Color local
La mesita de Fitur

La mesa y las sillas que la Generalitat ha dejado a Gandia en Fitur / Levante-EMV
J. Monrabal
El espacio oficial asignado a Gandia por la Generalitat Valenciana en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) lo ocupaban una mesa pequeña y cuatro sillas que, a efectos prácticos, cumplían la misma función que una celda de castigo. Parece una burla, pero, en el fondo, es una buena noticia para el gobierno: Mazón ha abandonado sus maniobras envolventes sobre la ciudad y ya ni siquiera se preocupa de guardar las formas, desentendiéndose, además, de las secuelas que ese gesto ofensivo pueda tener en el PP local o en el sector turístico de la ciudad.
En clave gandiense, mala venta puede tener la medida de la Generalitat, por mucho que Soler haya salido rápidamente a la palestra intentando salvar los muebles. Pero, ¿qué muebles, si solo había una mesita enana y cuatro sillas de bar? Como para citarse en ella con un gran turoperador, como para dar imagen de ciudad... Vamos, es que en la dichosa mesa no cabía ni el nuevo eslogan promocional, “Tu vida necesita más luz”, que tampoco es para echar cohetes y parece salido de un anuncio de bombillas de los 80, pero que, por lo menos, merece algo más que la asfixia asistida. Le ponen a Mazón una mesa así en El Ventorro y pide la hoja de reclamaciones. Pero para Gandia la escala parvulario, por lo visto, va de lujo.
El nuevo formato de la Generalitat para Fitur, en el que solo cuentan con espacios habitables València, Alicante, Benidorm, Elx y Castelló, se ha justificado con seudoargumentos como el de que “es más profesional”. Pero, después de la dana, todo lo que huela a profesionalidad debería el PP dejarlo en manos de generales en la reserva (para Fitur incluso un boy scout serviría) porque cada vez que creen tener una idea tropiezan con la ley de Murphy.
De hecho, la idea original que ha provocado las protestas de más de diez ayuntamientos tiene el copyright de la inolvidable exconsellera Nuria Montes, famosa por unas declaraciones, entre zafias y necias, hechas tras la riada, destinadas a los familiares de las víctimas. Mazón cesó a Montes para salvar su propio pellejo, pero conservó su legado “técnico” sobre el nuevo formato institucional para Fitur, otro monumento a la empatía y el buen rollo, que confirma una vez más la vigencia de la ley de Murphy.
Pero vamos a ver: ¿no es Fitur una Feria que ya va por su 45 edición? ¿No llevan los municipios ahora privados de recursos participando en esa muestra turística internacional durante décadas? ¿No han desarrollado a lo largo de ese periodo sus agendas, sus campañas publicitarias, sus encuentros con actores del sector y con el público contando con medios que nadie había cuestionado hasta la ocurrencia “profesional” de la exconsellera? Y, en cualquier caso, ¿puede ser “profesional” una medida impuesta como un trágala y comunicada a última hora que ha precipitado las protestas en bloque de más de diez alcaldes? Y no es que el modelo habitual fuese perfecto (para muchos ayuntamientos, Fitur no pasa de ser un sarao de autoconsumo, con sus falleras diametralmente inmensas, sus platos típicos y una aplastante colección de tópicos localistas) pero cárgaselo unilateralmente de un plumazo a la vista está que ha sido peor. Puestos a ser tópicos y típicos, ¿por qué solo pueden serlo unos cuantos elegidos?
Para ser una medida “profesional”, la imposición de la Generalitat, parece calcada de la frase de Groucho sobre la política como el “arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después remedios equivocados”. Superada ya a la fase de los remedios equivocados, ojalá dé pronto el think tank turístico de la Generalitat con un boy scout que, a cambio de una merienda, enderece la situación. Pero, por ser lo más lógico, no es probable que eso ocurra.
Aunque tampoco hay que desesperar. A lo mejor, el año que viene, tras varias fatigosas tormentas de ideas, terminan poniendo un florero en la mesita de Fitur, a cambio de quitar las sillas, una vez interiorizada la cultura del pacto. Quizás entonces nos recuerde Mazón, en un discurso de los suyos y sin faltar, por una vez, a la verdad, que todo lo que haga la Generalitat para promocionar el turismo en Gandia será poco.
Mientras tanto, el alcalde de Gandia, que no se mete en política, y quienes en su partido dicen sentir “vergonya” por las políticas discriminatorias de Mazón, a ver si se animan a pedir su dimisión, porque si no, ¿de qué se quejan?
- Roban 65.000 euros en Gandia por el método de 'la siembra
- Acequias milenarias se desmoronan en la Safor tras la introducción del riego por goteo
- Las fallas de Gandia ya conocen su orden para 2025
- ¿Hay alguien que quiera escribirle a Oliva?
- Atención jabalíes: las carreteras más peligrosas de la Safor
- Soler retoma la campaña del PP de Gandia que tuvo que anular tras la irrupción de Moragues
- Empresarios y universidades adelantan un proyecto innovador del tren Gandia-Dénia
- Nace en la Safor el primer tributo a Phil Collins de España