Los ayuntamientos de la Safor se prepararon para lo peor por el apagón
Los diferentes gobiernos locales movilizaron a sus técnicos y servicios de emergencias desde prácticamente el primer momento en que se cayó el suministro

Equipos de emergencia, con el concejal de Seguridad Ciudadana y la alcaldesa, Lara Romero, ante la Central de Policía Local / Toni Álvarez Casanova
Cuando a las 12.33 horas del lunes se fue la luz, todo el mundo pensó que iba a ser algo momentáneo, como ha ocurrido en tantas ocasiones, por cortes ocasionales o alguna avería que se arregla de forma fácil. Pero no tardaron en llegar los mensajes que apuntaban que no era algo habitual, puesto que el hecho de que el apagón se extienda a varias ciudades a la vez ya hacía presagiar que algo extraordinario estaba pasando. Y luego llegó la noticia: gran apagón en toda España.
Fue en ese momento cuando las administraciones activaron todas sus herramientas para poder atender la contingencia. Empezó a reinar la incertidumbre porque nadie sabía cuánto tiempo iba a durar y la electricidad se ha convertido en algo tan vital como que, por ejemplo, hay personas que dependen de un respirador para vivir, un aparato que necesita electricidad para funcionar.
Los ayuntamientos, como estamentos más próximos al ciudadano, se prepararon para el peor escenario posible dentro de sus posibilidades y activaron todos los servicios municipales con el objetivo de atender todas las necesidades, contingencias e incidencias que pudieran surgir durante las horas del apagón.

El alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, junto a su comparecencia junto al resto de implicados en la gestión de la emergencia / T. Á. C.
En Gandia, a las 13 horas se activaron y movilizaron los distintos departamentos y a las 14 horas arrancaba la reunión del Cecopal para tomar las primeras decisiones. "El objetivo era, en primer lugar, la protección de todas las personas de Gandia y también garantizar la plena seguridad de los vecinos y vecinas", según ha explicado el alcalde, José Manuel Prieto, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por los responsables de todos los departamentos implicados.
Las decisiones más inmediatas pasaron por reforzar la seguridad vial con la presencia de controles proliciales en todos los cruces de la ciudad en los que hay semáforos. Hasta diez patrullas trabajaron durante toda el día y también a lo largo de la pasada noche para garantizar la seguridad. Durante toda la jornada hubo siete actuaciones para rescatar a un total de 11 personas atrapadas en ascensores en la ciudad.
A partir de las 16 horas, la única gasolinera que estaba en funcionamiento al contar con generador propio, la del centro comercial Carrefour, se restringió únicamente para el abastecimiento de los vehículos de emergencia y municipales así como los generadores eléctricos.
"Estuvimos en todo momento movilizados y coordinados y en contacto con Iberdrola para conocer la situación en tiempo real", ha señalado Prieto, quien ha agradecido "el comportamiento y el civismo demostrado por los vecinos y las vecinsa de Gandia".
Refuerzo de espacios sanitarios
La alcaldesa de Oliva, Yolanda Pastor, también reunió al Cecopal para poner en marcha el dispositivo de seguridad. Así, se instalaron grupos electrógenos para garantizar que tanto el centro de salud como las tres residencias del municipio se encontraban en total normalidad y operativas. Por otra parte, se solicitó la colaboración de la cooperativa Cosotrans para asegurar el suministro de combustible necesario para los vehículos de emergencia y para los generadores.

Reunión del Cecopal de Oliva, presidido por la alcaldesa, Yolanda Pastor / Levante-EMV
Además, en previsión de incidentes o saqueos, se incrementaron los servicios policiales en todo el municipio, reforzando la seguridad en las zonas más sensibles.
En el caso de Tavernes de la Valldigna, la Central de la Policía Local, ubicada a la entrada oeste de la localidad, se convirtió en centro neurálgico del dispositivo. Allí acudió la alcaldesa, Lara Romero, que tuvo que dejar un acto institucional al que había sido invitada en otro municipio, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Emilio Fonseca, para la coordinación con los equipos de emergencia.
"Desde el primer momento marcamos los objetivos prioritarios. El primero era informar a la ciudadanía de que, en caso que hubiera alguna emergencia debían acudir al retén, ya que no había otra forma posible de comunicarse", narra Romero.
"Estar a tiempo en el lugar"
El ayuntamiento llegó a movilizar cuatro grupos electrógenos: uno para el retén, otro para el cuartel de la Guardia Civil y otros dos para garantizar el suministro de agua potable. Y todo ello se coordinó a la vieja usanza, ya que no había forma posible de comunicarse. "Tuvimos que ir personalmente a casa de la persona encargada del coche que realiza los anuncios y también tuvo que desplazarse la policía hasta la empresa de grúas para que transportaran los generadores", cuenta la propia Romero.
"Uno de los aspectos que más nos preocupaban era las personas que necesitan respirador", cuenta Romero. Ante este escenario, el Gobierno local se planteó habilitar una sala en el propio retén, que sí contaba con electricidad, "e incluso habíamos previsto habilitar la Casa de la Cultura, que tiene autonomía por las placas solares".
Según Romero, "estar a tiempo en el lugar lo que hace es garantizar que la anticipación funcione ante el riesgo. No podíamos permitir que llegar la noche sin estar todo en marcha".
En estos momento, todos los municipios han vuelto a la normalidad, al margen de problemas puntuales con las conexiones telefónicas.
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