La larga agenda de trabajo del nuevo presidente de los regantes del Serpis

Gabriel Mateos-Aparicio asume los numerosos retos de una entidad que da agua a 24.000 hanegadas

La apuesta sigue siendo el abono orgánico con aporte químico para garantizar el rendimiento del árbol

El pantano de Beniarrés, el verano pasado, cuando estaba casi seco, momento en que se podría haber dragado con mucha facilidad.

El pantano de Beniarrés, el verano pasado, cuando estaba casi seco, momento en que se podría haber dragado con mucha facilidad. / CHJ

Gandia

El Sindicato de Riegos Riu d’Alcoi, que gestiona el agua para cerca de 24.000 hanegadas situadas a ambos lados del río Serpis, en la comarca de la Safor, tiene nuevo presidente y ya se ha fijado algunos de los retos en los que tendrá que trabajar en los próximos años.

El elegido para el cargo es Gabriel Mateos-Aparicio, de l’Alqueria de la Comtessa, que fue votado con amplia mayoría en la reciente asamblea de síndicos celebrada en Rafelcofer.

En conversación con este periódico, Mateos-Aparicio indica que una de las primeras cuestiones que ha tenido que abordar es el problema de la suciedad que bloquea los filtros situados en el sistema de conducción de agua a cada una de las partidas de riego. Esa situación viene generando muchas protestas de los agricultores desde hace años, y en parte se atribuye al arrastre de arenilla y suciedad acumulada en el pantano de Beniarrés.

Gabriel Mateos-Aparicio, en la sede de la comunidad del Riu d’Alcoi.

Gabriel Mateos-Aparicio, en la sede de la comunidad del Riu d’Alcoi. / Levante-EMV

Por ese motivo, Mateos-Aparicio indica que va a poner énfasis en solicitar a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que estudie un importante dragado del lecho del pantano, una acción que no se ha realizado en décadas, lo que ha acumulado toneladas de residuos y fangos arrastrados por el agua del río Serpis desde su cuenca alta y media. De hecho, inicialmente Beniarrés disponía de una capacidad de 30 hectómetros cúbicos, una cifra corregida a la baja hace unos años que ha quedado en 27 hectómetros cúbicos.

Oportunidad desaprovechada

El presidente de los regantes de los llamados Canales Bajos del Serpis lamenta que justamente el verano pasado habría sido un momento propicio para ejecutar esos trabajos. El pantano quedó con apenas tres hectómetros cúbicos de agua y la zona inundada quedó al mínimo, lo que habría facilitado el uso de maquinaria pesada y el acceso de camiones para retirar las toneladas de fangos acumulados.

Ahora bien, la CHJ, que en alguna ocasión ha valorado ese dragado, reconoce que esa actuación no es tan fácil como parece. En primer lugar porque se tiene que garantizar la seguridad de todo el sistema y, en segundo, porque son necesarios estudios previos sobre la naturaleza de esos fangos. Sabido es que durante décadas allí se vertieron sustancias contaminantes por parte de industrias de l’Alcoià y el Comtat que pueden resultar peligrosas si ese material no se trata debidamente. El presidente también considera que debería estudiarse la limpieza del fondo del azud d’en Carròs, donde también hay toneladas de fango.

En cualquier caso, Gabriel Mateos-Aparicio tiene en su agenda valorar la posibilidad de situar «filtros de última generación» en los cabezales de distribución de agua, para lo cual tiene concertada una visita a una finca y a atender las explicaciones de los técnicos.

Sin duda otra de las cuestiones que debe abordar con su equipo de gobierno el tipo de abono que se canaliza a través del agua. En los últimos años ha habido polémica sobre el uso de productos orgánicos o químicos, y ahí Mateos-Aparicio es prudente. Confiesa que su opción es el orgánico, pero con el aporte necesario para garantizar el óptimo rendimiento de los árboles y que no obstaculice las tuberías, como está ocurriendo.

Entrevista con el conseller

El presidente, que ha solicitado una entrevista con el conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, anuncia que pedirá ayudas «donde sea necesario» mirando siempre por una comunidad de regantes que garantice «la máxima eficiencia» y el precio más barato para el agua porque eso contribuirá a rentabilizar más la producción.

Eso es vital para el futuro de la agricultura en la Safor porque, a la vista está, cientos de agricultores cada año se jubilan sin tener relevo en el campo. Lo atestigua la reducción de superficie regada, que sigue año tras año por el abandono de tierra. El sindicato del Riu d’Alcoi suministra ahora a unas 17.000 hanegadas de forma efectiva, prácticamente la mitad de las que se cultivaban décadas atrás, en aquellos años de gloria de la agricultura citrícola.

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