La justicia avala a la Generalitat y rechaza paralizar la prolongación de la CV-60 en la Safor

La Associació Territori, Biodiversitat i Cultura recurrió el proceso al considerar que destruye el paisaje de la huerta de la Safor

El proyecto va a una velocidad lentísima y aún no se ha resuelto la solución para conectar esa vía con la AP-7

La CV-60, en el tramo de la Vall del Vernissa que discurre entre los términos de Llocnou de Sant Jeroni, Ròtova y Alfauir, donde ya es autovía.

La CV-60, en el tramo de la Vall del Vernissa que discurre entre los términos de Llocnou de Sant Jeroni, Ròtova y Alfauir, donde ya es autovía. / Perales Iborra

La Generalitat Valenciana tiene vía libre para seguir con el trámite que debe concluir con la prolongación de la autovía CV-60, que discurre entre Terrateig y Palma de Gandia, para conectarla con la AP-7, entre la Font d’en Carròs y Rafelcofer, y con la N-332 a la altura de la rotonda de Bellreguard, en Gandia.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) acaba de desestimar una petición de la Associació Territori, Biodiversitat i Cultura, que se opone a esa infraestructura y que había solicitado, como medida cautelar, la anulación de la resolución de la Generalitat, de diciembre de 2023, que aprobó definitivamente el proyecto básico de esa infraestructura.

En este proceso judicial la parte demandada era la Generalitat, promotora del proyecto, pero a la causa, en defensa de la obra, se sumaron también el Ayuntamiento de Gandia y la Asociación Empresarial de la Safor, que defienden no solo la continuidad de las actuaciones, sino más celeridad por parte de la Administración autonómica.

Entre otras consideraciones, la Associació Territori, Biodiversitat i Cultura ha presentado el recurso contencioso administrativo contra la prolongación de la CV-60 al estimar que este proyecto, que afecta a unos 600.000 metros cuadrados de terreno entre Palma de Gandia y Gandia, va a causar perjuicios ambientales y paisajísticos en la huerta de Gandia y en los municipios que atraviesa, además de no apostar por una movilidad sostenible. Por ese motivo, solicitó al TSJ que, «para evitar daños de reparación imposible», acordara la suspensión cautelar de los trámites.

Los jueces del TSJ, sin embargo, aprecian que la asociación recurrente «no ha probado adecuadamente» esos supuestos daños, y reprocha que sus argumentos sean «una mera invocación genérica», por lo que autoriza seguir tramitando la obra mientras se dirime el fundamento de la causa judicial.

Una lentitud inquietante

Pese a haberse salvado este escollo, lo cierto es que la tramitación de las dos obras pendientes para terminar la CV-60 y convertir en autovía todo el tramo, desde l’Olleria a Gandia, avanza tan lentamente que ya causa inquietud entre quienes defienden que ese proyecto es fundamental para el desarrollo de las comarcas centrales valencianas.

Buena prueba de ello es la visita que hace apenas dos semanas realizó a Montaverner el conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, quien, ante una nutrida presencia de alcaldes de la Vall d’Albaida, volvió a comprometerse con esa obra. Ahora bien, los alcaldes le pidieron más rapidez en la fase de desdoblamiento de la carretera entre l’Olleria y Terrateig. Para la redacción del proyecto hay trámites que alcanzan los 3 años, de ahí que las autoridades municipales exigieran al conseller acortar esos periodos y, a ser posible, concluir todo el proceso en esta legislatura autonómica que acaba en menos de dos años y medio.

Lo mismo podría decirse del otro segmento del proyecto, el que afecta a la Safor. Para la prolongación desde Palma de Gandia a Gandia, incluyendo los enlaces a las otras carreteras, ni siquiera está claro el diseño de la obra en algunos puntos, especialmente en la complicada conexión de la futura CV-60 con la AP-7, donde se prevé un tremendo ‘scalextric’ para los enlaces en todas direcciones. 

Hace dos semanas el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, dijo en Gandia que los técnicos de la Generalitat y del Ministerio de Transportes aún no han concretado el diseño de ese nudo de carreteras, una iniciativa que, como promotor del proyecto, le corresponde a la Administración autonómica.

El calendario salta a la siguiente legislatura

Visto lo visto, ya puede afirmarse que, pese a las promesas de celeridad que hizo en campaña electoral el ahora president de la Generalitat, Carlos Mazón, nada apunta a que en estos cuatro años de su primera legislatura se inicien obras de la CV-60. Hasta el alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, ha solicitado más diligencia e interés en ese proyecto que, entre otros aspectos, supondrá una conexión directa desde Gandia a la autopista AP-7 y una notable mejora en la accesibilidad al puerto.

Además, cuando los trámites administrativos concluyan quedará la cuestión del dinero. Los dos tramos de la CV-60, l’Olleria-Terrateig y Gandia-Palma de Gandia, costarán, como mínimo, 150 millones de euros, cifra que podría subir por el incremento de los materiales de construcción experimentado en los últimos años.

La CV-60 también ha generado discrepancias en el ámbito político. PSPV y PP respaldan el proyecto, que es rechazado frontalmente por Compromís y otros partidos de izquierda. Eso ha supuesto roces allí donde gobiernan los dos grupos que forjaron el Pacte del Botànic, como el Ayuntamiento de Gandia. De hecho, Compromís respalda las acciones judiciales para paralizar el proyecto y el PSPV defiende su continuidad y agilizar al máximo los trámites.

Tracking Pixel Contents