a la Defensa del Riu Serpis y otras llevaron a cabo actividades con paneles específicos divulgativos sobre la ecología de los ríos y la importancia de las migraciones de peces en todo el mundo. Además, en ese mismo lugar se realizaron mediciones de variables de calidad fisicoquímica del agua, que en estos momentos discurre alegremente gracias a las intensísimas lluvias caídas en toda la cuenca del Serpis durante los meses de marzo y, especialmente abril.

Los asistentes capturaron invertebrados acuáticos que fueron observados en lupa binocular antes de ser devueltos de nuevo al mismo hábitat acuático y se mostró cómo se fabrican imitaciones de insectos para la modalidad de pesca conocida como captura y suelta, o pesca conservacionista, que devuelve los ejemplares vivos al río y que no afecta a la biodiversidad y a las poblaciones de animales.

Estando en el Serpis, no faltaron las explicaciones sobre medidas o actuaciones para mejorar el estado ecológico del río y los posibles efectos a corto plazo del cambio climático.

Entre las reivindicaciones de los colectivos asistentes figuró que las administraciones y el conjunto de los ciudadanos apuesten por mantener la calidad de las aguas y los caudales ecológicos en los ríos vulnerables, como es el caso del Serpis, así como la eliminación de las barreras que, en muchas ocasiones, impiden el tránsito de los peces y otros animales fluviales.

Precisamente ahora hay polémica en el Serpis por la orden dada por la Confederación Hidrográfica del Júcar para retirar azudes que se construyeron hace más de un siglo. Esta acción tiene partidarios y detractores, pero todos coinciden en que, se haga lo que se haga, es necesario que esos elementos no supongan una barrera a la migración de los peces.

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