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Las autoridades más devotas de mundo

Desde el pasado mayo han tenido que acudir a más de treinta actos religiosos

Imagen de la procesión de la Mare de Déu

Allá por el año 1991, pocos meses después de que el popular José María Álvarez del Manzano accediera a la alcaldía de Madrid, el socialista Juan Barranco dijo que desde la llegada al cargo de la primera autoridad municipal todos los días había una procesión en la capital de España y lamentaba que Álvarez del Manzano dedicara gran parte de su tiempo a asistir a esas manifestaciones religiosas.

Aquel mensaje, seguramente un poco exagerado, se podría trasladar perfectamente a Gandia, ciudad en la que el número de misas y procesiones con nutrida asistencia de autoridades no para de aumentar, hasta el punto de que, en privado, algunos concejales no ocultan un cierto cansancio cuando reciben, por parte del departamento de Protocolo, la «invitación» y, a su vez, se les informa de que pueden pasar a recoger el cirio que el consistorio les reserva para que vayan debidamente preparados.

Entre quienes casi nunca se pierden esos actos figuran el alcalde socialista, José Manuel Prieto, y el portavoz del PP, Víctor Soler, porque, como ocurre desde la pasada legislatura, los ediles de Compromís Més Gandia Unida no asisten a actos estrictamente religiosos, como tampoco lo hace el alcalde de València, Joan Ribó.

Una mirada a la relación de misas y procesiones que se han organizado solo desde el pasado mayo con expresa invitación a los concejales evidencia ese cierto cansancio. Al margen de la celebraciones de la Semana Santa, hasta 35 convocatorias se han dirigido a los concejales, y en todas ellas la clase política ha estado presente en mayor o menor número de concejales.

Una explicación es que Gandia está constituida por cuatro «pueblos». La propia ciudad, con todas sus parroquias, el Grau y los antiguos municipios de Benipeixcar y Beniopa. El cumplimiento de las tradiciones en cada uno de esos lugares, más otros que se organizan en los barrios, como Rafalcaid, Santa Anna o Marxuquera, que tampoco quieren quedarse sin celebrar a sus santos patronos, es lo que genera el elevado número de invitaciones a las autoridades. Estas, a su vez, acuden para que nadie se sienta discriminado y así quedar bien con las asociaciones convocantes.

«Los representantes vecinales consideran que cuando va el alcalde o los concejales se da más lustre e importancia a una procesión», señalan, de ahí que los políticos incluso tengan que cuadrar sus agendas para turnarse y no defraudar las expectativas de los ciudadanos.

Pese a ser agosto, el pasado fin de semana fue la procesión a la Mare de Déu dels Desemparats en el Grau, pero el anterior fueron las procesiones de Marxuquera y Marenys de Rafalcaid. Casi sin descanso de la de Santa Anna, en la última semana de julio, que tomaba el relevo a las procesiones de Beniopa, celebradas una semana antes. Y el día 16 la misa del día de Sant Roc. Así, sucesivamente, treinta misas y procesiones desde mayo.

Si bien es cierto que Gandia es una excepción en cuanto a la gran cantidad de actos religiosos en la mayoría de municipios los alcaldes y concejales, de todos los partidos, casi nunca olvidan que una de sus «obligaciones» es ir a las procesiones y a las misas, sobre todo cuando es el día del patrón o patrona.

Solo en contadas ocasiones alcaldes o alcaldesas cumplen con el principio de laicidad de la institución municipal y dejan todo el protagonismo de los actos religiosos a los fieles creyentes de cualquier confesión, incluida la católica, y que sean presididos, como corresponde, por las autoridades religiosas.

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