La consellera de Educación, Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, ha entregado el Premio Lluís Guarner al poeta, narrador, ensayista y traductor Josep Piera (1947), natural de Beniopa, por sus méritos profesionales en el ámbito de la literatura valenciana, "con la que ha contribuido a divulgar y prestigiar nuestra lengua", según expresan desde el departamento de la Generalitat.

Según la consellera Tamarit, "para nosotros el Premio Lluís Guarner es muy significativo, porque lleva el nombre de uno de los eruditos valencianos capitales para normalizar y dar a conocer nuestra lengua, tanto como impulsor de las Normas de Castelló, como por ser profesor y escritor, sin dejar de lado su contribución al valencianismo en su sentido más amplio".

Desde la conselleria destacan que su trabajo literario como poeta, narrador, ensayista y traductor ha ayudado a la renovación y modernización de la poética y la literatura valencianas. Asimismo, ha acercado al conocimiento de los clásicos valencianos como Ausiàs March, Sant Francesc de Borja y Joanot Martorell.

Representantes públicos y amigos de Josep Piera, tras el reconocimiento Levante-EMV

“Otorgar este premio a una persona como Josep Piera representa reconocer a alguien que recogió el guante de Guarner y tantos otros intelectuales valencianos para preservar, difundir y prestigiar nuestra lengua con su trabajo, que se traduce en un compromiso firme e incondicional con nuestra cultura", señalaba Tamarit.

Piera se inició escribiendo en la antología 'Carn fresca' (1974) y formó parte del movimiento literario denominado Generació dels 70.

Fue fundador de la revista 'Cairell' (1979), ha participado en diferentes publicaciones literarias, ha colaborado en programas pedagógicos sobre la introducción de la lengua materna en la enseñanza y fue vicepresidente de l’Associació d’Escriptors de Llengua Catalana y miembro de la Secció Filològica de l’Institut d’Estudis Catalans.

Ha cultivado la literatura de viajes inspirada en sus estancias en Grecia, Italia y Marruecos, sin olvidar los paisajes de la Drova (Barx) donde veraneaba y fijó su domicilio a partir de 1974, un paisaje al que el autor le dedica poemas y que está presente en su obra literaria.

Ha sido reconocido con el Premi Carles Riba en 1979 por 'El somriure de l’herba', el Premi Josep Pla en 1981 por 'El cingle verd'. En 1991, la Generalitat de Cataluña le concedió la Creu de Sant Jordi; en 2010, el Ayuntamiento de Gandia le distinguió como hijo predilecto y en 2013 obtuvo el Premi Alfons el Magnànim de poesia por ‘El temps trobat’.