Los nuevos ensanches de Gandia dibujan un área urbana que abarca seis municipios
El desarrollo del polígono Sanxo Llop y el proyecto Activa Safor une la ciudad con Bellreguard, Palmera y l’Alqueria de la Comtessa
Un promotor completará el escaso suelo urbanizable que queda junto al Real

Las obras de urbanización del polígono de Sanxo Llop, en Gandia, con el hospital comarcal al fondo. Detrás se encuentra el término de Bellreguard. / Levante-EMV
Los desarrollos urbanos que en estos momentos se están ejecutando o que ya están en fase de tramitación administrativa en el entorno de la ciudad de Gandia van a dibujar un nuevo paisaje en la comarca de la Safor que, entre otros aspectos, se resume en la configuración de una pequeña área con calles o conexiones sin interrupción que abarcan seis términos. Además de Gandia, el ya consabido de Benirredrà, el del Real de Gandia y, ahora, Bellreguard, Palmera y l’Alqueria de la Comtessa.
En 1965 Gandia creció a golpe de decreto al anexionarse los municipios de Beniopa y Benipeixcar, pero con el paso de los años lentamente se fue acercando a Benirredrà. Con el paso de los años las zonas urbanas fueron creciendo entre los huertos y cauces que separaban los dos pueblos, hasta el punto de que hoy existen calles que en una acera son Benirredrà y en la de enfrente, Gandia.
La intersección de los núcleos urbanos incluso ha originado problemas, entre ellos dos que siguen abiertos. Por una parte Gandia tiene abierto un expediente por la ocupación de unos centenares de metros cuadrados suyos en la ampliación del polideportivo municipal de Benirredrà y, por otra, se mantiene la causa judicial por la construcción, por parte de Gandia, del trinquet municipal donde no se podía, con la oposición del Ayuntamiento de Benirredrà y, encima, a escasísimos metros de una hilera de viviendas cuyos propietarios mantienen abiertas las acciones para derribar el inmueble.
Separados por carreteras
El caso del Real de Gandia ha sido similar, pero sin conflictos destacables. Lo que era un pequeño municipio a dos kilómetros de Gandia fue «acercándose» a la ciudad y, tomando como referencia la carretera de Albaida, dibujó y ejecutó un gran polígono industrial que rodeó el barrio del Sifó y solo se paró allí donde discurre la circunvalación de la N-332, una infraestructura que constituye el linde de términos.
Al otro lado de la carretera, el poco suelo urbanizable que queda pendiente de desarrollo muy pronto serán solares para viviendas, dotaciones y, como novedad, una pequeña área comercial en lo que se conoció como AutoGandia. En total, son unos 35.000 metros cuadrados que incluyen la ejecución de zonas verdes e infraestructuras dirigidas a mejorar el tráfico. La separación entre Gandia y el Real de Gandia solo se apreciará por esa línea de la circunvalación de la N-332 construida hace más de veinte años que, además, ahora se estudia convertir en autovía.
El último ensanche urbano que conecta la trama de Gandia con la de otros municipios es hacia el sur. Hace veinte años, y en contra del criterio del ayuntamiento, la Conselleria de Sanidad decidió construir el nuevo hospital comarcal en un punto un tanto alejado, lo que obligó a desarrollar un gran polígono, el de Sanxo Llop, que con el tiempo ha permitido unir esta ciudad con Bellreguard.
Mucho antes Gandia ya desarrolló un área comercial junto a la carretera que todavía hoy muchos creen que es de Bellreguard, pero la actuación más vistosa tendrá lugar cuando la empresa Grimalt Patrimonial construya el centro logístico Activa Safor sobre un espacio de 27 hectáreas asentadas en los dos términos. Cierto es que ambos municipios seguirán teniendo como «frontera» la rotonda de la N-332 y el acceso sur al puerto, pero la mancha urbana compacta de suelo residencial, industrial, dotacional e infraestructuras abarcará desde Gandia hasta el núcleo que forman Bellreguard, Palmera y l’Alqueria de la Comtessa.
Una realidad que obliga a tener una visión conjunta.
El área urbana continua que ya dibujan esos seis municipios de la Safor suman alrededor de noventa mil habitantes, pero Gandia también ha crecido, y se ha compactado, hacia el Grau y la playa, donde ya puede considerarse que existe un solo núcleo en el que se han habilitado accesos y áreas peatonales y ciclistas, como el bulevar de la antigua carretera del Grau.
El ensanche hacia otras localidades, que se ha ido produciendo de acuerdo a los planes urbanísticos de cada municipio, también obliga a las autoridades al reto de tener una visión conjunta de desarrollo para disponer de infraestructuras apropiadas y sostenibles.
El ensanche en marcha hacia Bellreguard, que se acelerará con el proyecto Activa Safor de Grimalt Patrimonial, se sitúa sobre una zona que debería acoger el paso del ferrocarril sobre un espacio densamente urbanizado y ocupado. Los técnicos expertos en urbanismo y paisaje hace años que reclaman una visión conjunta, creando algún tipo de organismo que, como ocurre en las grandes áreas metropolitanas, miren por encima de cada campanario y diseñen un crecimiento beneficioso para todos.
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