Un gandiense aborda la emigración valenciana a Argelia en los siglos XIX y XX

José Torres presenta hoy el libro en Alicante y aprecia similitudes con situaciones de migraciones masivas en la actualidad

Muchos se establecieron en el país norteafricano, pero otros optaron por volver porque las condiciones no eran fáciles

'Pied noir', a su llegada a Argelia

'Pied noir', a su llegada a Argelia / Levante-EMV

El historiador José Torres Martínez (Gandia, 1975) presenta este jueves 16 de enero a las 19.00 horas en Casa Mediterráneo de Alicante el libro 'Emigrar a Argelia. Los 'pied noir' valencianos', donde aborda el traslado de valencianos, murcianos, andaluces y mallorquines a este país "en busca de un futuro mejor que su tierra les negaba" en los siglos XIX y XX. El evento es de entrada libre hasta completar aforo, con emisión en directo por su canal de YouTube.

Según informa Casa del Mediterráneo en un comunicado, la obra, publicada por Círculo Rojo, trata de abordar por qué emigraron estas comunidades, qué les hizo dejar sus casas y su entorno, cómo eran sus vidas en el país de acogida y qué sucedió con estas personas cuando les sobrevino la independencia.

El historiador gandiense José Torres, autor del libro

El historiador gandiense José Torres, autor del libro / Casa del Mediterráneo

Las penurias económicas y las escasas oportunidades laborales empujaron a buscarse la vida lejos de sus hogares a estas personas y, aunque algunas lo hicieron de forma temporal, la mayoría se estableció de forma definitiva, para dedicarse a labores agrícolas o levantando réplicas de sus propios negocios en España.

Los descendientes de estos emigrantes, de segunda y tercera generación o incluso más, se sentían españoles, pero también franceses, aunque residían lejos y algunos nunca habían pisado la tierra de origen de sus antepasados.

Ellos no acuñaron el término 'pied-noir', pero se les identificó con él y, aunque inicialmente se hizo "con una intención peyorativa, pronto se convertiría en seña de identidad y motivo de orgullo", señala el autor del libro.

José Torres Martínez es docente de ESO e historiador con experiencia en artículos y libros de historia local, muchos de ellos publicados en la edición de la Safor de Levante-EMV. En este libro, que supone una actualización de un volumen anterior, la investigación genealógica le llevó a preguntarse por los motivos por los que muchos valencianos emigraron a Argelia. Luego, con la guerra y la independencia del país norteafricano, se instalaron en España y en Francia y, posteriormente, desearon conocer sus orígenes.

La historia de los 'pied noirs'

José Torres señala que escribió este libro por dos circunstancias que coincidieron en el tiempo. La primera fue que empezó a elaborar su propia genealogía y descubrió que en Gandia tenía antepasados de muy diversa procedencia. "Unos vinieron de Francia hasta Castilla La Mancha y después acabaron aquí; otros partieron de Palma de Mallorca hasta el interior de Alicante, a poblaciones como Orba, y finalmente arribaron a Gandia. En estas pesquisas descubrí que tenía un antepasado morisco, hijo de moriscos expulsados en 1609, que fue adoptado por un señor importante y entonces no sólo me dediqué a averiguar fechas y nombres, sino también a tratar de conocer las razones por las que decidieron cambiar de vida, abandonándolo todo".

"Posteriormente, en las fiestas de Murla, un pueblo del interior de la Marina Alta, conocí a un grupo de americanos, rubios, altos, de ojos claros, que hablaban valenciano con acento inglés. Me despertó la curiosidad y me contaron que eran descendientes de emigrantes que habían viajado a América a principios del siglo XX. Como iba por las parroquias tras la pista de mis antepasados, entré en contacto con franceses que tenían apellido valenciano y buscaban sus orígenes, pero no podían desplazarse hasta Valencia o Alicante, ni sabían cómo funcionaban los archivos, ni conocían el valenciano. Eran 'pied noir', es decir, emigrantes valencianos y del sureste español que se instalaron en Argelia desde el siglo XIX hasta la independencia del país en 1962, cuando se exiliaron a Francia o a España. A partir de ahí, se despertó mi interés por conocer las razones que llevaron a esos antepasados a emigrar al país norteafricano. Luego me asaltaron otras preguntas: cómo vivían allí, qué pensarían, cómo se adaptarían, si sentirían añoranza. Ahí empezó todo".

La incógnita sobre de dónde viene el nombre

Respecto a por qué se les llamaba 'pied noir', Torres señala que una de las teorías más aceptadas y conocidas hace referencia a los argelinos cuando utilizaban ese término para denominar a los soldados y colonos franceses al principio de la colonización, puesto que les llamaba la atención el color negro de las botas. Otros afirman que se debe a los pies negros de aquellos que desbrozaban los terrenos baldíos o pisaban la uva. Se dice también que el término nace en 1930 durante el centenario de la colonización, cuando los representantes oficiales de Argelia en París llamaron la atención al vestir con zapatos negros y puntiagudos. Algún testimonio, como es el caso de Emmanuel Robles en 1937, asegura que, en Marruecos, concretamente en Casablanca, recibían este nombre los emigrantes llegados de Portugal o España que llegaban con los pies llenos de polvo. Hay quien opina que detrás del nombre se intuye la influencia del western americano, que habla de tribus indias llamadas pied-noir.

"El término 'pied-noir' ha sido aceptado con orgullo y se representa gráficamente con dos pies negros en muchas publicaciones escritas y, como no podía ser de otro modo en el siglo XXI, está presente en internet y en las redes sociales. Los que vivieron en Argelia y sus descendientes manifiestan ese orgullo y lo aceptan como símbolo de su identidad: para Andrée Fabrega significa “pertenecer a esta tierra africana donde están mis raíces… a pesar de ser totalmente francesa…”, mientras que Mathieu Malonda lo considera “positivo con los años que pasan. Una identidad”.

