«Oficialmente Juan Carlos Moragues no es el candidato del PP a la alcaldía de Gandia en las próximas elecciones». De esa manera se ha expresado la dirección del Partido Popular de la Comunitat Valenciana ante los crecientes rumores que apuntan a una defenestración de Víctor Soler, presidente del PP gandiense y portavoz en el ayuntamiento, que no solo aspira a ser el candidato en mayo de 2023, sino que desde hace meses está en campaña, junto a la mayoría de concejales y personas de su confianza, para dar a conocer las propuestas del PP en paralelo a las críticas a la gestión del Gobierno local del PSPV-PSOE y Compromís-Més Gandia Unida.

Esas mismas fuentes de la dirección del PP se limitan a señalar que será «a lo largo de octubre» cuando se sabrá «oficialmente» el nombre de la persona que aspirará a la alcaldía por estas siglas, pero esa incertidumbre es la que, desde hace días, está generando un profundo malestar entre una significativa parte del PP de Gandia que, en privado, critica la estrategia del partido.

Juan Carlos Moragues, conseller de Hacienda con el expresident Alberto Fabra y delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana hasta la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa, cuenta con el beneplácito de un sector del PP de València, especialmente el liderado por la candidata a la alcaldía de la capital, María José Catalá

En cambio la dirección provincial de Vicent Mompó y una parte importante de la regional que lidera Carlos Mazón consideran que el líder gandiense fue elegido presidente el pasado mes de enero en un congreso abierto al voto de los militantes, y que por eso es justo que pueda aspirar a un segundo intento para lograr la alcaldía de la capital de la Safor. Eso es, de hecho, lo que le han trasladado constantemente los líderes del partido desde aquel congreso al que, por cierto, acudió Juan Carlos Moragues.

En este conflicto Soler y Moragues guardan, también, un «silencio oficial» con el que pretenden no alimentar con sus palabras el enfrentamiento que se avecina en el PP gandiense.

Juan Carlos Moragues Levante-EMV

La situación es tan tensa que, según ha podido saber este periódico, entre los argumentos que van en contra de Moragues para que sea designado candidato figura el de evitar una ruptura del PP en una ciudad de 75.000 habitantes que es clave para las aspiraciones autonómicas de la formación. Porque se da por hecho que una parte de los dirigentes y militantes de Gandia desaprobarían que, a ocho meses de las elecciones, se «impusiera» un candidato que ni siquiera forma parte de la Ejecutiva local del partido y que, hasta ahora, ha optado por el perfil bajo, aquello que se conoce como ejercer de militante de base.

Nadie, sin embargo, niega la el malestar interno. En primer lugar porque es evidente que tanto Soler como Moragues quieren aspirar a la alcaldía. Al exconseller y exdelegado del Gobierno le habría bastado con un desmentido de su boca, algo que nunca ha hecho, para cortar de raíz, hace semanas, las especulaciones.

La incomodidad de Carlos Mazón

En segundo lugar, es significativo que Carlos Mazón, que durante buena parte de su mandato al frente del PP de la Comunitat Valenciana se ha prodigado en visitas a Gandia para apoyar a Víctor Soler, ha evitado pasar por esta ciudad en la reciente Fira i Festes. La decisión de no acudir a estas jornadas y ponerse junto a Soler se ha interpretado como una estrategia para no tener que posicionarse ante la pregunta de quién será el número uno en la lista de Gandia cuando ya están sobre la mesa los nombres de Soler y Moragues.

En el PP, pese a todo, están a la expectativa. Como señalan fuentes oficiales del partido, será en estos próximos días cuando se despejará la incógnita, y hasta entonces la estrategia pasa por esperar a la decisión final. A partir de ahí todo está abierto.