Dimite un concejal de Oliva a los 6 meses: «No me ha gustado lo que han hecho»

Francisco Escrivà renuncia al acta de la corporación disgustado con su propio partido tras saber que se iba a quedar sin retribución económica

Francisco Escrivà, con Yolanda Pastor, el día de su toma de posesión.

Francisco Escrivà, con Yolanda Pastor, el día de su toma de posesión. / Levante-EMV

Gandia

Seis meses ha durado Francisco Escrivà Mata como concejal del Ayuntamiento de Oliva. El número 11 de la candidatura de Projecte Oliva (PRO), el partido de la alcaldesa Yolanda Pastor, presentó el viernes pasado su dimisión tras haber ingresado en el ayuntamiento la pasada Navidad en sustitución de Ana Mascarell.

Escrivà deja la Corporación Municipal sin ocultar un cierto disgusto, si bien públicamente evita críticas a los compañeros de su partido. «Respecto a mí se han producido hechos que no me han gustado», se limita a señalar en conversación con este periódico.

En esa sorprendente decisión ha podido influir, y mucho, lo que le ocurrió a Francisco Escrivà el jueves pasado, día en que el ayuntamiento celebró una sesión corporativa. Como concejal de Mercado y Consumo, Música y Modernización de la Administración, al edil se le había comunicado una dedicación parcial de 70%, lo que equivalía a una retribución económica de 24.103 euros anuales para que empleara ese tiempo en la correcta gestión de sus departamentos.

Pero, por desavenencias entre los concejales del Gobierno localque integran PRO y UCIN, a última hora se le comunicó que se iba a quedar como «concejal raso», y, por lo tanto, percibiría únicamente la retribución por asistencias a órganos colegiados.

En ese mismo pleno se materializó que el salario del 70% de dedicación se destinaba al nuevo concejal de PRO, Teo Peris, que acababa de tomar posesión sustituyendo a la recientemente dimitida Ramona Pérez y que asume las delegaciones de Memoria Democrática, Bibliotecas, Museos y Patrimonio y Promoción Lingüística.

Según señalan fuentes consultadas por este periódico, Francisco Escrivà se ha considerado apartado y con un trato inadecuado por su sucedido, más aún después de que no haya podido desempeñar debidamente sus funciones como concejal porque, al poco tiempo de asumir ese cargo, tuvo que ponerse en manos de los médicos para superar los problemas que le habían detectado. «La decisión está tomada. Tengo trabajo y me voy», concluye el ya exconcejal cuando se le pregunta si su decisión era irrevocable o había posibilidad de rectificar.

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