Gandia adaptará espacios como refugios climáticos ante la subida de la temperatura

La temperatura en los grandes parques llega a ser cinco grados más fresca que en las áreas asfaltadas y con alto tráfico

El ayuntamiento anuncia que plantará más árboles, pondrá más bancos y activará fuentes para proteger la población

El parque de Sant Pere de Gandia, una de las grandes áreas verdes de la ciudad, con edificios de viviendas al fondo.

El parque de Sant Pere de Gandia, una de las grandes áreas verdes de la ciudad, con edificios de viviendas al fondo. / Levante-EMV

Sergi Sapena

Gandia

El fracaso de la humanidad, que se ha demostrado incapaz de detener o paliar el cambio climático que se viene confirmando desde hace décadas va a obligar a todos, ciudadanos, empresas y administración, a adoptar medidas, que ahora ya son urgentes, para, al menos, preservar la salud y la vida de las personas, especialmente de las más vulnerables.

Un pequeño ejemplo lo dio ayer la concejala de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Emergencia Climática de Gandia, Alícia Izquierdo, que anunció la puesta en marcha de un plan para habilitar «refugios climáticos» a lo largo y ancho de la ciudad. No se trata, obviamente, de búnkers para meterse dentro en las horas más cálidas de cada jornada, sino en llevar a cabo medidas que permitan, por una parte, bajar unos grados la temperatura en espacios muy concretos y, por otra, convertirlos en lugares agradables donde se pueda estar unas horas.

El objetivo inicial son los grandes parques de la ciudad donde, según revelan los primeros datos de un estudio que se está realizando en este momento, la temperatura en los días de fuerte calor, como los que se están registrando esta misma semana, se sitúa cuatro o cinco grados por debajo de la que se mide en otros lugares cubiertos de hormigón y asfalto y con tráfico rodado. Entre esas «islas climáticas», un efecto conocido desde hace décadas, figuran los parques de Sant Pere, Ausiàs March o Joan Fuster (todos en la ciudad) y l’Oller, Baladre o Clot de la Mota, que están en el Grau y la playa.

El plan de emergencia climática anunciado por Izquierdo contempla, por una parte, la plantación de más árboles de sombra y vegetación de base, elementos que contribuyen notablemente a «absorber» los picos de fuerte calor. Por otra, se pondrán elementos que eleven la confortabilidad, como la colocación de más bancos o lugares donde permanecer, facilitar la accesibilidad, así como instalar fuentes de agua potable donde no las hay para que los usuarios puedan beber o refrescarse.

No es ningún secreto que las olas de calor elevan los índices de mortalidad, y más todavía cuando se registran temperaturas por encima de los 40 grados, un hecho que, a ras de los suelos asfaltados, ya es mucho más habitual que unos años atrás. Las olas de calor son más frecuentes y más intensas cada año y ello ya ha obligado incluso a legislar para regular los trabajos intensos en lugares donde los termómetros de disparan para no poner en riesgo la vida de las personas.

La concejala Izquierdo recordó que años atrás Gandia diseñó un «Pla d’Ombres» que permitió plantar cientos de árboles en la ciudad, un proceso que se mantiene y, en su caso, se acentuará con esta nueva iniciativa de «refugios climáticos» dirigidos especialmente a quienes no pueden permitirse el lujo de estar de día y de noche con el aparato de aire acondicionado a toda pastilla.

Otra alternativa, en aquellas jornadas más tórridas, es que los ciudadanos se refugien en edificios públicos climatizados, entre ellos los centros sociales o las bibliotecas.

La concejala Alícia Izquierdo, al anunciar el plan de emergencia climática de Gandia

La concejala Alícia Izquierdo, al anunciar el plan de emergencia climática de Gandia / Àlex Oltra

El ayuntamiento ya elabora un mapa climático de la ciudad

A la misma hora pero en lugares diferentes, siempre dentro de una misma ciudad, la temperatura puede llegar a variar cuatro o cinco grados, que no es poca cosa si se tiene en cuenta que no es igual estar a 35 que a 40 grados.

Ocurre en Gandia, como en otras ciudades, y eso depende tanto de factores naturales, como orientación, ventilación u orografía, como de artificiales, como el hecho de disponer de más o menos árboles, si es un lugar con elevado tráfico o si está totalmente asfaltado, porque ese elemento, generalmente de color negro, asborbe una gran cantidad de calor que después emite a su entorno.

Gandia dispondrá este mismo verano de un mapa que se está elaborando en estos momentos con esos datos térmicos, de manera que se podrá saber dónde, y por qué motivo, están los lugares más frescos y los más cálidos, lo que influye en la confortabilidad urbana, e incluso en la salud pública.

La apuesta para disponer del estudio, cuyos resultados se conocerán a finales de julio, y la habilitación de refugios climáticos no son las únicas políticas para paliar el cambio climático en Gandia, porque también está la instalación de placas solares, pero sí figura entre las más llamativas y singulares.

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