La crítica local
Fallas de Gandia: "Que Prieto no sume 13", el Ventorro de Mazón y la defensa del valenciano
La crítica local y autonómica llena los monumentos de la capital de la Safor
El pacto entre PSPV y Compromís sigue dejando en mal lugar a los nacionalistas

Víctor Soler, en su conjuro para ganar las elecciones y evitar que Prieto repita de alcalde / Levante-EMV
El líder del PP de Gandia, Víctor Soler, tiene la fórmula para que José Manuel Prieto no sea alcalde y que ese cargo pase a manos del PP. Se trata de conseguir que el socialista no sume 13 votos en el pleno de la Corporación municipal tras las próximas elecciones y que el PP, si es necesario con la suma de Vox, alcance esa cifra. El 13 es, obviamente, el número mágico de la mayoría absoluta en Gandia, y bien lo sabe el PP, que ha sido la única formación política que consiguió esa cifra cuando Arturo Torró se presentó a las elecciones y gobernó cuatro años.
La escena de la "fórmula mágica" se puede ver en la falla ganadora de este año en Gandia, la Vilanova, donde Soler aparece rodeado de pócimas que le puedan ayudar a conseguir la alcaldía, y constituye una de esas críticas locales que, como cada año, proliferan en la ciudad. En todo caso, llama la atención que, a dos años de las próximas elecciones municipales, los falleros ya estén vislumbrando ese enfrentamiento político en las urnas entre Prieto y Soler que situará a uno de los dos en la alcaldía. En otra comisión no se esconde que Soler también es el hombre de Carlos Mazón en Gandia, dando a entender que la difícil situación por la que atraviesa el president de la Generalitat, le puede afectar en su batalla local para asaltar, políticamente hablando, el consistorio de la capital de la Safor.
Prieto, que sigue ejerciendo la alcaldía pese a las "fórmulas mágicas" de Soler, se convierte en uno de los blancos principales de la crítica, algo que tampoco es novedad. En muchas fallas aparece "mandando", como es propio de un alcalde, y en la comisión de Màrtirs se le ve intentando cazar a esa "mosca cojonera" que es Compromís, el partido con el que ha formado el Gobierno local. La mosca es nada menos que Alícia Izquierdo, la líder de Compromís y primera teniente de alcalde, a la que sitúan dando problemas, una y otra vez, a los socialistas. Eso que, en la política seria, se ha venido en llamar "discrepancias pactadas" entre unos y otros.
En la mayoría de las escenas de crítica local centrada en el Gobierno de la ciudad se repite la idea de una cierta supremacía del PSPV sobre Compromís, formación a la que los falleros otorgan poco peso en las decisiones del Ejecutivo local. Es el PSPV, vienen a decir la mayoría, quien llevan la voz cantante en la gestión del Ayuntamiento de Gandia aunque en Compromís piensen e intenten trasladar lo contrario.
En aspectos más mundanos, llama la atención el capote de la falla Màrtirs a Compromís, rechazando, por insostenible ambientalmente, la prolongación de la Autovía CV-60, que en esta comisión siguen llamando "Autovía del Morquí", porque ese fue el primer apelativo de esa infraestructura. Sabido es que el PSPV, con el PP, defienden esa obra que promueve la Generalitat y que Compromís rechaza por considerar que depreda el territorio y ya no es modelo de un transporte sostenible.
En muchas fallas se habla del fracaso de Gandia a la hora de conseguir que la ciudad esté limpia, especialmente por los trastos que ocupan las calles debido al incivismo de muchos. También han proliferado los carteles de la campaña del PP "Ací falta gestió", respondiendo a la petición que Víctor Soler trasladó por carta a todos los presidentes y presidentas. Eso sí, en muchos casos el "Ací falta gestió" ha sido reconvertido por los críticos falleros a su gusto. Llama la atención la comisión de la Plaça del Prado, donde se echan en falta muchos conceptos. "Ací falta trellat", se lee en uno de ellos sin que se sepa exactamente a quién se dirigen. O, posiblemente, va para todos. "Trellat" y también entendimiento, solidaridad y concordia, que falta mucho en la política local, autonómica, nacional, europea y mundial.
Las fallas gandienses no podían dejar de pasar por alto la nueva presidencia en la Federació de Falles. El pobre de Francisco Martínez sale escaldado en muchas comisiones, incluso encerrado en una jaula en el monumento mayor de Plaça del Mercat. Las cuestiones internas de la Junta Fallera siguen centrando el ingenio de los críticos falleros, y son habituales las "puñaladas" de unas contra otras, especialmente las que son rivales. Miren si no una de las escenas de la Vilanova dedicada a sus "amigas" de la Plaça del Prado, Màrtirs y Sagrada Família-Corea.
Y, obviamente, este año no podían pasar por alto la crisis de la dana y, más concretamente, lo que Carlos Mazón hizo durante ese trágico y triste episodio. El Ventorro, ese ya internacionalmente conocido restaurante en el que el president comió el día de la catástrofe, se puede ver en muchas comisiones. En todas, se una manera o de otra, se critica que el jefe del Consell no estuviese donde sin duda tenía que estar: dirigiendo la emergencia en las horas más dramáticas de ese episodio que se ha cobrado la vida de más de doscientas personas y ha causado daños materiales todavía incalculables.

La defensa del valenciano en la comisión de la Vilanova / Levante-EMV
Con el valenciano
Resulta reconfortante que las fallas, esa fiesta tan valenciana, se hayan implicado en la defensa de la lengua propia de los valencianos. En Gandia no solo lo hacen siempre, cada año, manteniendo sus convocatorias, escribiendo sus críticas y trasladando ese amor por el idioma.
En este ejercicio, a cuenta de la consulta convocada por el conseller de Educación para determinar la lengua preferente en los colegios, algo que ha generado una polémica en la sociedad valenciana, las comisiones que han tomado partido lo han hecho en la línea de lo esperado. "Esta falla diu sí al valencià" es la pancarta que sostiene una mujer que, no por casualidad es la concejala de Educación, Esther Sapena, en la comisión de la Vilanova, pero también hay referencias a esta polémica en otras comisiones.
Hay mucha más crítica, y, si el tiempo lo permite, el gandiense, el saforense o el visitante llegue desde donde llegue podrá encontrar muchos más argumentos en los que regocijarse para concluir, como cada año y como manda la fiesta fallera, que disparar contra todo también forma parte de la partida y que el 19 de marzo por la noche todo se olvida y aquí no ha pasado nada. O, mejor, ha pasado lo que ha pasado y el año que viene habrá más.
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