Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La conexión de Tavernes con el santuario de Lourdes

El grupo municipal de Ciudadanos pide en el pleno que se dote de protección una cueva artificial creada por los vecinos y vecinas hace 64 años con motivo del centenario de la aparición de la virgen María en el municipio francés

Interior de la cueva, donde se ven las escayolas de la Virgen de Lourdes y la de Bernadette Soubirous, junto a un altar con velas. | T.Á.C.

En Tavernes de la Valldigna son muchos los que tienen en sus álbumes de recuerdos familiares una foto disfrazado y desfilando, con un ramo de flores, hacia la calle Verge de Lourdes. Hasta allí peregrinan cada año, en un ambiente festivo y acompañados por la música, decenas de niños y niñas como un acto lúdico más dentro de las fiestas patronales, que se celebran en septiembre.

Ese acto se ha convertido en una costumbre arraigada que, como ocurre habitualmente en los pueblos, se repite por tradición y, en muchos casos, sin saber el fondo de la cuestión. Porque en la localidad no son muchos los que conocen la historia de esa pequeña cueva ubicada al final de la calle y que, tras una valla cerrada con candado y cadena guarda con celo una réplica de la imagen de la Virgen de Lourdes.

Lo primero que hay que saber es que se trata de una gruta artificial. Está al pie de la montaña de Les Creus pero fueron los vecinos y vecinas de la calle quienes la construyeron. Fue en 1958, hace ya más de seis décadas, y, en honor al nombre de la calle, decidieron dedicarle ese rincón justo el año que se cumplía el centenario de la aparición de la virgen a Bernadette Soubirous.

La religiosa aseguraba que durante seis meses entabló contacto con la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción en una pequeña gruta ubicada a las afueras del municipio francés de Lourdes. Alrededor de estas apariciones nació un santuario que al que cada año peregrinan millones de personas, muchas de ellas enfermas.

Vista exterior de la cueva artificial, a los pies de Les Creus.

La calle llena de gente

En Tavernes, la inauguración de la cueva tuvo lugar el mes de septiembre de 1958. Encarna Gimeno, una vecina de 86 años, que lleva toda su vida viviendo en esa calle, recuerda que «yo era pequeña y había bajado a los actos que hacían por las fiestas del pueblo sin saber que aquí se iba a inaugurar la cueva». Explica que «cuando volví vi toda la calle llena de gente, había más ambiente aquí que en la parte de abajo del pueblo. Había mucha, mucha gente», indicaba.

Ese 18 de septiembre de 1858, la imagen fue trasladada en procesión desde la parroquia de Sant Pere hasta la cueva. Allí se ofició una eucaristía para inaugurar la gruta ya con la imagen de la virgen María, imitación de la que se encuentra en la gruta francesa. Este periódico recogía la noticia en una breve nota en la que aseguraba que «los actos religiosos, que como es tradicional se han celebrado, resultaron concurridos, habiendo de destacar entre ellos la inauguración de la gruta al pie de la montaña y el traslado de la imagen de Nuestra Señora de Lourdes» y apuntaba que «desde ahora, Tavernes tiene un lugar donde orar a la Madre de Dios».

Desde el primer momento fue una iniciativa vecinal y aún hoy son ellas y ellos quienes se encargan de su mantenimiento, de limpiarla y también de adorarla, aunque la tradición se va perdiendo con el paso de las generaciones. En concreto hay una mujer que dispone de la llave, aunque ahora mismo está delicada de salud.

Ciudadanos pide su protección

Ahora, el grupo municipal de Ciudadanos en Tavernes, a través de su portavoz, Carlos Gimeno, ha pedido al Gobierno local que incluya la cueva en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de la localidad. La formación considera «extraño» que este espacio no cuente con ninguna figura que lo proteja como parte del patrimonio histórico de la localidad. «Hoy por hoy, la cueva, podría ser literalmente destruida simplemente por voluntad política o albergar en ella cualquier uso diferente del actual», indica el concejal. «Cierto es que la gruta es artificial, pero resulta incuestionable el apego espiritual, cultural y paisajístico que este espacio dedicado a la devoción de la Virgen de Lourdes», finaliza Gimeno.

Compartir el artículo

stats