Por primera vez la comarca de la Safor ha acogido un acto de homenaje a veintitrés mujeres que fueron «rapadas» por la dictadura de Franco como castigo por sus ideales políticos y sus pensamientos. Fue el pasado sábado en el salón de actos de la Casa Maians de Oliva.

El informe realizado por la empresa Art al Quadrat, en colaboración con el Centro para la Investigación y la Memoria, refleja los nombres de ocho mujeres de Oliva, siete de Gandia, dos de Xeraco, así como de una de Simat de la Valldigna, el Real de Gandia, Almoines, Bellreguard, l’Alqueria de la Comtessa y la Font d’en Carròs, que sufrieron este castigo tras la guerra civil.

Se trata de una violencia oculta, con falta de reconocimiento hasta ahora, de mujeres que, por sus ideas progresistas y su defensa de los valores de la República Española, recibieron escarnio público y humillación. Entre otros castigos se les rapaba el pelo, se les daba de beber aceite de ricino y eran «paseadas» por las calles céntricas del pueblo o la ciudad como auténticas apestadas.

Hubo una gran asistencia de público a este primer homenaje a las «mujeres rapadas» de la Safor. Josep Escrivà, concejal de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Oliva, señaló que aquello constituyó «violencias machistas» sufruidas por razones políticas o aleccionadoras, «una violencia reservada exclusivamente para las mujeres».

Una jornada muy emotiva en la que se reconoció públicamente, de parte de las familias, a estas 23 mujeres que fueron sometidas a una serie de represalias con el objetivo de estigmatizarlas.

En el acto se hizo entrega de los datos para grabarlas en el mapa que ha creado Art al Quadrat de las Mujeres Rapadas en toda España durante la posguerra, dado que fueron miles y miles las que sufrieron esta pena impuesta por las autoridades franquistas. 

El listado de mujeres represaliadas fue enumerado y descrito por los familiares directos y por Pura Peiró Bertomeu, investigadora especializada en este tipo de represión. La entidad está abierta a seguir incorporando los nombres de cuantas personas puedan confirmar que sufrieron esta forma de castigo.

El acto fue dirigido por Teresa Llopis, presidenta de la Associació de Represaliats del Franquisme d’Oliva (ARFO) y de la Asociación de Familiares de la Fosa 100 del cementerio de Paterna.

La alcaldesa de Oliva, Yolanda Balaguer, tomó la palabra en el acto y valoró muy positivamente este acto de homenaje a personas que, además de sufrir el franquismo, han estado décadas ocultadas. Balaguer dijo que este reconocimiento «saca a la luz historias universales que se han custodiado en la intimidad familiar. Ahora formarán parte de la memoria colectiva, un paso adelante para mejorar la calidad de nuestra democracia».