Las causas de aquella migración

En el libro, Torres se ha centrado es en las causas. ¿Por qué una persona abandona su familia, su casa, todo? Una sociedad eminentemente agrícola como la española, con unos sistemas de riego y de comunicaciones muy retrasados respecto al resto de Europa, al sufrir pertinaces sequías y graves inundaciones se ve abocada a buscarse la vida fuera. Piensa que la mayoría de los que decidieron emigrar eran jornaleros, personas que vivían de la tierra. "Hace 100 o 150 años, imagínate cómo podría ser vivir en esa situación. Muchos se vieron obligados a emigrar por este tipo de causas, relacionadas con los fenómenos climatológicos, con la economía y también con plagas como la filoxera de finales del siglo XIX y principios del XX. La llegada de la plaga supuso la ruina de todos aquellos que vivían de los viñedos. Quienes tenían dinero consiguieron reinventarse de alguna forma, pero la mayoría de los jornaleros se vio abocado a emigrar.

Otro tipo de causas fueron las políticas, al producirse cambios bruscos de gobierno y, sobre todo, con el estallido de la Guerra Civil española. En este último contexto, la historia del 'Stanbrook', el buque mercante que realizó la última evacuación de refugiados republicanos del puerto de Alicante el 28 de marzo de 1939 hacia Orán, queda reflejada en el libro.

Una vez ya en Argelia, casi todo estaba virgen y era propiedad de los franceses. Allí se produjeron varias modalidades de emigración. "Había gente que iba a hacer la migración golondrina, pero finalmente acaba quedándose allí, mientras que otros se trasladaban con la intención de instalarse en Argelia, pero regresaban al ser incapaces de adaptarse. "Los que se quedaron se convirtieron en la segunda generación. Ya no eran jornaleros que trabajaban para un latifundista, sino que habían conseguido acumular riqueza y se habían convertido en pequeños terratenientes, con sus parcelas de terreno para cultivar.

También hubo que se marchó con sus propios oficios desde Alicante, Valencia, Murcia y Andalucía, las regiones con mayor flujo de emigrantes. El que era alfarero se llevaba sus conocimientos y los aplicaba allí, al igual que los turroneros, los heladeros… Así actuaron quienes encontraron los medios para poder llevarlo a cabo. A medida que ya no eran necesarios los trabajos en el campo ni en las canteras, los trabajadores se fueron acoplando a nuevas oportunidades laborales.

En aquella sociedad de mezcla de culturas también hubo en Argelia situaciones tanto de tensión como de armonía. Por ejemplo, Torres señala que un momento de mucha tensión fue en 1881. La presencia de extranjeros provocaba cierto recelo entre los argelinos y fue motivo de alguna revuelta. Bouhamama, cabecilla religioso que preconizó la guerra santa contra los franceses y sus seguidores, se rebeló en Saida contra la población europea y los emigrantes españoles se retiraron a Orán, mientras que algunos regresaron a España. Por lo demás, en general, la convivencia fue bastante buena. "Básicamente, según la bibliografía que he consultado y lo que he leído en prensa, los momentos más complicados para la convivencia fueron, como he comentado, los hechos de Saida de 1881 y posteriormente la guerra que dio lugar a la independencia de Argelia en 1962", señala el historiador gandiense.

Sobre el punto de origen de los emigrantes españoles, el autor del libro confiensa que le llamó poderosamente la atención el hecho de que creía que el fenómeno de la emigración hacia Argelia se circunscribía de Gandía hacia el sur. "Hasta que me topé con un caso en Zucaina, un pueblecito del interior de la montaña de Castellón, y otro en Campanar, un barrio al noroeste de Valencia. La historia de este último me sorprendió porque se trataba de un chocolatero que dejó una gran ciudad para irse a Argelia.

También hay otras historias relacionadas con el 'Stanbrook', muy desconocidas e impactantes, y con los campos de concentración tras la Guerra Civil, donde acabaron confinados muchos valencianos y alicantinos. De alguna forma, muchos de los hechos que cuento en el libro se están repitiendo hoy en día en cualquier ruta migratoria en el Mediterráneo. Cuando el 'Stanbrook' llegó a Argelia estuvo retenido durante más de un mes con más de 2.638 personas malviviendo mientras esperaban la autorización para poder desembarcar. La historia se repite. Eso me ha chocado mucho, porque no hemos aprendido del pasado". En su obra afirma que, si escarbáramos un poco en nuestro pasado, descubriríamos que una gran mayoría somos descendientes de emigrantes.

José Torres Martínez concluye sosteniendo que "la historia está viva y no todo está escrito", por lo que anima a que los pied-noir o sus descendientes que lo deseen le envíen sus historias familiares por correo electrónico (piednoirvalencianos@gmail.com y así seguir escrutando en ese fenómeno tan particular. "La idea sería publicarlos para que quedara por escrito esa memoria colectiva y contribuir a que esa identidad se revalorice. Yo no soy pied-noir, pero si actualmente vivo en Gandia fue porque algún emigrante decidió venir aquí. También es una forma de dar a conocer un tipo de emigración que no es tan conocida y valorada como la del norte de España hacia América, pese a que las fechas y las causas son prácticamente las mismas. Al mismo tiempo, el libro pretende que esas familias tengan un pequeño reconocimiento de los hechos que vivieron sus antepasados y de la valentía que tuvieron para dejar su casa".

El libro es una publicación bajo demanda, que está disponible en la web de la editorial Círculo Rojo y en librerías. También se puede leer en formato epub en Amazon.

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