El Ayuntamiento de Villalonga se ha quedado sin la Junta de Gobierno local, integrada por concejales del Partido Popular y Fer Poble, de manera que las competencias de ese organismo pasan mayoritariamente al pleno y otras las ejercerá directamente el alcalde de la localidad, Román Garrigós.

La Junta de Gobierno ha quedado disuelta a propuesta de los cinco concejales del Partido Socialista, que forzaron un pleno, celebrado a mediodía de ayer. En esa sesión este punto contó con el respaldo de los dos representantes de Compromís, que hasta hace unos meses también estaban en el Gobierno pero que, por diferencias con sus socios del PP y de Fer Poble, decicieron salirse y pasar a la oposición. La ruptura supuso que el Gobierno local quedaba en minoría, con solo cuatro de los once concejales. Sin Junta de Gobierno, la adopción de acuerdos y parte de la gestión obliga a tener que aprobarlos en el pleno.

No es la primera vez que eso ocurre, pero con diferentes actores políticos. Cuando dos concejalas socialistas abandonaron al grupo y dejaron en minoría al entonces alcalde, Enric Llorca, también se anuló la Junta de Gobierno. Esas dos concejales son las mismas que después constituyeron Fer Poble, se presentaron a las elecciones, consiguieron sendos escaños y acordaron gobernar con PP y Compromís. Ahora beben la misma medicina y, a siete meses de las elecciones, ven suprimido el equipo de gobierno.

Precisamente las dos representantes de Fer Poble, Alicia Gomis y Lidia Reig, no acudieron al pleno de mediodía de ayer al considerar, según el escrito que presentaron a la secretaria, que los acuerdos que allí se iban a adoptar eran nulos de pleno derecho.

El PSOE, a Contratación

En esta sesión corporativa también se decidió la integración del concejal socialista Salvador Estevan en la Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Villalonga.

No salió adelante, en cambio, la propuesta de los socialistas de nombrar a Estevan como representante en la Mancomunitat de Municipis de la Safor, porque eso requería el voto al menos de la mayoría absoluta de la corporación, seis concejales, y Compromís votó en contra.