Acequias milenarias se desmoronan en la Safor tras la introducción del riego por goteo

La extensa e histórica red de distribución de agua del río Serpis para la agricultura en la comarca se deteriora a pasos agigantados al quedar en desuso, sin que exista una normativa clara que la proteja

Tuberías de riego por goteo pasan por encima de tres acequias a modo de puente.

Tuberías de riego por goteo pasan por encima de tres acequias a modo de puente. / S. Sapena

Josep Camacho

Gandia

El patrimonio hidráulico de la Safor está en serio peligro de desaparecer. La histórica red de acequias, partidores, molinos, sifones, incluso azudes, algunas diseñadas en época islámica y mejoradas en los siglos posteriores para hacer llegar a la fértil huerta de Gandia el agua del Serpis y regar los cultivos empieza a caer en el olvido y a deteriorarse a pasos agigantados. 

El principal motivo es la introducción del moderno y más eficiente riego por goteo, que ha convertido a las acequias en secarrales, pero también la expansión urbanística, especialmente la construcción de polígonos industriales y carreteras, que ha tapado otras tantas, impidiendo así saber ni siquiera por dónde pasaban.

La falta de caudal convierte a las acequias en vertederos de maleza y basura al aire libre.

La falta de caudal convierte a las acequias en vertederos de maleza y basura al aire libre. / S. Sapena

Hay voces que desde hace años vienen advirtiendo esta pérdida. Desde el ámbito académico lo denunciaron en un reciente artículo en este periódico los profesores del Campus de Gandia de la UPV Fernando Sendra y Rafael Delgado. «L’Horta de Gandia está en peligro extremo de desaparición», aseguran, y añaden que «caminos rurales han quedado cortados por infraestructuras viarias sin alternativas de paso, y hay acequias en ruinas que están cerca de ser irrecuperables». 

Al dejar de servir para la distribución de agua las acequias acumulan plásticos, basura y vegetación que acaban tumbando los muros que antes, durante el uso diario, se reparaban inmediatamente. Ahora la imagen es de abandono total. La clave, explican los expertos, es cómo contribuir al mantenimiento de esas instalaciones, incluso reponiendo el uso en algunos tramos y elementos más importantes, de manera que puedan contribuir al sistema de goteo que finalmente llega a los campos.

Interior de la Casa Clara, en Potries, en una imagen reciente.

Interior de la Casa Clara, en Potries, en una imagen reciente. / S. Sapena

En contra de lo que muchos piensan, el patrimonio que se pierde no es poca cosa. Azudes con cientos de años a sus espaldas, acueductos igualmente centenarios que cruzan de una parte de otra de los cauces, partidores que distribuyen automáticamente el agua para cada usuario y sifones que permiten que el caudal vaya cruzando los caminos e infraestructuras.

A la derecha un portentosa higuera ha crecido sobre una acequia.

A la derecha un portentosa higuera ha crecido sobre una acequia. / S. Sapena

La Safor, como ocurre en l’Horta de València alimentada por las acequias del Túria y la Ribera que riega el Xúquer, es especialmente rica en esos elementos que se hicieron para aprovechar hasta la última gota del río Serpis, que nace en Alcoi y desemboca en Gandia o en el Vernissa, su mayor afluente en esta comarca.

Representantes municipales de Gandia, Oliva y Potries y miembros del Archivo Histórico de la Nobleza el pasado 1 de febrero.

Representantes municipales de Gandia, Oliva y Potries y miembros del Archivo Histórico de la Nobleza el pasado 1 de febrero. / Alberto García.

Una solución para la conservación de esta arquitectura hidráulica sería que todo el entramado fuera declarado Bien de Interés Cultural. Así lo propuso el alcalde de Potries, Sergi Vidal, en su discurso el pasado 1 de febrero, ante representantes municipales de Gandia y de Oliva, así como de la Generalitat, en la inauguración de la exposición del acta original del Pacte de la Concòrdia de l’Aigua, firmado la duquesa Maria Enríquez de Gandia y el conde Serafí de Centelles de Oliva en 1511, y que se pudo ver durante el Porrat de Sant Blai. 

Potries es uno de los municipios que mejor ha conservado su patrimonio hidráulico, y Sergi Vidal lanzó este reto, ofreciendo su municipio para constituir una mesa de trabajo que desemboque en la firma de «una segunda concordia del agua, cinco siglos después», dirigida a preservar ese patrimonio histórico de primer nivel. El alcalde reconoce que esto necesitaría del esfuerzo de toda la comarca, por lo que hace un llamamiento tanto a la sociedad civil como a las administraciones. En el año 2018 el Consell Valencià de Cultura, reunido precisamente en Potries, pidió la protección del sistema tradicional de riego.

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