50 anys de la darrera promoció del Batxillerat Tècnic a Gandia

En el Instituto Laboral también se investigaba

José Merí, con alumnos, en unas prácticas en el Instituto Laboral Ausiàs March.

José Merí, con alumnos, en unas prácticas en el Instituto Laboral Ausiàs March. / Levante-EMV

COLABORACIÓN / B. Orihuel Iranzo

El título que he elegido para este artículo puede sorprender a la inmensa mayoría de lectores. Sin embargo, algunos de los que estudiamos en el Instituto Laboral recordamos el Laboratorio de Química situado en el primer piso, en el amplio pasillo de acceso a las aulas. En él se investigaba el control de los podridos de los frutos cítricos. Los profesores José Merí Puig, Juan Moragues Tarrasó y Benito Orihuel Gasque, investigaron en este laboratorio desde 1953 hasta 1964; primero en el control del podrido de los cítricos, poniendo a punto diversos tratamientos químicos para su control, y más tarde, en la reducción de su deshidratación mediante el uso de recubrimientos.

En 1953, la economía de la Safor era eminentemente naranjera, basada en la exportación de la naranja. Nuestra comarca suponía entonces el 11% de la superficie de cultivo dedicada al naranjo de todo el país, y el puerto de Gandia era el primero en cuanto a volúmenes de exportación de naranja del país.

No sé cómo empezó todo, yo acababa de nacer. Probablemente algún exportador de Gandia -Joaquín o Antonio Peiró Camaró, Manuel Porta, Octavio Hernández o algún otro- acudió a ellos para ver qué podía hacerse para reducir las reclamaciones por la naranja podrida que llegaba a los mercados europeos. 

Solicitaron y obtuvieron becas de investigación de la Fundación Juan March, con las que pudieron equipar el laboratorio, e iniciaron los trabajos de investigación en 1953. Primero José Merí y Benito Orihuel, y posteriormente se unió a ellos Juan Moragues. Los tres eran químicos: Juan Moragues y Benito Orihuel, con experiencia en química industrial, mientras que José Merí había estado investigando en radioactividad en el laboratorio de los Joliot-Curie (Irene y Frederic Joliot-Curie), nada más y nada menos que los recientes premios Nobel de Química del año 1935. José Merí obtuvo una beca de la Caja de Ahorros de Valencia y trabajó con ellos medio año en 1936. Nuestros profesores, a pesar de ser químicos, aprendieron microbiología y fisiología vegetal, equiparon el laboratorio del Instituto Laboral con microscopios, autoclave para esterilizar los medios para el cultivo de los patógenos fúngicos, estufas de cultivo, neveras y otros. Y, quizá fue Vicente Sanz López, el profesor de carpintería, quien les construyó una cámara de madera en la que mantener los frutos a temperatura y humedad constante, para el correcto desarrollo con el necesario rigor científico de sus experiencias de podrido.

En 1956, 1957 y 1959 publicaron tres artículos científicos en la revista Anales de Edafología y Fisiología Vegetal del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Para ilustrar al lector citaré el título del publicado en 1957: Influencia de algunos factores sobre la aparición de cierto grado de fitotoxicidad en la naranja «W. Navel» frente al uso del Ortofenilfenato sódico-hexamina. También pusieron en marcha tratamientos industriales con borax-ácido bórico, pero he destacado este trabajo porque el ortofenilfenato es un ingrediente activo que se sigue utilizando ampliamente en todo el mundo. Este fungicida había sido introducido en los EE UU apenas unos años antes, y ellos consiguieron, a pesar del aislamiento del país, no solo la materia activa, sino también las publicaciones de los científicos americanos que habían desarrollado su utilización como fungicida. Fueron pioneros en el desarrollo e implementación de su uso en España. 

Pero no se limitaron a investigar. También realizaron una excelente y muy necesaria labor de extensión agraria, transmitiendo los conocimientos sobre los procesos de podrido de los cítricos a todo el entorno de exportadores de naranja de la Safor. Por la documentación que dispongo, puedo asegurar que realizaron, por lo menos, dos cursillos de manejo postcosecha de los cítricos en el laboratorio del Instituto. También publicaron en los medios locales, como en el Semanario Gandia, varios artículos de divulgación científica, y alertaron a los exportadores de la venta de un producto ilegal y muy tóxico: la tiourea.

A partir de 1963, Juan Moragues y Benito Orihuel se asociaron con Roig, García y Cía SL para la producción y comercialización de estas formulaciones fungicidas. Estos fueron los inicios de la actual empresa Citrosol, ubicada en Potries, que actualmente es líder en su sector con más de 150 empleados y con empresas filiales en Grecia, Perú y Sudáfrica. Utilizando la terminología empresarial actual, diríamos que Citrosol fue una start-up, nacida en el Instituto Laboral de Gandia.

Los frutos del trabajo realizado por estos profesores en aquel laboratorio del Instituto Laboral perviven, no solo por los logros de Citrosol sino, porque en la actualidad, la actividad de los almacenes de cítricos de la Safor probablemente sigue siendo el generador número uno de empleo en la comarca. Siendo la ciencia cultura, estos profesores se implicaron en el desarrollo no solo cultural sino también en el desarrollo económico de la comarca.