Ocho municipios de la Safor acaban la legislatura con un alcalde diferente al que empezó

Además de los cambios obligados por los pactos postelectorales, en esta legislatura ha habido dos fallecimientos y tres nombramientos para la Generalitat

Acaba otra legislatura y los partidos ya reparten su trabajo entre los movimientos internos para configurar las candidaturas de cara a los comicios del próximo mes de mayo y la gestión de los cuatro meses que quedan en el caso de aquellos que gobiernan y la fiscalización por quienes están en la oposición. Aunque parece que cuatro años pasan rápido, lo cierto es que los 1.460 días que dura oficialmente el mandato dan para mucho.

En la comarca de la Safor, un total de ocho ayuntamientos acabarán este periodo con un alcalde distinto al que empezó. Por una parte, se trata de algo habitual, ya que en cada mandato se suceden los pactos postelectorales que incluyen reparto de alcaldía. Sin embargo, en el caso el periodo 2019-2023 la mayoría han sido sobrevenidos y dos en concreto por motivos que a nadie le hubiera gustado.

Y es que, dos localidades se han visto obligadas a elegir nuevos alcaldes por el fallecimiento de quienes ocuparon el cargo al principio de la legislatura. El primero fue Palma de Gandia. En este municipio, además, el asunto aún colea por cómo se sucedieron los hechos y la polémica que surgió en el proceso de elección de nuevo múnicipe tras el fallecimiento de quien se hizo con la vara demando tras las elecciones, Inma Escrivà.

La alcaldesa, que encabezó la lista de Compromís en los comicios de 2019, fallecía el 29 de octubre de ese mismo año a los 47 años por el cáncer que padecía. LLevaba, por tanto, algo más de cuatro meses en el cargo. Algunas semanas después se celebraba un pleno para elegir a su sustituto. Su partido, Compromís, presentó al número 2, Manolo Sansaloni (que en la legislatura anterior fue concejal del PSPV hasta que dimitió por discrepancias con la alcaldesa, Mari Trini Miñana). La formación contaba con cuatro ediles, por tanto, no tenía mayoría absoluta en el pleno y había tres fórmulas para que fuera alcalde: un pacto con el PSPV encabezado otra vez por Miñana (imposible por la mala relación existente), una abstención o que cada grupo votara a su candidato. Pero nada de eso ocurrió: las tres concejalas del PP votaron a Miñana, entonces en las filas socialistas, y la convirtieron en alcaldesa. El PSPV la expulsó del partido y ahora es no adscrita.

Ese asunto acabó judicializado por que Sansaloni, junto a otro edil de Compromís, Ricardo Pastor, intentaron convencer al compañero de Miñana en el PSPV, David García, para que votara una moción de censura a su favor. La justicia, de momento, le ha dado la razón a Compromís al no ver intento de compra.

Otro cambio obligado, a la par que dramático, fue el de Benirredrà. Su alcalde, Emili Falquet, del PSPV, fallecía de forma repentina el 14 de diciembre de 2020, a los 45 años. Su sustituta en el cargo fue Elena Blanco. Los socialistas tienen mayoría absoluta en esta localidad.

Nombramientos en la Generalitat

En otro apartado se encuentran las localidades que han cambiado de alcalde por ser nombrados estos para puestos en administraciones superiores. En este caso se encuentran Tavernes de la Valldigna, Guardamar de la Safor y Oliva.

En la capital vallera, el nacionalista Jordi Juan, afrontaba su tercer mandato al frente del consistorio. Tras una legislatura, la anterior, con mayoría absoluta, fue elegido con los votos a favor de los 8 ediles de su partido, tras perder uno en los comicios, el 15 de junio del 2019. Pero apenas duró seis días. El 21 de junio dejaba el cargo tras ser designado como secretario autonómico de Innovación de la Generalitat (un cargo que ya no ocupa y abandonó para trabajar en la empresa privada). Su sustituto fue Sergi González, que ocupaba el número 3 de la lista electoral y que hace unos meses anunció que no se presentaba a la reelección. El candidato será Josep Llàcer, a quien entonces muchos miraron para auparse al sillón de la alcaldía.

Jordi Juan, Rosana Pastor y David González dejaron los ayuntamientos para ocupar cargos en el Consell

En el caso de Guardamar ocurrió algo parecido. La alcaldesa elegida por el pleno fue Rosana Pastor, quien había sido candidata de Compromís y que ya había ocupado el cargo parte de la legislatura anterior por la dimisión del exalcalde Josep Martínez Moncho. Pastor duró algo más que Juan pero no mucho más. Como él, tomó posesión el 15 de junio y el 11 de julio, menos de un mes después, abandonaba el puesto para convertirse en directora general de Comercio y Artesanía de la Conselleria de Economía y Sectores Productivos de la Generalitat.

El alcalde de Oliva, David González, también fue llamado a filas por su partido para formar parte de la administración autonómica. En su caso, estuvo algo más de dos años de legislatura al frente del consistorio. En ese tiempo los rumores sobre su marcha fueron constantes. Le persiguió la forma en la que se convirtió en alcalde (con un pacto con el PSPV a falta de 20 minutos para el inicio del pleno de investidura y cuando ya tenía el bolígrafo en la mano para firmar un acuerdo con Projecte Oliva para hacer alcaldesa a Yolanda Pastor), su mala relación con sus socios de gobierno y, especialmente, el asunto judicial por la denuncia que el propio ayuntamiento, con él como alcalde, en la anterior legislatura, presentó con quien ahora su vicealcaldesa, la socialista Ana Morell, por unas obras en su vivienda. González se convirtió en director general del Institut Valencià d'Estadística (IVE), puesto que aún ocupa.

El Botànic municipal y un pacto llamativo

En Bellreguard, Almiserà y Villalonga el cambio de alcaldía se produjo por los pactos postelectorales. En el caso del primer municipio, Àlex Ruiz, de Compromís, dio paso al socialista Joan Marco en diciembre de 2021 tras dos años y medio de legislatura.

En Almiserà, el cambio se produjo justo a mitad de legislatura. En este caso, Pau Canet, de Compromís, cedió el testigo a María Teresa Pedro, la actual alcaldesa, en virtud del cambio alcanzado al inicio del mandato por los dos partidos.

Domingo García dejó el gobierno de Villalonga tras dejar paso en la alcaldía a Román Garrigós, del PP

En Villalonga también se cumplió el pacto pero detrás hay algo más de historia. En este caso, Domingo García, de Compromís, cedía la vara de mando a Román Garrigós, del PP. Estos dos partidos gobiernan la localidad en un pacto con dos concejalas de Més Poble, que en los comicios de 2015 concurrireon con el PSPV. García fue alcalde los dos primeros años para después dar paso a Garrigós. Diferentes polémicas llevaron al representante de Compromís, unos meses después del cambio, a dejar el gobierno. Actualmente, el ejecutivo local está en minoría, con dos ediles del PP y las dos de Més Poble.

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