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Vicent Andrés Martínez

«En Gandia nos llegan más adictos al alcohol que en otros centros»

«Cuantas más personas del entorno se impliquen en que dejen las drogas, mejor»

Vicent Andrés Martínez. | LEVANTE-EMV

Ser terapeuta en adicciones es un trabajo muy agradecido cuando se observan los progresos, pero a la vez agotador. Vicent Andrés es uno de los que está cada día en esa lucha. Forma parte de la entidad desde hace siete años. Uno de sus referentes es Vicent Pla Escolano, educador social que falleció en marzo de 2020, dejando una huella imborrable en centenares de familias y usuarios de Proyecto Hombre, especialmente de la comarca de la Safor.

¿Cómo ha influido la pandemia en las adicciones?

Pues el confinamiento de la primavera de 2020 fue un factor de protección, además desde Proyecto Hombre seguimos atendiendo vía telemática, pero después, con la vuelta a la normalidad, creció el consumo. En 2020 cayeron las demandas de información y tratamiento, pero en el año 2021 superamos las de 2019. Por tanto, ha vuelto a aflorar la necesidad de tratamiento que ya existía antes de pandemia.

Una buena cifra de la memoria de 2021 es la de altas terapéuticas; 27 personas en Gandia...

Sí. Es un objetivo exigente, porque supone acabar el programa, mantener la abstinencia, recuperar los lazos familiares, rehacer el circuito social, en definitiva tener un proyecto de vida sin drogas. Pero la adicción es una enfermedad crónica recidivante, el peligro de la recaída siempre está ahí, por eso mantenemos el contacto con los usuarios, y ellos también saben que pueden contar con nosotros cuando lo necesiten. A Proyecto Hombre nos llegan los casos más graves, la mayoría ya llevan al menos diez años de consumo, por tanto conseguir ese alta es un gran éxito.

En las terapias de Proyecto Hombre también es importante el papel de los familiares, que reciben sesiones paralelas…

Sí, la adicción es una enfermedad que no acaba en la persona, por eso es importante que se implique el mayor número de personas de su entorno. Además, los familiares son un factor de protección durante el programa. Ofrecemos sesiones individuales y grupales, y acuden padres, abuelos, hermanos… Todo tipo de vínculos familiares y edades.

Muchos usuarios también tienen problemas de salud mental.

Tenemos casos de diagnóstico dual, donde se mezcla la drogodependencia y la psicopatología psiquiátrica, bien consolidada por la adicción, o bien porque la adicción ha despertado una enfermedad mental. Por eso incorporamos en la plantilla a profesionales de la psiquiatría en la comunidad terapéutica, aunque nos cuesta encontrarlos, la verdad, y trabajamos con la UCA para un tratamiento integral.

¿Qué cifras le llaman la atención de la memoria de Proyecto Hombre en Gandia en 2021?

Hay una adicción importante al alcohol, droga legal, que está presente en el 54% de nuestros usuarios. Por otra parte, en Gandia hay más mujeres en tratamiento, un 25% sobre el total, y esto, aunque es poco, son unos diez puntos por encima respecto de los centros de València o de Ontinyent. Esto no es casual, sino fruto de una estrategia que nos habíamos marcado para que vinieran más mujeres, con grupos específicos, priorizando a las mujeres en los talleres... Hemos tenido casos de mujeres que han pedido ayuda para desintoxicarse cuando se han quedado embarazadas.

¿Cómo está yendo el consumo de cannabis?

Sorprende que muchos usuarios lo refieran como primera sustancia. Si ya en menores y adolescentes es preocupante, y debemos hacer más hincapié en la prevención para retrasar el consumo, también lo es cuando se sigue tomando a los 20, 30 o 40 años. Pero el contexto social no ayuda, y además los jóvenes tienen una información distorsionada, no lo perciben como perjudicial, es más, muchos piensan que los porros son menos perjudiciales que el tabaco.

Y siguen de «moda» las anfetaminas y otras drogas sintéticas.

Sí, están despuntando. Además, por desgracia, las hay muy asequibles, prácticamente para cualquier bolsillo, el mercado ilegal funciona como el otro, se va adaptando a la demanda.

En la memoria también advierten sobre las ludopatías y las apuestas deportivas «on line».

Aunque no media ninguna sustancia tóxica, el efecto de gratificación que produce en el cerebro es el mismo. En las adicciones por internet, como en todas, la alarma salta cuando la persona abandona actividades de la vida cotidiana que antes hacía. Hemos tenido casos de jóvenes encerrados en su habitación a los que los padres les dejaban la comida en la puerta, eso ya es muy preocupante.

Estamos en verano, con numerosos estímulos para las personas con adicción, conciertos, fiestas populares...

Sí, mis compañeros de Gandia están notando un repunte en recaídas que no es habitual.

¿Cierran por vacaciones en Proyecto Hombre Gandia?

No, en Proyecto Hombre estamos abiertos los 12 meses del año. En verano hay algunas actividades exteriores que no se hacen, pero la ayuda no se interrumpe.

¿Son suficientes los recursos en materia de drogodependencias que tiene Gandia?

En general, nos gustaría una mejor coordinación entre los sistemas sanitario, de salud mental y de inclusión social, pero en Gandia no tenemos queja. Trabajamos codo a codo con la Unidad de Conductas Adictivas y con la asociación Mosaic, que tiene una vivienda tutelada, un caso singular en la provincia. También con Cáritas, en materia de inserción laboral. Tenemos un convenio con el ayuntamiento, y a parte de esto me gustaría agradecer a la concejala Liduvina Gil, que siempre nos facilita cualquier actividad que le proponemos en instalaciones municipales.

Han cambiado de sede, ahora ya no están en el edificio de Cáritas sino en el número 7 de la calle Alzira.

Así es, Cáritas necesitaba más espacio. Encontramos un bajo con un alquiler asequible en el que seguimos desarrollando las terapias, aunque Cáritas nos puede prestar el salón grande si alguna vez lo necesitamos. La mejor opción para una primera consulta es pedir cita previa.

En 2023 cumplirán 25 años de presencia en Gandia.

Sí, y ya estamos pensando cómo celebrarlo. Yo llevo sólo siete años en Proyecto, pero mis compañeros me cuentan que los inicios fueron en instalaciones del Palau Ducal, donde se hacía la primera acogida. Hemos ido cambiando de ubicaciones, y han pasado diferentes profesionales, pero siempre con la misma misión. Tuvo un papel destacado el terapeuta Vicent Pla, que fue el alma y la historia de Proyecto en Gandia, pero lamentablemente falleció de forma repentina en marzo de 2020. Siempre hemos intentado tener a terapeutas de la zona, porque el centro quiere estar arraigado en el territorio, en una visión comunitaria.

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