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El déficit en la asistencia sanitaria se extiende por municipios de la Safor

Palma de Gandia ha tenido que poner personal para mantener la asistencia

Vecinos de Oliva entregan mil firmas de protesta al presidente Mazón

La manifestación del pasado 1 de agosto en Xeresa, donde los vecinos y el ayuntamiento exigió a la Generalitat más medios en su consultorio.

La manifestación del pasado 1 de agosto en Xeresa, donde los vecinos y el ayuntamiento exigió a la Generalitat más medios en su consultorio. / Levante-EMV

Gandia

«Los abajo firmantes solicitan al Gobierno valenciano, y en particular a la Conselleria de Sanidad, que adopte medidas urgentes y efectivas para la mejora del servicio sanitario en el municipio de Oliva». Así concluye el escrito, firmado por 1.062 vecinos y vecinas de Oliva, que este pasado viernes se ha remitido al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Al documento, que relata las deficiencias que desde hace muchos meses viene arrastrando la atención sanitaria, todavía se habría podido añadir el reciente cierre del consultorio auxiliar de Sant Francesc, lo que obliga a que una localidad de 25.000 habitantes disponga de un solo centro, el Jaume Roig. Todo ello genera largas colas para obtener cita, retrasos y masificación.

Aun siendo importante, y más tratándose de la atención sanitaria a la población, lo de Oliva es solo uno de los muchos déficits que, en los últimos meses, han sido denunciados no solo por vecinos y colectivos, sino también por los propios alcaldes de la Safor, muchos de los cuales relatan lo que sufren y expresan su indignación con un servicio fundamental cuya competencia exclusiva es de la Generalitat Valenciana.

Baste decir que desde hace unas semanas el consultorio de Palma de Gandia, un municipio que ya ronda los mil ochocientos habitantes, se quedó sin la persona que llevaba a cabo la función de administración. No es cosa baladí, dado que el trabajo incluye la concesión de citas, la información y la atención directa a quienes acuden al consultorio.

El ayuntamiento, atendiendo una competencia que no es la suya, no ha visto otra solución que poner personal propio en ese lugar para no dejar desatendidos a los vecinos. Porque, como resulta lógico, muchos de ellos han expresado su malestar cuando el auxiliar no ha sido sustituido en las jornadas de libranza.

Dice el Ayuntamiento de Palma, y así lo ha colocado de forma muy visible, que la «cesión» de esa trabajadora tiene carácter provisional, «confiando en la inmediata solución» que corre a cargo de la Generalitat. De momento esa inmediatez no ha existido y el problema se mantiene durante varias semanas.

Ocurren problemas también en Xeresa, donde el pasado 1 de agosto más de trescientas personas convocadas por el ayuntamiento exigieron en una manifestación más personal, y más horas de atención, para el centro médico local. Relata la alcaldesa, Anabel Peiró, que los vecinos se quejan y que la Generalitat debe tener en cuenta que muchos de los vecinos son personas mayores que requieren un plus de calidad en la asistencia. A día de hoy sigue sin solucionarse el problema y siguen faltando médicos en ese consultorio.

En Rafelcofer hubo protestas este verano porque la Conselleria de Sanidad dejó sin médico a esta localidad. El alcalde, Josep Monserrat, denunció el malestar generalizado por una situación que incluía la imposibilidad de pedir cita previa durante el periodo estival.

Las críticas llegan desde alcaldías de todos los colores. Xeraco nunca ha dejado de reivindicar un centro de atención continuada para este municipio y para Xeresa porque, en horario de cierre de consultorios y durante las jornadas festivas, se tienen que desplazar hasta el centro de salud del Grau de Gandia. Xeraco y Xeresa suman más de ocho mil habitantes.

Volviendo a Oliva, llamó la atención este pasado verano que el Ayuntamiento de la localidad, para conseguir que la Conselleria de Sanidad le enviara el número de médicos que tiene asignado este municipio, tuviese que arremangarse para buscarles una vivienda, dado que los facultativos renunciaban trabajar allí porque no encontraban pisos económicamente asequibles. El Gobierno local, como comentaron a este periódico los responsables del departamento de Sanidad, tuvieron que ceder tres pisos sociales para esos médicos, una situación que, lejos de ser pasajera, sigue manteniéndose en este momento.

Oliva, además, tiene pendiente la apertura del nuevo centro de salud, que fue diseñado y con las obras adjudicadas en la anterior legislatura, que permitirá desdoblar servicios al conjunto de la población. Aunque el presidente Carlos Mazón visitó el edificio a mediados del pasado mes de julio, este es el día que no hay fecha para que comience a prestar servicio. Dotado de área de medicina de familia con seis consultas, seis puestos de enfermería y dos consultas polivalentes, entre otros muchos servicios, la idea es abrir antes de que acabe el año.

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