Agricultura
El cultivo del caqui toca techo pero el aguacate sigue en expansión en la Safor
Las dos opciones de frutales ya suponen alrededor de 450 hectáreas en la comarca nMás allá de la naranja los agricultores también apuestan por otras frutas, algunas incluso subtropicales
Los cultivos de aguacate y de caqui ya suponen más de 450 hectáreas en la Safor, según datos de la Conselleria de Agricultura relativos a 2023. Por poner un ejemplo gráfico, sería como 450 veces la dimensión de la plaza del Prado de Gandia. Los agricultores los contemplan como una alternativa a la naranja, si bien los suelen compaginar con esta en sus huertos. El caqui entró en la Safor hace más de una década tras comprobar la aceptación y el rendimiento que estaba dando en la Ribera, aunque cuando lo hizo el mercado ya estaba bastante saturado, y está en retroceso, mientras que el aguacate está claramente en expansión.
El caqui, según las mismas fuentes, tiene 157 hectáreas en la comarca, en su mayoría en la Valldigna. Su rentabilidad actualmente es menor que la de los cítricos, porque han surgido nuevas plagas y enfermedades que han aumentado los costes de producción. Por su parte, el aguacate, con 292 hectáreas, está más repartido y es más rentable que muchas variedades de cítricos. Ahora bien, necesita mucha agua, y esto ya está dando algunos problemas en otras zonas productoras a mayor escala como Murcia o Andalucía.
Por otra parte, hay pocas empresas en la comarca que trabajen con el caqui o el aguacate. El caqui se lleva a los almacenes de la Ribera o se vende de forma directa. Para el aguacate sí hay pequeños comercios como Somopar, en Oliva, o la cooperativa GreenFruits, en Pego. Otra opción es comercializarlos en la cooperativa de Callosa d’en Sarrià o en la empresa Trops.
«Hay que tener cuidado con la expansión del aguacate, porque se necesita gestionar bien su riego con herramientas que optimicen el agua», explica el olivense Vicent Sabater, ingeniero agrónomo y secretario comarcal de la Unió Llauradora i Ramadera.
En la Safor, por sorprendente que parezca, también hay cultivos tropicales, como la pitaya, la papaya o la guayaba. El cambio climático les ha abierto la puerta. Sobre este aspecto Sabater también aboga por la prudencia. «Cualquier cultivo tropical debe ir acompañado de la formación de los agricultores, tener un material vegetal adaptado a nuestro clima y un precio competitivo para los productores, y también necesita de mucha inversión, porque suele requerir invernaderos, por lo que sólo está al alcance de agricultores con mayor solvencia económica, a menudo grandes propietarios, mientras que los pequeños agricultores optan por cultivos menos rentables». En cualquier caso, Sabater considera que con una buena promoción para aumentar la demanda «es posible que estos cultivos prosperen en la Safor, aunque menos que el aguacate».
Otros frutales
Hay otros frutales en producción distribuidos por la Safor. Según la Conselleria el granado se cultiva en Villalonga (5 hectáreas) y en Oliva, con una. De melocotonero hay 13 hectáreas, distribuidas en Ròtova (3), Alfauir (3), Barx (2), Oliva (2 ha) y en Xeresa, Villalonga y Castellonet de la Conquesta, con una hectárea cada uno.
Aparecen otros frutales como el níspero en Villalonga (4 ha), y en Tavernes (1 ha); el kiwi en Benifairó de la Valldigna (1 ha), y ciruelo, 5 ha en Barx y una en Simat de la Valldigna. Además, hay una hectárea de higo en Barx.
Las frutas tropicales maduran en las zonas más cálidas de la comarca. Así, se puede encontrar guayabo en Ador (4 hectáreas) y en Tavernes de la Valldigna (2 ha) y tres hectáreas de papaya en Ador. En Xeraco hay pitaya, también conocida como «fruta del dragón».
En cuanto a las hortalizas, hay 87 hectáreas, en su mayor parte en Gandia y Xeraco. La patata se cultiva en Xeraco (7 ha), Tavernes (5 ha) y Palma de Gandia, con una hectárea. El pimiento destaca en Xeraco (7 ha), Benifairó (2 ha), Gandia (4 ha) y Oliva (1 ha).
La sandía se cultiva en 16 hectáreas en las siguientes localidades: Xeraco (5 ha), Oliva (4 ha) Gandia (4 ha), y en Palma de Gandia, Alfauir y Villalonga, con 1 ha cada una. Además, se registran dos hectáreas de melón en Tavernes.
El olivar, típico de secano, se reparte entre Barx (60 ha), Simat (12 ha),Villalonga (12 ha) y Gandia, con 8 hectáreas. Por su parte, el almendro está presente en Gandia (42 ha), Barx (38 ha), Villalonga (17 ha), Ador (2 ha), Alfauir (5 ha), Almiserà (4 ha), Llocnou de Sant Jeroni (4 ha), y Castellonet, con una hectárea, y hay otra de nogal en Villalonga. Y ha vuelto el interés por el algarrobo en Simat de la Valldigna (46 ha), la Font (43 ha), Villalonga (42 ha), Barx (16 ha), Alfauir (10 ha) y en Oliva, con seis hectáreas.
La Safor tiene un uso agrícola de 43.002 hectáreas, más del 80% de la superficie de la comarca, de las cuales 11.342 son de regadío. n
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