De Oliva a Finisterre a pie para visibilizar la salud mental

Éric Escrivà inicia tras las fiestas un reto que le llevará a recorrer 1.300 kilómetros en 46 días

Éric Escrivà, durante una de sus peregrinajes en el Camino de Santiago

Éric Escrivà, durante una de sus peregrinajes en el Camino de Santiago / Levante-EMV

Éric Escrivà se vio superado en su vida: ansiedad, agorafobia. "Me impedía moverme, desplazarme", cuenta a Levante-EMV en una conversación por teléfono. "Apenas podía salir del pueblo durante muchos años". Pero encontró la forma de hacerlo. "El Camino de Santiago me ayudó a superar esas limitaciones", cuenta. Por ello, ahora, ya recuperado, se ha propuesto un reto con el que pretende visibilizar la salud mental y, al mismo tiempo, mostrar que existen formas para salir de esos problemas.

Arranca el próximo 7 de enero, tras las fiestas navideñas, con el objetivo de cruzar de este a oeste toda España. El objetivo es recorrer a pie y solo los 1.300 kilómetros que separan su casa en la playa de Oliva del cabo de Finisterre, en Galicia, utilizando los diferentes itinerarios del camino que llega hasta la plaza del Obradoiro, a las puertas de la catedral de Santiago, aunque su destino final no sea ese punto. "Es un reto para mostrar que, con volntad, se pueden superar esas enfermedades", señala.

Escrivà revela que llevaba varios años dándole vueltas a la idea porque si hay algo que conoce muy bien es el Camino de Santiago. No en vano, es guía autorizado de esta ruta y trabaja para diferentes entidades y agencias que venden sus paquetes para turistas. "Llevo más de 20 años haciéndolo pero siempre con mucha gente". Por ello, una importante parte del reto es esa soledad con la que recorrerá toda España. "Es una forma de encontrarse con uno mismo", señala.

Escrivà, ante la catedral de Santiago

Escrivà, ante la catedral de Santiago / Levante-EMV

Pero el desafío de este olivense tiene un objetivo doble. Además, busca promocionar el Camino de Levante, la ruta jacobea que parte desde el este del país hasta llegar a Santiago. Escrivà explica que, a diferencia de otros tramos del camino, se trata de una vía que no es tan conocida ni está explotada como el resto. De hecho, cuenta, no dispone de servicios que facilitan el camino a los peregrinos y los hospedajes se consiguen a través de acuerdos que la asociación que la gestiona tiene con diferentes ayuntamientos para que cedan espacios en los que descansar y asearse. "No está muy transitado, no es popular ni cuenta con infraestructuras", explica. "La gente normalmente utiliza los caminos más conocidos y el de Levante es bastante largo".

Lo que pretende este olivense, que es, además, presidente del Ampa del CEIP Santa Anna de la localidad, es abrir una etapa desde la playa de Oliva. Este camino de Levante pasa por la catedral de València, Xàtiva, Almansa, Albacete, Toledo y empalma con la Via de la Plata en Zamora. Dese ahí, en su caso, continuará por el camino francés. "He decidido esa ruta en base a la época del año, puesto que va a ser un camino muy duro por el frío, la nieve y el agua con los que me voy a encontrar".

Toda su aventura quedará documentada a través de vídeos y fotografías que colgará en sus redes sociales. El próximo 7 de enero hará su primera parada en el CEIP Santa Anna, donde participará en una actividad interna del centro. Desde allí, el alumnado del centro le acompañará en sus primeros metros hasta el portal de la calle Sant Vicent, donde ya seguirá su camino hasta Finisterre solo.

Serán 46 días en los que su intención es realizar una media de 30 kilómetros diarios y en el que su destino final no es la catedral de Santiago, sino la punta de la Península.

Para lograr el reto, ha abierto un crowfounding con el objetivo de recaudar fondos.

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