Oliva intenta vender el solar del fallido Centro Ecuménico ampliando los usos a residencias y colegios

El Gobierno local trata de desbloquear el conflicto y cumplir la sentencia que eximió al Arzobispado de retirar la estructura de hormigón

El espacio, situado en Oliva Nova, suma 25.000 metros cuadrados

Una imagen del solar y la estructura de hormigón, abandonada desde hace años, de lo que iba a ser el Centro Ecuménico el Salvador de Oliva.

Una imagen del solar y la estructura de hormigón, abandonada desde hace años, de lo que iba a ser el Centro Ecuménico el Salvador de Oliva. / Levante-EMV

Miquel Font

El Gobierno local de Oliva, formado por PRO y UCIN, se ha decidido a retomar el conflicto generado entre el ayuntamiento y el Arzobispado de València a cuenta del solar de Oliva Nova en el que se debió construir un enorme complejo religioso llamado Centro Ecuménico el Salvador. Como es sabido, aquello terminó en monumental fiasco y ahora lo único que queda es gestionar el futuro del solar con la estructura de hormigón de los cimientos, lo único que se hizo gracias a la aportación económica que generosamente ofreció la Generalitat Valenciana.

El conflicto judicial no se ha cerrado, pero, hasta el momento, se resume en que la parcela municipal de 25.000 metros cuadrados cedida en su día a la Fundación Templo Ecuménico el Salvador ha vuelto a manos del ayuntamiento, pero la justicia ha dado la razón al arzobispado y le exime de tener que retirar las miles de toneladas de hormigón que allí han quedado abandonadas.

Así que, según señala el concejal de Urbanismo de Oliva, Joan Mata, el camino que se va a emprender consiste en intentar la venta de toda la parcela, incluyendo la estructura, a alguien, que seguramente sería una empresa, para que pueda aprovechar esa solera, e incluso el primer tramo de las decenas de pilares construidos, para el uso que estime oportuno.

«Ganaríamos todos»

Así, el concejal Mata señala que, además de los actuales usos recreativo, de ocio, social, deportivo y religioso, el ayuntamiento añadirá el educativo y asistencial, de manera que en la parcela podría abrir bien un colegio, bien una residencia.

Después de haber mantenido una reunión con responsables del Arzobispado de València, la idea gusta a ambas partes. «Ganaríamos todos», indica Joan Mata, esperanzado de que pueda haber una empresa que finalmente invierta en Oliva y, al mismo tiempo, contribuya a cerrar un capítulo de la historia local que empezó con la euforia de un centro religioso que iba a ser «referente del ecumenismo en toda Europa», al fiasco de la parálisis y, lo peor, al enfrentamiento en los tribunales.

Además del cambio legal para permitir los usos educativo y asistencial, el ayuntamiento tiene encomendada otra misión que es cuantificar el valor económico de lo que saldría a subasta. Por una parte, allí hay 25.000 metros cuadrados en una urbanización de máxima calidad situada frente al mar y al lado de viviendas de lujo y el complejo de Oliva Nova Resort, con todo lo que ello significa. Por otra hay que seguir el criterio establecido en la última sentencia judicial, que apunta al «valor añadido» de la estructura de hormigón. Porque, para evitar invertir un dineral retirando los cimientos, el Arzobispado de València defendió, y el juez lo creyó, que en vez de un demérito, la estructura de hormigón es un mérito y, por lo tanto, se suma al valor económico del solar.

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