También se está incrementando la demanda de embriones, es decir, de óvulos ya fecundados.

Si la mujer es soltera, sabe que ha de recurrir a espermatozoides de donante y lo prefiere, ante la falta de una pareja masculina que no llega, a renunciar a la maternidad. Hay muchos hombres pero pocos padres. En el caso de la pareja lesbiana no les supone mayor desazón el inevitable uso de espermatozoides de donante anónimo. En ambos casos, si la mujer es fértil tiene la opción (utilizada tradicionalmente) de facilitar la relación sexual con el único o principal objetivo de quedar gestante.

En la pareja heterosexual abocada a utilizar semen de banco se puede presentar un rechazo inicial y un mirar hacia la adopción o descartar la paternidad. La tramitación costosa y larga les induce a parte de estas parejas a retornar a la opción del semen de banco.

Es interesante que la mujer desee, porque desea fuertemente vivir la maternidad, embarazarse con semen de donante si su marido o pareja no lo puede conseguir. Aún así la mujer puede, respetando a su pareja, asumir la decisión final por la que opte la pareja. En ocasiones, parejas con relaciones deterioradas y fuerte deseo de maternidad, la esterilidad masculina y negación al uso de semen de donante provoca la separación.

La actitud sicológica del hombre ante estas situaciones está influenciada de manera decisiva por el cariño existente entre ellos y la ilusión de completar la formación de una familia en la que los hijos son un elemento esencial.

En una relación de pareja maltrecha, la esterilidad del hombre puede darle motivo para negarse a que la mujer se insemine con semen de otro y termine de provocar la fractura conyugal. Ese mismo hombre a veces vuelve con otra pareja para inseminación y aclara el cambio: no quería tener hijos con la primera pero sí con la actual. El hombre suele conocer que sus genes se transmiten a través del espermatozoide. Es lo único que aporta desde el punto de vista biológico al hijo. La mujer no es infrecuente que pregunte si el niño/a conseguido con óvulos de otra mujer tiene algo de ella. Si ella le aporta algo al hijo conseguido con óvulos de otra. ¿No tendrá nada mío? Y ella llevará toda la gestación y lo parirá. La ilusión de un hijo y el que sea de su marido le ayudan a aceptar óvulos de otra. Aquí es palpable la disyuntiva entre el conocimiento (la mujer sabe que sus genes se transmiten por el óvulo) y la vivencia: gestación, desarrollo del niño/a y parto. Se ha de explicar a la mujer dubitativa que ella aportará innumerables e imprescindibles cosas a su bebé: calor, sangre, hormonas, alimentación… Que su bebé depende totalmente de ella hasta los siete meses. Si se droga, fuma, bebe alcohol, su bebé lo hará con ella. Si está deprimida o contenta, su bebé la seguirá. Si escucha música, el bebé la sentirá.

Los genes son muy importantes pero la mujer vive el embarazo, no los genes. Ante una esterilidad sin otra alternativa la opción de gametos de otras personas es tan aceptable y más viable que la adopción. Otra alternativa válida también es renunciar a la maternidad. Las dudas comprensibles antes de decidirse a usar gametos ajenos se desvanecen cuando la mujer tiene el niño en sus brazos. Es muy frecuente tras la primera vivencia positiva que repitan para conseguir un segundo o incluso un tercer hijo. Lo más importante para tomar estas decisiones es el deseo de paternidad/maternidad y que la relación de pareja sea excelente. El mejor pan bajo el brazo para el niño es que haya sido deseado y que la pareja esté muy unida.

Con más de 30 años de experiencia en reproducción asistida usando gametos ajenos a la pareja, el Instituto de Reproducción Cefer acumula una experiencia inigualable. A ello se le suma un personal muy bien preparado; unos medios técnicos completos y modernos y una selección rigurosa de los donantes de gametos, todos entre 18 y 29 años. El Instituto Cefer es, por tanto, un centro ideal para ayudar a la mujer soltera, pareja lesbiana y pareja heterosexual a cumplir sus deseos de maternidad empleando gametos de donantes anónimos. El Instituto Cefer organizó el primer Banco de Semen en 1978, el primer Banco de Óvulos en el año 2000 y ha iniciado la práctica de la ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja en lesbianas) en 2008.

El Instituto Cefer es miembro fundador de Anacer (Asociación Nacional de Clínicas Privadas de Reproducción). Posee el certificado ISO 9001:2008.

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Infórmese en el Instituto de Reproducción Cefer-Valencia, sito en la calle Vicente Ríos Enrique, 7, Campanar (próximo al hospital 9 de Octubre). También pueden llamar al teléfono 96-3473543 (fax: 96 347 35 64), o enviar una consulta al mail: valencia@institutocefer.com. Más información: www.institutocefer.com

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