Las contratistas de siete municipios de la Safor capturaron 700 jabalíes en 2022

Los ayuntamientos, ante el malestar de agricultores y vecinos, empiezan a delegar en empresas la recogida de los cerdos en entornos periurbanos, como desde el año pasado hacen Gandia, Oliva, Miramar, Bellreguard, Piles, Daimús y Guardamar

Una de las jaulas para capturar jabalíes con cebo en la comarca de la Safor, vista a través de una cámara por control remoto.

Una de las jaulas para capturar jabalíes con cebo en la comarca de la Safor, vista a través de una cámara por control remoto. / Levante-EMV

Josep Camacho

Las diferentes empresas que prestan el servicio de captura de jabalíes en la Safor por iniciativa de siete ayuntamientos recogieron 700 cerdos durante el año 2022. A esta cifra habría que añadir las batidas que realizan los cazadores en los cotos, especialmente en la montaña. Cada vez más ayuntamientos de la comarca están recurriendo a empresas especializadas para recoger jabalíes en el término municipal, sobre todo en entornos periurbanos y agrícolas, algo que también suelen combinar con ayudas a las sociedades de cazadores, siempre que existan en la localidad. 

El caso más paradigmático es el de Miramar, Bellreguard, Piles, Daimús y Guardamar de la Safor, que en octubre de 2021 decidieron mancomunar esfuerzos para controlar la plaga de jabalíes. El servicio se adjudicó a la empresa ICS Control. Empezó a operar en estos municipios en 2022, año en el que capturaron 382 animales.

La mayoría de estos jabalíes se ha destinado a alimentación, tras superar las inspecciones veterinarias correspondientes. De hecho, la empresa ultima en Aielo de Malferit la puesta en marcha del primer centro de la Comunitat Valenciana autorizado para gestionar el aprovechamiento de estos animales para el consumo.

La misma empresa también ha empezado a trabajar desde marzo con otros ayuntamientos de la Safor, en concreto Potries, l’Alqueria de la Comtessa, Almoines, Beniarjó y Rafelcofer, pero todavía no tiene datos concluyentes. 

Gandia invirtió el año pasado 18.000 euros por este servicio, y este año ha aumentado la partida a 36.000 euros, en un contrato adjudicado a la empresa Adda-OPS. En 2022 recogieron 60 jabalíes y en lo que llevamos de 2023 son 71. Además, el Gobierno local ayuda a los cazadores, que este año han abatido a 50 animales. Los esfuerzos se centran en Marxuquera, y la ribera del Serpis, sobre todo a la altura de la depuradora. 

En Oliva se está redactando un nuevo contrato, aunque durante siete meses de 2022 hubo uno en vigor, por un montante de 18.000 euros. Durante ese tiempo se capturaron 250 animales, cosa que ha permitido mejorar la seguridad vial y, sobre todo, aumentar las cosechas de los agricultores, según confirma el concejal de Agricultura, Miquel Doménech. 

Piara de jabalíes en una jaula de fototrampeo en la Safor.

Piara de jabalíes en una jaula de fototrampeo en la Safor. / Levante-EMV

El ayuntamiento mantiene abierto un registro de daños. El año pasado 80 agricultores de Oliva comunicaron incidencias en 186 parcelas. «Algunos agricultores nos ha agradecido este servicio, porque hacía años que no recolectaban el 100% de la producción», señala el edil. La empresa actuó sobre todo en la franja costera, entre la carretera N-332 y la playa, y se capturaron muchos en partidas como Rabdells, San Fernando o el entorno de Oliva Nova. 

La voluntad del Gobierno olivense es licitar otro contrato en los próximos días para una duración de 18 meses. Por otra parte, el ayuntamiento mantiene un convenio con la sociedad de cazadores para que actúe en las zonas altas, como Montaner y Les Planes, por valor de 3.000 euros. 

Tavernes de la Valldigna también se ha decidido por encomendar esta labor a una empresa y poner en redil a los cerdos. El servicio se adjudicó este año a Stop Jabalíes, por una duración de seis meses, mediante un contrato menor, según explica el edil de Agricultura, Emili Enguix. Todavía no se ha hecho ninguna captura, ya que la autorización de la Conselleria de Agricultura llegó en abril, pero empezarán en breve.

Las jaulas se ubicarán en las partidas más afectadas, que son, sobre todo, el Massalari, entre el núcleo urbano y el mar, y otras como l’Ombria y el Racó de Joana. Además, desde el año pasado el ayuntamiento vallero aporta una cantidad a la sociedad de cazadores San Humberto para ayudarles en las batidas que realizan, con el fin de reforzar esta labor de control. 

Difícil equilibrio

Los jabalíes se han convertido en una plaga, y como tal, se debe controlar. Causan daños a los cultivos y a los sistemas de regadío, suponen un peligro para la seguridad vial y también para las personas que practican senderismo u otros deportes de montaña. Son animales muy versátiles, se adaptan a todo tipo de circunstancias, y no tienen depredadores naturales, por lo que, además de reproducirse sin control, compiten por el mismo alimento que el resto de las especies silvestres. 

En marzo la Generalitat presentó un plan de gestión para erradicar la superpoblación, pero no es fácil lograr un equilibrio entre los intereses de administraciones públicas, agricultores, cazadores y ecologistas. 

Algunas jaulas instaladas han sido boicoteadas, por parte de personas desconocidas, abriéndoles la puerta o tirando sobre el pienso cualquier producto químico para que no se lo comieran. A diferencia de las empresas que los capturan, los cazadores no pueden atraer a los animales con cebo, y son los responsables de los daños que causan los jabalíes a los agricultores dentro del coto de caza. 

El sábado pasado hubo una multitudinaria manifestación de cazadores en València. Entre otros asuntos reclamaron ayudas e incentivos, ya que creen que el control de los jabalíes en la C. Valenciana se está haciendo a costa de su propio bolsillo.

Por otra parte, el método que usan las empresas es el de jaulas con cebo y cámaras de fototrampeo. No son selectivas, por lo que hay que comprobar que efectivamente han entrado jabalíes, y en ese caso la puerta se cierra por control remoto. Los animales suelen entrar de noche, por lo que los operarios van al día siguiente para llevárselos a un gestor de residuos autorizado, a un centro veterinario o se deja en manos de los agentes rurales. 

La Mancomunitat de Municipis de la Safor coordina otro proyecto para disminuir la plaga, ya que los cerdos no entienden de límites municipales.