Gandia prueba con éxito la limpieza de bosque con el pastoreo de 240 cabras

Los animales van controlados por satélite para evitar que accedan a áreas acotadas o a infraestructuras. El rebaño ha actuado en el paraje natural municipal Parpalló-Borrell. La idea es poder comercializar la carne con un sello de calidad

Las cabras del pastor Benito Rodilla, en el paraje Parpalló-Borrell de Gandia, la pasada semana.

Las cabras del pastor Benito Rodilla, en el paraje Parpalló-Borrell de Gandia, la pasada semana. / Levante-EMV

Sergi Sapena

«Ramat de foc» es una singular iniciativa que se está desarrando en el paraje natural Parpalló-Borrell de Gandia que consiste, ni más ni menos, en aplicar aquel manido concepto de que el pastoreo puede limpiar el sotobosque con dos objetivos. Primero el de evitar la propagación de incendios forestales y, segundo, de conseguir que, superando las granjas acotadas, también en estas zonas tan desarrolladas se pueda practicar algún tipo de ganadería extensiva.

Años ha estado el departamento de Territorio y Medio Ambiente, que dirige la concejala Alícia Izquierdo, para conseguir, con la colaboración de la Generalitat y la Diputació de València, que el rebaño de 240 cabras del pastor Benito Rodilla, de Beniopa, campe por esta zona forestal de altísimo valor ambiental. Tienen que ser cabras, y no es fácil encontrarlas por estos lugares, porque ese animal es el único capaz de comerse algunas especies vegetales que otros rumiantes desechan por duras y resistentes.

En esta primera experiencia, que tiene una duración de dos meses, se ha aprovechado la construcción de un corral cubierto a los pies del Mondúver, donde se encuentra este paraje, y las cabras disponen de un sistema vía satélite diseñado en Noruega que las alerta mediante un pitido si se salen de la montaña acotada. Así se evita que puedan llegar a la carretera, pero pese a eso siempre se mantiene el control humano porque el pastor queda a su vigilancia cuando están sueltas. En un futuro se instalarán también «pastores eléctricos», que consisten en cables que emiten una pequeña descarga si se tocan, suficiente para que el animal cambie de rumbo.

La concejala Alícia Izquierdo y el director de Medio Natural de Gandia, Daniel Muñoz, explican a este periódico que, a falta de un análisis final, los resultados son excelentes. El monte, que previamente ha sido tratado por brigadas humanas, ha quedado limpio de una vegetación que, cuando se seca, actúa como la pólvora en caso de incendio. Y también es más barato que la limpieza mecánica.

El «ramat de foc», sin embargo, se tiene que acoplar a estrictas condiciones ambientales. En primer lugar, no puede actuar en verano, de manera que en cuestión de un mes las cabras saldrán de este espacio para regresar, previsiblemente, a partir de octubre.

Reinventar la ganadería

Otro aspecto importante es que la iniciativa, observada por otros ayuntamientos e instituciones para valorarla posteriormente, fomenta una actividad, la ganadera, que requiere «reinventarse». Por eso el ayuntamiento busca ahora fórmulas para comercializar esta carne de cabra «ecológica» mediante un sello de calidad que carnicerías y restaurantes podrían «vender» a sus clientes. La intención es que los pastores encuentren rentabilidad en esta actividad, lo que garantizaría su continuidad porque, como es evidente, la profesión se encuentra en vías de desaparición.

«Pretendemos reintroducir la ganadería tradicional como herramienta de gestión forestal y prevención de incendios en un espacio de gran valor ambiental», señala Daniel Muñoz, quien recuerda que la idea surgió a raíz del incendio que, iniciado en Llutxent, arrasó una parte de esta zona en el verano de 2018.

No hay nada decidido. Lo de Gandia es, insisten Izquierdo y Muñoz, una prueba piloto. Ahora se tendrán que analizar los resultados de estos meses y esperar a que las cabras, que hacen trashumancia en Teruel hasta octubre, vuelvan al paraje para concluir si es viable continuar el proyecto.

El depósito de agua para apagar incendios habilitado en el paraje Parpalló-Borrell de Gandia

El depósito de agua para apagar incendios habilitado en el paraje Parpalló-Borrell de Gandia / Levante-EMV

El depósito habilitado en el paraje ya ha permitido apagar el primer incendio

Entre las acciones llevadas a cabo en los últimos meses en el paraje Parpalló Borrell de Gandia figura la recuperación de una balsa con capacidad para casi 1.500 metros cúbicos de agua que ha sido acondicionada y señalizada para que sirva de depósito de carga de helicópteros y motobombas en caso de incendio forestal. 

Precisamente el pasado domingo esa balsa, que ya estaba llena, se utilizó para atajar rápidamente el incendio declarado en la Drova. Cada dos o tres minutos los helicópteros podían descargar agua sobre las llamas gracias a la proximidad de esta y otras balsas cercanas.

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