El origen del vertido de la Safor y el misterio de un río seco
Capitanía Marítima apunta a la desembocadura del Serpis, un cauce que solo lleva agua en su último kilómetro y medio
Las acequias de riego, la depuradora, el emisario submarino o las redes que recogen aguas pluviales, en el punto de mira de la investigación

Una de las playas afectadas por el vertido. / Perales Iborra
Se acumulan los misterios sobre el vertido que ha obligado a cerrar al baño, durante dos jornadas, un tramo de playa de 16 kilómetros comprendido entre el espigón del puerto de Gandia y el término de Dénia. En primer lugar, porque, 48 horas después de haberlo detectado, todavía no hay certezas sobre la naturaleza de ese elemento, una sustancia grasienta que se deshace entre los dedos y que forma montoncitos a modo de granos de arroz. Parece, señalan algunos, aceite solidificado.
La segunda gran incógnita que se intenta despejar es de dónde llegó ese producto, que ni siquiera se sabe si es tóxico, a pesar de que hay varios equipos de personas que han tomado muestras y analizan ese contenido. Inicialmente, todos apuntaban al mar. Un barco, un vertido, un escape desde el puerto de Gandia, dado que desde allí se esparció la lámina del producto viscoso. Pero esa lógica sospecha ha comenzado a desvanecerse porque los técnicos de Capitanía Marítima y de la Autoridad Portuaria de València han situado el punto de salida en la desembocadura del río Serpis, situada, mirando al sur, justo al lado de la dársena portuaria.
Así que ahora, como acaba de ratificar la delegada del Gobierno de España en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, "parece que el vertido no procede del mar", sino que está "localizado en la costa". De momento, no hay más datos oficiales.
De ser así, las miradas se fijan en el cauce del río Serpis. Pero es que aquí surge otro misterio de este extraño episodio de contaminación marina y de las playas del sur de la Safor. Porque el Serpis, que nace en Alcoi y muere en Gandia, está seco desde hace muchos días. El agua que corre por esa vía fluvial, regulada en el pantano de Beniarrés, alcanza al Assut d'en Carròs, entre los términos de Villalonga y Potries, donde se desvía hacia los canales de riego que alimentan extensísimas áreas agrícolas de la comarca, y sigue con un exiguo caudal, pero solo unos pocos kilómetros más. Entre Almoines y Gandia, antes de entrar en la zona urbana de la capital de la Safor, el cauce está completamente seco, de manera que es imposible que el vertido contaminante se haya distribuido por esta vía.

La sustancia vertida, a modo de granos de arroz, en la playa de Bellreguard. / Perales Iborra
En todo caso, como apuntan los técnicos, se habría podido producir un vertido, obviamente ilegal o accidental, en los dos últimos kilómetros de la rambla del Serpis. Esa zona que va, más o menos, desde la depuradora comarcal de la Safor-Sud, situada aguas arriba del puente de Daimús, y su conexión con el mar.
La depuradora, que gestiona la Entitat de Sanejament d'Aigües Residuales de la Comunitat Valenciana (Epsar), dependiente de la Generalitat, dispone de un emisario submarino que vierte el agua tratada mar adentro, evitando así que pueda degradar las aguas cercanas que bañan las playas de la comarca. Ese elemento se podría revisar para saber si está en el origen del vertido. Pero también puede que alguien, bien un particular o bien una empresa, se haya desecho del producto aceitoso vertiéndolo directamente en ese tramo del río, que acumula mucha agua procedente del mar que penetra en la tierra, o bien a través de la red que recoge aguas pluviales que se vierten en el río sin tratar. Otra posibilidad es que hayan tirado la dichosa sustancia en un canal de riego que desemboque en el cauce del río, dado que también existen muchos en esta zona.
Carrusel de análisis
En estos momentos son varios los organismos que están tratando de arrojar información sobre la naturaleza del elemento contaminador, porque, además, también podría determinar el origen del mismo. Que se sepa, está la Autoridad Portuaria de València, Capitanía Marítima, la Conselleria de Medio Ambiente y expertos de la Universitat Politècnica de València en el Campus de Gandia que también han recibido muestras.
Mientras tanto, las playas han abierto para el uso de los arenales, pero los alcaldes esperan que la Generalitat les ofrezca información que, confían, sea positiva y permita a lo largo del día de hoy, o como mucho en la mañana de este miércoles, autorizar a todo el mundo a que tome el baño en playas que están, de norte a sur, catalogadas con la máxima calidad y en las que ondea una bandera azul que, momentáneamente, se ha vuelto roja.
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