La peor noticia que se puede dar del cáncer es que no está en crisis, porque en vez de ir a menos va a más. De hecho, su evolución no sabe de déficit ni de crecimiento negativo, más bien al contrario porque en 2009 los casos diagnosticados en España aumentaron un 21 %.

En total se contabilizaron 196.902 -39,2 % en mujeres-, 20.000 de ellos en la Comunitat Valenciana, según los datos que ayer se dieron a conocer en la presentación de la próxima campaña de cuestación anual que tendrá lugar este jueves organizada por la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer. Solo en Valencia se instalarán 137 mesas y se sacarán 2.650 huchas.

Las previsiones no son nada halagüeñas ya que en los próximos años se diagnosticarán 30.000 nuevos casos en la Comunitat Valenciana (un 50 % más que en 2009) y 230.000 en España. Más de la mitad morirá. La causa principal se debe al aumento de la esperanza de vida y a la mayor presencia de factores cancerígenos.

El presidente de la Junta asociada provincial de Valencia, Tomás Trénor, destacó que lo que se recaude se destinará a investigación, prevención primaria y secundaria y al apoyo del enfermo y su familia.

Los miembros de la Junta mostraron ayer su preocupación por la reducción de fondos en la investigación contra el cáncer, como ocurrió en el Centro de Investigación Príncipe Felipe, donde en estos momentos no hay líneas abiertas de investigación de este tipo.

Trénor se pronunció contra los recortes en investigación oncológica: "Estamos convencidos que las magnitudes de esta enfermedad, no solo en vidas humanas, sino también en consecuencias económicas, justifica este esfuerzo en tiempos de crisis".

Ante la consigna de la Conselleria de Sanidad de no derivar al Instituto Valenciano de Oncología (IVO) más enfermos que lo que alcance el presupuesto del convenio anual suscrito por las dos instituciones para controlar el gasto, el presidente de la Fundación IVO, Antonio Llombart, alertó sobre la necesidad de destinar recursos a investigación y tratamiento, "porque la mitad de los casos acaba en muerte". Llombart destacó el esfuerzo de la Administración para ponerse al día en el pago de la deuda pendiente con el IVO, que es de a 58 millones.

Por su parte Vicente Guillem, jefe del servicio de Oncología del IVO, descartó que la crisis pueda reducir la capacidad de curación. "Eso -agregó- supondría una catástrofe nacional".

Guillem abogó por la integración de la privada y la especializada y la necesidad de estudiar las necesidades asistenciales actuales para evitar el colapso en los servicios de oncología. "El número de supervivientes va a bloquear estos servicios porque requieren al menos de una revisión anual de por vida. Para evitar la saturación, defendió que los seguimientos se hagan en primaria. También solicitó que se estudie un sistema para hacer sostenible esta enfermedad, "porque los fármacos cada día son mejores, pero también cuestan más".