El alcalde de Tavernes: "La de la piscina es la historia interminable"

La obra de finalización del edificio, que estaba previsto que acabaran en diciembre, sufre un nuevo retraso por el mal estado de las instalaciones

Interior de la piscina de Tavernes, actualmente.

Interior de la piscina de Tavernes, actualmente. / Levante-EMV

Cuando se le pregunta sobre la piscina cubierta, el alcalde de Tavernes de la Valldigna, Sergi González, casi hasta se irrita. No acaba de ver la luz al final del túnel. Cuando parece que vislumbra algún rayo le genera una esperanza que rápidamente se desvanece por algún otro contratiempo que vuelve a retrasar las obras de finalización de la instalación. "La de la piscina es la historia interminable", señala. Estaba previsto que en diciembre se dieran por concluidas pero ahora ya ni siquiera se atreve a dar una fecha y lo más probable es que no llegue a verlas finalizadas en esta legislatura estando él como alcalde, puesto que ya anunció que deja el cargo tras las próximas elecciones.

Es un tema que le lleva persiguiendo desde que asumió el cargo, en julio del 2019. En estos tres años y medio se han hecho avances, muchos, porque se ha pagado la liquidación, se ha elaborado un proyecto, se ha solicitado un préstamo y se están ejecutando las obras. Son trámites que, enumerados de ese modo, parecen fáciles, pero, sin embargo, algunos necesitan meses para estar resueltos.

Y, como es lógico, la oposición ha utilizado el tema de la piscina de forma recurrente como acicate tanto del propio González como del Gobierno local, alegando falta de interés o de querer apurar los plazos para llegar a las elecciones.

A González y a su actual equipo de gobierno, el tema le vino heredado. Su antecesor, Jordi Juan, cargó con el asunto durante las dos legislaturas en las que estuvo al frente del consistorio, iniciando los trámites para recuperar la concesión. A este, a su vez, ya le había caído la patata caliente de parte de Manolo Vidal, del PP, que fue quien gestionó la tramitación de la ejecución de la piscina en la legislatura 2007-2011 y que no pudo abrirla porque la constructora, a la que se le concedió el contrato teniendo la menor puntuación, quebró y se dejó los trabajos sin acabar.

Casi cinco legislaturas

El proyecto, por tanto, abarca ya cuatro legislaturas completas y es seguro que será en la quinta, es decir, a partir de mayo del año 2023, cuando se supone que abrirá. El día que se corte definitivamente la cinta que dé oficialidad a la apertura habrán pasado por el ayuntamiento cuatro alcaldes diferentes.

González explica que lo que provoca los retrasos es el estado en el que se encuentran las instalaciones (electricidad, comunicaciones, calderas, funcionamiento de la piscina, etc). "Lo que es obra física ya está acabado porque mientras se resolvían los otros problemas estos trabajos se han ido avanzando, no se han parado, pero el problema está en que había muchos servicios que no estaban como pensábamos que estarían", reconocía González.

Como ejemplo, el alcalde explicaba que uno de los generadores eléctricos de emergencia, los que funcionan cuando se produce un corte en la instalación principal, no funcionaba porque las ratas habían roído todo el cableado interno.

Estas cuestiones han obligado a ejecutar modificados del proyecto inicial que están alargando la finalización de los trabajos, como explicaba el alcalde, "porque es un trámite necesario para que la certificación de las obras sea legal y correcta".

El alcalde, además, no ha descartado incluso que haya que invertir más dinero a los cerca de 800.000 euros previstos inicialmente para hacer frente a las modificaciones del proyecto que sean necesarios para finalizar

El principal problema, por tanto, es el abandono al que durante más de una década ha estado sometida la instalación, como ya publicó este periódico hace unos meses, desde que la empresa que la construía se marchó sin acabar las obras. Ha sido un tiempo en que ha estado a merced de la suciedad, ratas, vandalismo, etc.