La otra vida de la posidonia

El Gobierno de Oliva y una empresa de Alcàsser colaboran para transformar parte de las plantas que llegaron a las playas tras los temporales en bancos para el paseo. El material también lleva cáscara de arroz y plástico reciclado

Gonzalo Beta-Frígola, CEO de la empresa Husk Urban,  con los tres ingredientes del producto.

Gonzalo Beta-Frígola, CEO de la empresa Husk Urban, con los tres ingredientes del producto. / Levante-EMV

Josep Camacho

La posidonia que llega a las playas valencianas tras los temporales marítimos puede tener otro uso, más allá de dejarla sobre la arena para regenerar el litoral. La empresa Husk Urban, con sede en Alcàsser, ha ensayado con éxito un material con el que fabricar elementos de mobiliario urbano, resistentes al paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas.

El producto resultante es una mezcla de tres ingredientes: posidonia tratada, cáscara de arroz y polietileno (plástico) reciclado. En realidad la posidonia, de la que hay un 10%, actúa como un aglomerante del resto de los componentes. Para la obtención del producto final la empresa ha contado con el asesoramiento de la Universitat Politècnica de València y del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas).  El resultado es un material con un acabado óptimo y duradero, incluso mejor que la madera, que la compañía, especializada en mobiliario urbano, está empezando a usar en estos elementos.

Posidonia que llegó a la playa de Oliva en 2020.

Posidonia que llegó a la playa de Oliva en 2020. / Ximo Ferri

Y ya ha tenido su primera aplicación práctica, en forma de bancos en el paseo de Oliva, gracias a la confianza que depositó hace un par de años en este proyecto el Gobierno olivense, y en concreto la vicealcaldesa, Ana Morell, que también dirige las áreas de Contratación, y Parques y Jardines. Es la primera vez que una empresa fabrica bancos con posidonia, y que un ayuntamiento los instala en la vía pública. 

Una primera versión del banco.

Una primera versión del banco. / Levante-EMV

El Gobierno de Oliva encargó 45 bancos para el paseo. De ellos veinte ya están instalados en su tramo central, el Lluís Vives, frente al Mercat Municipal. La previsión es que en la segunda quincena del mes de febrero estén todos ya cambiados. Morell reconoce que es un proceso de producción más lento que la madera, «pero supone una apuesta por la economía circular, además, hemos reutilizado las estructuras metálicas de los bancos anteriores». Se pondrá un distintivo en cada banco para indicar que se trata de material reciclado.

Listones preparados.

Listones preparados. / Levante-EMV

En agosto de 2022 la empresa puso en marcha la primera máquina para la transformación de esta materia prima y poder industrializar el proceso. «Nos costó encontrar unas máquinas que no se dañaran con la fibra de la posidonia, porque las de extrusión no valían», reconoce Beta-Frígola. Diez kilos de posidonia en bruto se reducen a 4 kilos, tras tratarla.

Este nuevo material, según el empresario, podría destinarse a más productos, como pérgolas, papeleras, pasarelas de playa o señales. «Hoy la madera se importa del norte de Europa y el plástico reciclado, wpc, de China, así que este nuevo material ayuda a la economía circular», señala.  La empresa de Alcàsser también está trabajando para el Ayuntamiento de Rocafort, construyendo en este caso unos pivotes que sirven para delimitar la ubicación de contenedores. 

Uno de los primeros bancos con posidonia instalados en el paseo de Oliva.

Uno de los primeros bancos con posidonia instalados en el paseo de Oliva. / Levante-EMV

El excedente de posidonia que llegó a la costa de Oliva en 2020 se retiró y se llevó a parcelas municipales próximas a la playa. De allí es donde la empresa ha recogido la posidonia para este proceso. Al margen de este uso innovador, Oliva ha destinado otra parte para fijar el cordón dunar. 

El destino de esta posidonia seca ha generado arduos debates. Los expertos recomiendan dejar los restos que llegan a la arena intactos, porque regenera la playa, pero cuando llega el buen tiempo y a los arenales empiezan a llenarse de turistas estos reclaman su «limpieza». Ante las quejas, algunos alcaldes de municipios costeros los han retirado, pero otros no, tratando de explicar que no son basura, sino todo lo contrario. 

«Son más cómodos que los bancos de madera»

Los nuevos bancos ya han pasado la prueba de sus usuarios más exigentes: los mayores. Es más, antes de instalarlos el Gobierno local pidió opinión a las personas que suelen sentarse algunas horas en el paseo. Rosa María, de 74 años, explica que los anteriores bancos «estaban hechos polvo». Se hizo una primera prueba, pero no gustó, ya que las láminas que caían justo detrás de la rodilla hacían daño. «Y estos nos gustan, son más cómodos que la madera, y además tienen respaldo», añade. 

Vecinas de Oliva usuarias de los bancos.

Vecinas de Oliva usuarias de los bancos. / Levante-EMV

La vicealcaldesa, Ana Morell, que también gestiona el área de Gente Mayor, reconoció la importancia de preguntarles, «porque también tenemos que planificar la ciudad pensando en los mayores».