El canal artificial colmata de sedimentos la desembocadura natural del Vaca en Xeraco

El ayuntamiento logra que la Confederación Hidrográfica del Júcar inicie los estudios para dragar el río

La intención es eliminar los obstáculos para que en situaciones normales el agua discurra por el cauce

Las consecuencias de la dana han animado a buscar soluciones para reducir el riesgo de desbordamientos

El alcalde de Xeraco, Avelino Mascarell, y la comisaria de aguas, Cristina Sola, con otras personas, en el cauce del Vaca.

El alcalde de Xeraco, Avelino Mascarell, y la comisaria de aguas, Cristina Sola, con otras personas, en el cauce del Vaca. / Levante-EMV

Gandia

Hace cerca de cincuenta años, pensando ya en evitar inundaciones, el Gobierno construyó un canal de desagüe del río Vaca, entre los términos de Tavernes de la Valldigna y de Xeraco, lo que permitió que el cauce dispusiera de dos desembocaduras, una artificial, al norte, y la natural de toda la vida, unos kilómetros más al sur.

Ese proyecto, sin embargo, no funciona del todo bien porque en periodos de lluvia normal o escasa casi toda el agua sale por la desembocadura del canal de hormigón, perjudicando al cauce natural, en donde se han acumulado cientos de toneladas de sedimentos que, en algunos tramos, han colmatado su rambla.

Esa circunstancia reduce considerablemente la capacidad de evacuación del río e incrementa el riesgo de desbordamientos e inundaciones en la zona del marjal y en la zona urbana de la playa.

Con las catastróficas consecuencias de la dana de València sobre la mesa, el Ayuntamiento de Xeraco no ha querido dejar pasar más el tiempo y se ha tomado en serio esta reivindicación histórica de corregir los errores que la construcción del canal acarrea sobre la dinámica hidráulica del río Vaca.

La pasada semana el alcalde de la localidad, Avelino Mascarell, y la concejala de Medio Ambiente, Cora Rubio, recorrieron el sistema de desembocadura del Vaca junto a Cristina Sola, comisaria de aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que llegó con varias personas de su equipo técnico para analizar la situación y, en su caso, adoptar las medidas que se estimen oportunas.

Según señala a este periódico la concejala Cora Rubio, el encuentro resultó altamente positivo y la delegación de la CHJ pudo constatar y calibrar el origen del problema. El agua discurre por el canal artificial hasta el mar y eso hace que el caudal sea mínimo en el cauce natural, impidiendo siquiera una oxigenación que acarrea graves problemas ambientales y para la flora y la fauna de la zona.

En algunos puntos, añade la concejala Rubio, la lámina de agua es de apenas unos centímetros sobre el lecho lleno de tierra depositada allí durante años sin que haya sido dragada, convirtiéndose en una especie de marjal estancado.

La idea del Ayuntamiento de Xeraco, en lo que coinciden los técnicos de la CHJ, es ejecutar una serie de actuaciones para cambiar el curso del agua del Vaca. Se trataría de invertir el sistema para que en condiciones normales el caudal discurra, como debería ser lógico, por el cauce natural. El arrastre que se produce en momentos de fuertes lluvias permitiría llevar una parte de los sedimentos hasta el mar y, así, generar una «autolimpieza» de la rambla. Solo cuando las lluvias fueran torrenciales y el caudal amenazara con desbordarse o causar daños, se debería activar la derivación por el canal artificial de hormigón.

La comisaria de aguas de la CHJ se ha comprometido a realizar unas catas previas para comprobar la dinámica del agua y a realizar los estudios previos necesarios para una actuación futura que pasaría por un dragado que retiraría toneladas de fangos de la desembocadura natural.

El Vaca, un río corto y de régimen muy irregular, nace en Simat de la Valldigna, se alimenta en esta comarca y desemboca entre Tavernes y Xeraco, generando importantes riesgos de desbordamiento.

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