?

¿Ya es un titán del ciclismo?

No, no me considero ningún titan. Me sentí tocado cuando la biela de la rueda se me salió, en la tercera etapa, tenía claro que si no podía solucionarlo compraba otra bici por ahí a algún chaval para continuar, que no me podía quedar tirado. Ese fue el único momento de desespero que tuve, pero por lo demás muy bien incluso con los problemas que surgieron porque soy ciclista de carretera y nunca había manejado arena.

Se ha atrevido con la prueba más dura del mundo

Durante cinco días he recorrido 470 kilómetros en condiciones extremas por el desierto de Marruecos, salvando un desnivel de 4.460 metros, con una temperatura que rondaba los 50º. Ha sido el mayor reto al que me enfrentado en mi vida pero estoy satisfecho porque he cumplido mi objetivo que era acabar la carrera. En la primera etapa ya tuve que cargar con la bici 2,5 km. porque tuve un pinchazo, en la segunda me salieron ampollas por culpa del sillín...

O sea que empezó bien

Si y luego en la tercera etapa pasó lo de las bielas y en la maratón me quedé sin ayuda técnica y tuve que cargar con el saco de dormir porque teníamos que pernoctar al aire libre para endurecer más la prueba.

Pero aún así logró un buen puesto

La verdad es que sí, quedé en el 184 de un total de 338 inscritos, de los que solo trece eran mujeres. Hice los 470 kilómetros en 29 horas, 7 minutos y 23 segundos.

Además de la bici llevaba usted un pasajero extra: la hepatitis C

Sí, pero en la prueba ha habido ejemplos espectaculares como el de un compañero que solo tenía una pierna, que era con la que pedaleaba, que pidió que le proporcionaran una prótesis cuando tuvo que recorrer una duna a pie y que la devolvió para seguir pedaleando. Eso sí es instinto de superación.

¿Le impactó?

Claro que sí, lo mismo que la presencia del ciego Serafín Zubiri que iba en un tándem con un señor que le indicaba como tenía que coger las curvas y por donde tenía que circular. Si ya es complicado llevar una bicicleta de montaña, imagina además llevar una doble...

¿Ha merecido la pena?

Ha sido una experiencia muy bonita, intentaré volver.

¿Llegó a sentirse mal físicamente?

Nunca. Yo suelo hacer de 13.000 a 14.000 kilómetros al año. Y llevo una serie de entrenamientos que me da mi médico, Moisés Diago que además me anima a probar nuevos tratamientos y a seguir con mi ritmo de vida.

Está enfermo pero actúa como si no lo estuviera

La clave de mi éxito es la perseverancia, la ilusión por hacer las cosas lo mejor posible y no utilizar la enfermedad como un escudo.

¿Qué tiene previsto?

Hacer este año las 24 horas de Montjuich, un mítico recorrido de motos que este año se va a hacer para ciclistas. Lo ha montado la misma gente del Titan Nissan Desert, serán 24 horas en solitario.

¿Sabe cuando contrajo el virus de la hepatitis C?

No lo sé. Hace ya siete años que me la diagnosticaron pero la enfermedad no me impide hacer mi vida. Me sometí a dos tratamientos con interferon rivabirina que me bajó el hematocrito a 32 y me obligó a dejar de correr pero en vez de venirme abajo. me motivé con el ciclismo y volví.

¿Es un temerario o un valiente?

No, me cuido, mi actividad deportiva es una válvula de escape. Tener diagnosticada y controlada la enfermedad permite evitar daños a largo plazo como la cirrosis o el cáncer de hígado, las dos principales causas de muerte relacionadas con la hepatitis C.

Creo que usted también organiza alguna carrera

Soy el único club ciclista que organiza una marcha solidaria. Es en Hortunas, cerca de Requena el próximo fin de semana. Todo el dinero de la inscripción lo destinamos a causas solidarias. El año pasado fue para la asociación de enfermos de hepatitis C y este año se lo entregaremos a Aprodis, una asociación de discapacitados profundos de Quart de Poblet. Tenemos previsto sacarlos del centro para que participen con sus familiares en los puestos de avituallamiento. Es una forma de ilusionarlos y de que se sientan bien.

Deportista y solidario

Yo digo que voy como Robin Hood, pidiendo a los ricos para repartirlo entre los pobres.