Francisco Javier Forteza advierte que hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de tomar el sol si se ha sufrido algún tipo de quemadura solar durante tu infancia ya que éste es uno de los factores de riesgo porque el sol puede haber alterado el ADN de las células lo que podría acabar provocando un cáncer de piel. Entre los grupos de riesgo se encuentran aquellas personas que tengan más de cincuenta lunares repartidos por todo el cuerpo.

¿Cuáles son los cánceres cutáneos más frecuentes?

En primer lugar situaría al carcinoma basocelular que afecta a las células basales de la epidermis. Su malignidad es local y no suele desarrollar metástasis. Su desencadenante es la exposición al sol pero se trata de un cáncer curable al 100 % si, como en todos los tumores, se detecta precozmente.

¿Ante qué señales debemos alarmarnos por la posibilidad de haber desarrollado un carcinoma basocelular?

Por ejemplo ante una costra que no se cura, un cambio de textura en la piel, una rugosidad...

¿Y qué tratamiento tiene?

Lo esencial es detectarlo precozmente y entonces se puede curar por completo. Si se trata de un carcinoma superficial se pueden aplicar diferentes tratamientos. Desde la fotodinámica a la quimioterapia tópica o la crioterapia, aunque lo más eficaz es la extirpación quirúrgica. Los que salen al lado de los ojos o en el surco nasal hay que intentar abordarlos con mayor rapidez. Se trata de un tipo de cáncer cutáneo muy frecuente, y más aún en la costa mediterránea por la gran cantidad de horas solares que tenemos.

¿Existe algún otro tipo de carcinoma?

El espinocelular que, a diferencia del anteriormente descrito, sí tiene capacidad de acabar desarrollando una metástasis.

¿Cómo se manifiesta?

También con un cambio en la textura de la piel y con un crecimiento rápido como si se tratara de una verruga.

¿Y el tratamiento?

Aquí es mucho más importante la detección precoz y su extirpación para evitar que el cáncer se disemine a los ganglios linfáticos. Como en todos los tumores cancerígenos, el diagnóstico es bueno si es cogido a tiempo.

Pero, ¿cuál es el más mortal de los cánceres de piel?

El melanoma maligno, que tiene un gran capacidad de desarrollar metástasis a través de la vía linfática, la sanguínea y acabar afectando a los ganglios, al cerebro, al hígado... Es el menos frecuente de los cánceres cutáneos pero ha aumentando de un 6% a un 10% en los últimos años a nivel nacional.

¿Cuántos casos de melanoma se diagnostican cada año en la Comunitat Valenciana?

No hablemos de cifras, pero sí es muy frecuente y está aumentando en los últimos años.

¿A qué se debe este aumento pese a todas las campañas publicitarias que alertan del peligro de tomar el sol sin protección?

Quizá porque ahora se diagnostican más casos y por un aumento de la exposición solar.

¿Cuáles son los factores de riesgo para acabar desarrollando un melanoma maligno?

Una exposición al sol intermitente pero intensa como la que tienen los esquiadores de fin de semana o los bañistas que acuden esporádicamente a las playas. También están en riesgo aquellas personas que, como los payeses, están expuestos al sol de manera continua y crónica. Pero, claro, todo dependerá del fototipo de cada persona. Las personas de piel clara y los pelirrojos son los que corren más peligro frente a una exposición solar intensa.

¿Hay otros factores?

Sí, la genética también influye. Tener antecedentes familiares con melanomas. También hay que estar alerta si tienes más de 50 lunares repartidos por todo el cuerpo. O si has sufrido quemaduras solares en la infancia. El sol tiene memoria y produce una alteración en el ADN de las células. Otro factor de riesgo es la radioterapia.

¿Cómo se manifiesta?

Si te sale un lunar nuevo y va creciendo, acude al dermatólogo.

¿Y si no es nuevo?

Si se trata de un nevus antiguo hay que vigilarlo siguiendo la técnica del abcd. A por si se muestra asimétrico; B por si tiene bordes irregulares; C por un cambio de color y D por su diámetro. Si aumenta de tamaño y supera los 0,6 centímetros de diámetro, vete rápido a tu dermatólogo.

¿Cómo se aborda?

En su estadillo inicial, con una extirpación quirúrgica se cura al 100 %. En otros estados del tumor hay que aplicar tratamientos más específicos. Radio y quimioterapia y vacunas antitumorales. Se está desarrollando un nuevo tratamiento con fármacos personalizados para que ataquen un punto determinado de la molécula diana.

¿En qué partes del cuerpo aparece con mayor frecuencia?

En el tronco en las personas jóvenes, en las extremidades en las mujeres y en la cara en caso de que afecte a gente mayor. Pero puede aparecer de la cabeza a los pies. También hay que empezar a preocuparse si surge una mancha marrón en una uña. Y también puede aparecer en las mucosas, en la boca, los ojos o la vagina.

¿Qué recomendaciones daría para evitar el riesgo de desarrollar un melanoma maligno?

Usar el sentido común. No abusar de los rayos ultravioletas, intentar evitar las exposiciones intensas al sol así como acumular radiaciones solares año tras año. Y adoptar medidas de protección tanto físicas como químicas. Entre las primeras, usar ropas con filtros ultravioletas, sombrero y gafas de sol, sobre todo para las personas con ojos claros. En cuanto a las químicas, recomendaría el uso de fotoprotectores solares tópicos con un factor de protección mínimo entre 30 y 50. Ahora los hay incluso de dosificación oral. También habría que recomendar a la gente el uso de las prendas con filtros de protección frente a los rayos ultravioleta. También hay que desaconsejar los potenciadores del sol, los bronceadores.

¿Qué horas de sol aconseja evitar?

Entre las doce del mediodía y las cinco de la tarde.

¿Es cierto que los protectores solares inhiben la síntesis de la vitamina D?

No, no es absoluto cierto. Para que una persona sintetice la cantidad diaria recomendada de vitamina D solo es necesario caminar quince minutos al sol por la calle.